Penosamente, el presidente electo Donald Trump, no cree en los pronósticos y certeza del Cambio Climático y conforme a su enfoque y visión del problema, quitará todo el apoyo económico y no validará los compromisos asumidos en la reciente Cumbre COP21, celebrada en París (Francia), en el 2015. Y qué tan reciente, en noviembre del 2016, acaba de finalizar en Marruecos, la reunión CPO 22 con 109 países, donde se RATIFICÓ los ACUERDOS de CPO 21. En esta reunión, nuevamente ha salido a relucir la oposición del presidente electo Donald Trump, para continuar dando apoyo a los acuerdos sobre el Cambio Climático. Esta noticia ha provocado “pánico” a nivel de la Naciones Unidas, quien lidera los mismos, en nombre de las generaciones presentes y por venir. Ver link http://acento.com.do/2016/ecologia/8401556-onu-paises-enfrentan-trump-negar-realidad-cambio-climatico/
La nueva postura de Los Estados Unidos, para desobligarse de su aceptación a los compromisos asumidos por la Administración Obama, representa una involución en los esfuerzos para contrarrestar los efectos negativos del Cambio Climático. Esperamos que sea una de las tantas y erróneas promesas políticas de su campaña electoral, que Trump no pueda cumplir. Confiamos en que su grupo de asesores, logren cambiar su ignorancia sobre la gravedad y complejidad del Cambio Climático, conforme a las evidencias científicas, en la cual se basan las acciones adoptadas en las cumbres, convenios, protocolos y declaraciones, que justifiquen el apoyo de Los Estados Unidos. Afortunadamente, la recién finalizada reunión CPO 22 para la ratificación de los Acuerdos del CPO 21, celebrada en Marruecos, hizo una llamado a rectificación al presidente Trump, quien recientemente, ha declarado que tiene su mente abierta sobre el tema. Parece, que no es lo mismo llamar al diablo, que verlo llegar.
Para pagar los costos de promover, educar, prevenir, reducir y mitigar las consecuencias negativas para la humanidad y el Planeta Tierra, del Cambio Climático, es imperativo contar con el liderazgo político, aval científico, recursos económicos y tecnológicos de Los Estados Unidos. Sin ese liderazgo y reconocimiento a los hallazgos de la ciencia, retrocedieramos a épocas superadas del desarrollo y avance de la humanidad, donde la razón basada en el conocimiento, sustituyó lo dogmático y divino, en una población completamente destinista.
La posición de gobierno de Los Estados Unidos, expresada públicamente por su nuevo presidente Trump, justificarán las incongruencias de países como la República Dominicana, que en teoría apoya y suscribe los acuerdos y convenios sobre el tema, pero que en la práctica hace todo lo contrario -Verbigracia de la planta a carbón de Punta Catalina.
Igualmente, hará Brasil con la deforestación del Amazona, Indonesia con los incendios permanentes de sus selvas boscosas, para dedicarlas al desarrollo, mientras los cascos polares y glaciares se derriten y nuestras comunidades y desarrollo e infraestructuras costeras, corren el riesgo de desaparecer, por la penetración del agua marina y sus peligrosos y destructivos reales o potenciales oleajes. Los países en desarrollo como China, Brasil, India, Indonesia y otros, sus resistencia en su tardío apoyo a los convenios para reducir sus emisiones de gases de tipo invernadero, estuvo basada, en alegar que las naciones desarrolladas, hicieron lo mismo.
Resultaría muy arriesgado para cualquier presidente de cualquier nación, negar las certezas científicas, que avalan la realidad del Cambio Climático y peor aun, los que asisten a las cumbres mundiales y suscriben convenios, aprueban y ratifican protocolos sobre el tema y actúan en sus respectivas países, dando la espalda a dichos compromisos, realizando proyectos con altos niveles de emisión de gases contaminantes, que contribuyen al Cambio Climático.