Nueva vez ha llegado la época en que la colectividad dominicana se enfrenta a un dicotómico sentimiento de eufórica esperanza, producto del cambio de ambiente por el recién iniciado solsticio de invierno y una cruda realidad que presagia dificultades y déficits de carácter macro-económico en un mediano y largo plazo para nuestro país.
En ese ambiente el periódico El Día lanza un titular que tiene atónitos y en shock de incredulidad a una buena porción de dominicanos: "Republica Dominicana es el País más feliz de América Latina."
El informe que da pie al titular y al asombro es de la firma Latinobarómetro 2014-2015 que atribuye al país el grado más alto de felicidad con un 88% de ciudadanos que dicen estar "muy satisfechos" o "bastante satisfechos" con su vida.
Los auspiciadores del estudio subrayan que existe una clara relación entre la satisfacción con la vida y la situación económica, ya que el 96% de quienes califican su situación económica personal actual como "buena" se encuentran satisfechos con su vida,. resaltando al propio tiempo que quienes dicen que su situación económica es peor que hace 12 meses, el 76% está satisfecho con su vida.
Los incrédulos ante estos resultados pierden de vista que ya en el 2011 el Happy Index Planet (Indice de Felicidad del Planeta) del New Economic Foudation ubicó al país en un segundo lugar detrás de Costa Rica utilizando una métrica particular para medir la felicidad de los habitantes del planeta.
A nuestro entender la justificación de estos resultados tiene sustento en la conducta de bipolaridad sociológica manifiesta en los dominicanos, que inducen a un proceder discordante y dicotómico al cual se debe dar seguimiento para entenderlo a cabalidad.
Esta época navideña es propicia para reflexionar sobre el particular partiendo del hecho de que por lo menos en esta oportunidad aparecemos liderando uno de los tantos estudios que llevan a cabo los organismos y firmas del ámbito global.