Oh think twice, it’s just another day for you,
You and me in paradise
” Phil Collins

Donald Trump discrimina a mexicanos y  latinos, pero… apuesto  que, una que otra vez, ha admirado las voluptuosidades curvilíneas de las modelos latinas. ¡Yo te digo a ti…!!! Como decía mi abuela Aurora: “Detrás de cada extremista…: Hay un etnocéntrico.

Donald, debiera releer la Constitución de los Estados Unidos de América: “NOSOTROS, el Pueblo de los Estados Unidos (…)” Quizás no sabe, el Míster que tierras estadounidenses, pertenecían a las colonias españolas en América y sus fronteras se extendían hasta el Río Mississippi, y que Florida se convierte en territorio norteamericano para 1819. Quizás haya que explicarle a Trump que Nueva España, es decir México, también abarcaba grandes territorios en lo que hoy día se conoce como el suroeste de los EE.UU. “Grupos hispano-hablantes habitaban la región que hoy se conoce como los EE.UU. mucho antes que las 13 colonias declararan su independencia de Inglaterra en 1776.” http://commonweb.unifr.ch/artsdean/pub/gestens/f/as/files/4740/21370_102929.pdf

Si Donald quiere, podríamos darle algunas lecciones de Historia de los Estados Unidos, esa materia parece que la paso en D.  ¿O es que Trump olvidó que vive en un país de inmigrantes? Desconoce que la inmigración europea inicia en 1607 cuando los colonizadores ingleses construyeron Jamestown en Virginia y que a partir de ahí comenzó un proceso de inmigración permanente que vinieron de Europa, toda clase de gente: aventureros, maleantes, vagos, borrachos y fervorosos creyentes, constructores, soñadores?  Con los colonos de Inglaterra llegó un puritanismo religioso y moral, un moralismo intolerante.

Las discriminatorias declaraciones de Donald Trump, generalizadoras e intolerantes, me recuerdan la teoría del antropólogo neoyorquino Lewis H. Morgan que para 1877 estableció los estadios de la evolución humana: “salvajismo”, “barbarie”, “civilización”. Ellos, los bárbaros, inferiores, incultos, pobres, violentos y vagos. Nosotros, los ricos, civilizados, emprendedores, superiores. Subyace en el esquema mental de Trump un patrón etnocéntrico que establece que la forma de comportamiento de los nativos americanos, es superior, al menos, es más “normal”. ¿No conoce  Trump a la  llamada “basura blanca americana”? Aparecen en cualquier ciudad y  andan andrajosos, sin peinarse, borrachos, sin trabajar, y aún con el inglés materno, no aprovechan las oportunidades del país de las oportunidades, porque es más fácil comer de los Food Stamps, de las bondades del gobierno del que se burlan. Se declaran Homeless para vivir como parásitos de las ayudas de Children and Family y hay muchos haraganes y alcohólicos americanos nativos pero no son representativos de todo un pueblo. Mientras que mexicanos y latinos arriesgan sus vidas y saben colgar títulos universitarios para ganar la platita en lo que aparezca, sacrificándose en dobles jornadas y peligrosos trabajos, diurnos y nocturnos  con el desgarrador dolor, acuestas, de la separación familiar. Los mexicanos, Donald, los latinos son también el “Nosotros” de la Constitución, es más, son unos triunfadores porque no heredaron negocio inmobiliario de su papá sino que con valentía  exponen sus vidas en el filo de las luces y las sombras, por amor a la familia que dejan atrás y por una mejor calidad de vida.

Donald, “ellos”, “esos”, “los otros”, “los diferentes”, son parte intrínseca de la sociedad racional/legal/ abierta y democrática en que vives y mucho que aportan al desarrollo de tu país que es tanto tuyo como de ellos. Los mexicanos y latinos, todos, documentados o indocumentados trabajan interminables horas -por la derecha o por la izquierda- y saben lo que es ganar hasta menos de 8 dólares que mal pagan abusadores  aprovechados de la desventaja de “no tener papeles”.

El etnocentrismo de Donald Trump no es racial, desde en sentido biológico, porque la discriminación no es  por color de la piel u otro rasgo genético sino de carácter cultural: considera que esos pueblos son de comportamiento inferior y errático y causan los males sociales. El modelo cultural de pensamiento de un etnocéntrico se sustenta en la idea fija que estigmatiza las normas y costumbres, el comportamiento  de su grupo social como superior a la del “otro”, los que ve como inferiores y negativos. La persona  etnocéntrica es intolerante ante las diferencias. Si al etnocentrismo le añadimos un comportamiento excluyente, sin la presencia de individuos provenientes de otros pueblos o culturas, se produce la xenofobia que incorpora la exclusión de todo individuo del espacio social reservado a los miembros nativos. 

Donald, ¡Please! ¡“¿Por qué no te callas?”!!! No sigas con esas absurdas “justificaciones”  porque la estás embarrando más, en buen dominicano. Nunca te referiste a toooodos los inmigrantes ilegales, se escuchó fuerte y claro: “mexicanos y latinos”, todos al mismo saco. Y ahora dizque que tienes amigos mexicanos que son grandes hombres de negocio. Jijiji, bueeeno yo creo que los acabas de perder, empezando por el prestigioso empresario Carlos Slim. 

Miiiira  Donald, con esos abuelitos tuyos, nacidos en  Kallstadt, Rheinland-Pfalz, Germany,  yooo,  tuuu -sano consejo-  mejor “ponte  donde el Capitán te vea” y por si acaso, empieza a coger unas clases de Spanish Second Language que hasta yo misma te las doy, bien baraticas, a 25 la hora y de ñapa, te enseño a bailar Perico Ripiao, Merengue, Son, Mambo, Samba, Vals Peruano, Cumbia,  una buena Bachata, y para relajarte un sabroso y apretadito bolero mexicano que cuando terminemos las lessons, te aseguro vas a salir cantando: “Contigo aprendí…”

Another day in paradise: