Se le conoció como El Mago de la media voz. Siempre anduvo con su guitarra como compañera de andanzas bohémicas. Era poseedor de un gran sentido del humor. Considerado como el más grande compositor de todos los tiempos por la riqueza armónica de sus letras y su gran fecundidad y su permanencia en el tiempo.

Su nombre completo era Juan Arturo Lockward Stamers. Nació en la ciudad de Puerto Plata, el 24 de junio de 1915, hijo de los señores Luis Alejandro Lockward  (a) Maestro Danda (destacado maestro de la zapatería, masón, guitarrista y compositor) y de la señora doña María Beatriz Stamers (a) doña Bí, ambos fallecidos y oriundos de Turk Island. Estos llegaron  a dominar el idioma el español, con la misma fluidez del inglés.

Juan Lockward creció en la época de la Primera Intervención Norteamericana al país, parece que su instintivo sentido de la protesta lo hizo no aprender el inglés. Él era el único que no sabía hablar inglés, los demás hermanos dominaban ese idioma.

Sus padres procrearon, además, seis hijos mas, entre los cuales estaban: Carlota, Jaime Antonio, George Augusto, Clemente Alfredo, Moisés A. y Mary; sus hermanos dedicándose a la educación, periodismo, las letras, la música, etc.

Su niñez discurrió en un hogar pobre y de mucha alegría. Puerto Plata era un pueblo muy lírico, porque había mucha gente que tocaba guitarra y cantaba. Además, él tuvo el antecedente de su padre que era un compositor  muy notable de canciones populares.

Hizo sus estudios primarios en el Asilo Viejo, dirigido por Luis Pecunia y teniendo de profesor a Rufino Martínez. Solamente pudo llegar hasta el sexto curso de primarias. Ha sido autodidacta. Siempre fue un lector vicioso en la lectura de grandes poetas de Santo Domingo y del extranjero.

Don Juan Lockward comenzó en las actividades musicales en las tertulias de amigos que se celebraban en la calzada de la familia Graveley, de la ciudad de Puerto Plata. En esos años anduvo con Carlos Hart.

A la edad de 16 años aprendió a tocar guitarra con el maestro Ramón Emilio Gallardo. Cuando tenía dicha edad leía a los poetas sobresalientes de esa época, sobre todo a Gutiérrez Nájera.

Continuó el aprendizaje de la música de manera autodidacta.

En el Teatro Apolo de Puerto Plata canta y se acompaña de su guitarra. Sus presentaciones fueron teniendo rotundo éxitos. Se le busca para cantar en fiestas de casas de familias en amenas serenatas. Se presentó en el club del Comercio de Puerto Plata. Ramón Gallardo fue la persona que descubrió al artista Juan Lockward en su ciudad de Puerto Plata y lo comenzó a proyectar como tal.

Lockward cantó sus primeras canciones de la autoría de su inseparable amigo Juan García. Como fueron: Querer sin ser querido, No sé por qué, escritas por García y música de Lockward.

El señor Carlos Ginebra que tenía un pequeño negocio administrado por Manolo Mella, allí era contratado Juan Lockward

Lockward decidió emigrar a la ciudad de Santiago de los Caballeros en el año 1934, llevado por don Tomás Cocco. Allí cantó de manera profesional. En aquella ciudad escribió su primera composición y que consiguió éxitos, como fue la criolla: “Felicidad”. Se dio a conocer entre las bohemias de Santiago. Cantó en la emisora HILA, La Voz del Yaque. Indiscutiblemente que su presentación llamó la atención

Allí en Santiago conoció a su conterráneo don Pepe Brugal y quien lo invitó a San Juan, Puerto Rico, y cantó con apenas 17 años. Participó y cantó en el programa del locutor Rafael Quiñónez Vidal, quien fue la persona por su impresionada voz que le llamó El mago de la media voz.

Cuando regresó de nuevo a Santiago, la crónica periodística lo denominaba como El mago de la media voz y le quedó ese nombre para todo el tiempo.

En la ciudad de Santo Domingo, actuó en la Radio H. I. N., en la inauguración de dicha emisora, el 16 de agosto de 1935. Para ese año realizó unas grabaciones en pastas.

Expresó él que su principal fuente de inspiración era “…cantar la belleza de la mujer amada” y  a “la magia del paisaje norteño”.

Trabajó en la administración pública como Inspector de Trabajo; luego, paso de ahí a Rentas Internas y por último ocupó la posición de Inspector del Partido Dominicano. Los tres cargos los ocupó durante la Era de Trujillo.

Contrajo matrimonio con Servia Tulia Torres y procrearon nueve hijos, dos de ellos murieron trágicamente; le sobreviven siete: Juan Rafael, Servia Altagracia, Tulia Teresa, Ana Mercedes, Onaney del Carmen, Francisco y María Isabel Lockward Torres.

En los años de 1935 a 1945, compuso las composiciones: La India Soberbia, Idilio, Sin que nadie se entere, Dilema, Evocación Gitana, Que Dios bendiga al Cibao, A orillas del Camú, Flor de té, Ayúdame a olvidar, Golondrina viajera, Isabel de Torres,  Santiago, Santiaguera, Puerto Plata, Quisqueya y Borinquen.

En años siguientes, compone otras canciones, como: Poza del Castillo, Altamira, Por qué no ha de ser, Tiempo perdido, Voz de mi pasado, Lejos de la ciudad, Felicidad, Amor oculto, Falsedad, Marinera, Recuérdalo siempre, Pena honda, Lirio Abril.

En los años 1970 hasta 1988, hizo las creaciones: Yo soy de la Costa Norte, Allá en mi juventud, Regreso, Tu paisaje, Cuando yo te olvide, Espuma, Fruta en razón, quiéreme cual yo a ti, Ayúdame a olvidar.

No simpatizó jamás con el caudillo y líder reformista Joaquín Balaguer, en su gobierno de Los Años (1966—1978), uno de sus hijos fue asesinado.

El conocido Escritor, jurista y músico puertoplateño, doctor L. Almánzor González Canahuate, recopiló las “Canciones”, de Juan Lockward, en un libro en 1989, de 55 páginas.

Teté Marcial y él hacen una grabación para el sello llamado R. C. A., de Luis Alberti, en la década de los 50. Fue la canción: Dulce amanecer, de Diógenes Silva.

Juan Lockward grabó por primera vez como solista en 1966 un disco de larga duración, con el patrocinio de la Fundación de Crédito Educativo, por diligencias hecha por su sobrino Fonchy Lockward y Canoabo Almonte.

En los antiguos estudios Fabiola  de Fabio Inoa, 4 discos L. P., el artista y empresario Luis Vásquez, le grabó a Lockward, con el acompañamiento musical de las guitarras de Emilio Carbucia y Fernando Gautreaux.

Luego grabó un disco compacto, conteniendo quince canciones.

El publicista José Cabrera hizo gestiones ante el Gobierno de Concentración Nacional, presidido por el Dr. Salvador Jorge Blanco, se le hizo a Juan Lockward un disco de larga duración con el acompañamiento de la Banda Militar de Música del Ejército Nacional.

Sin lugar a dudas, que Luis Vásquez fue el empresario que más proyectó a Lockward en su carrera artística tanto nacional.

Las canciones de Lockward fueron interpretadas por otros artistas y que también las grabaron.

Ahí están: Alcy Sánchez, que cantó Dilema, producida en Venezuela; además, Los Panchos, la grabaron y la cantaron en el cine mexicano, en los años 50.

Luis Vásquez, acompañado con el Conjunto Century, grabó Guitarra bohemia. También se hizo acompañar de la orquesta de Rafael Solano.

Las canciones La India soberbia y Yayo el indio, en la voz de Eladio Peguero, que fueron vendidas en el país, New York y Puerto Rico.

Rafael Martínez grabó los boleros acompañados con el conjunto de Ramón Gallardo.

Ahí están las canciones Santiago y La ciudad corazón, interpretadas por Guarionex Aquino.

El cantante Niní Cáffaro cantó la canción Ayúdame a olvidar, con la orquesta de Rafael Solano.

Fausto Rey y Rafael Colón produjeron un disco de larga duración, conteniendo canciones de Lockward.

Juan Lockward escribió en compañía de Héctor J. Díaz canciones, como fueron: María Montez, Quiere cual yo a ti, Ausencia, Si te hubiera visto ayer, Amor oculto, entre otras.

Participó en compañía de José Antonio Rodríguez en el espectáculo Dos Generaciones, de gran éxito.

Juan Lockward fue un eterno bohemio. Se le consideró como el “compositor más diverso y el cantante más poliforme en cuanto a su expresión lírica y a modalidades armónicas”.

“Juan Lockward es la lírica popular dominicana, quizás el único o sin quizás, el único trovador y compositor de canciones que ha permanecido indiferente a las influencias de ese modernismo atronador y absurdo que la tonitruénica mescolanzas de acordes disonantes ha vertido sobre la canción antes románticas y que la época imperante de jazz y de africanismo ha infiltrado en los ritmos delicados y sugestivos del bolero de salón”.

Prosigue diciendo: “Juan Lockward canta y se lleva al oyente adonde él quiere. Juan Lockward canta y hace de su alma un puente de lirismo por donde pasan los que escuchan hasta un predio feliz que los envuelves en las más gratas emociones y en las más delicadas melodías”, como dice Héctor J. Díaz.

Fue galardonado por los Ayuntamientos de Santiago, Puerto Plata y Santo Domingo.

En 1990 fue galardonado por el Premio Casandra, compartido con José Antonio Rodríguez. El periódico puertoplateño El Faro, al cumplir su veinte de su fundación lo reconoció a él y otras personalidades puertoplateñas, en ese año.

Recibió reconocimientos de Casa de Teatro, la Asociación Dominicana de Juventud. En Puerto Rico le fue dedicada la Celebración  de la Semana Dominicana, en 1991.

Recibió reconocimientos y homenajes por su actividad artística en el país y el extranjero. Recibió la Condecoración al Mérito de la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en el Grado de Caballero en 1991, del Poder Ejecutivo.

El nombre de Juan Lockward deberá de aparecer como uno de los mejores compositores de hermosas y perdurables obras populares del país, al lado de éstos: Salvador Sturla, Manuel Troncoso, Rafael Solano, Machilo Guzmán, Leonor Porcella de Brea, Culo Estévez, Manuel Sánchez Acosta y otros tantos.

Murió en la ciudad de Santo Domingo, el viernes 24 de marzo de 2006, el reconocido músico, compositor y cantautor, don Juan Lockward, a la edad de 90 años. Su muerte ha sido una perdida para el arte dominicano.

Desde hacía un tiempo el cantautor y compositor venía padeciendo algunas enfermedades.

Su cadáver fue enterrado en el cementerio de la Máximo Gómez, de Santo Domingo, al otro día.

Murió el más grande trovador, compositor y cantautor del país.