Las navegaciones virtuales, que realizan los sujetos, a través de las redes sociales en el ciberespacio, han estado manifestándose en una nueva forma de cultura que enfatiza la vista y no lo visual. No hay una asimilación y re- asimilación progresiva de los acontecimientos, los cuales se presencian más en los entornos virtuales que en los reales. Esto da como resultado cierta tendencia a vivir más allá de toda experiencia, que deviene en la posexperiencia, que se manifiesta en la exposición, vivir en un cibermundo de pantalla global (Lipovetsky & Serroy, 2009) que va tejiendo redes de no experiencia.
El sujeto de visión no se pierde en lo virtual, aunque navegue por sus confines, contrario al sujeto de la vista, que vive más en lo virtual , exponiéndose solo a la información , vive la sensación de inmediatez, de lo disperso y lo inestable, que es la posexperiencia. Esta entra en las reflexiones de la pobreza o desvalorización de la experiencia, la cual he venido desde hace una década, trabajando, a través de los textos de Water Benjamín. Este filósofo escribió en el texto “El narrador” sobre la desvalorización de la experiencia y cómo esta, que es una facultad, nos pareciera inalienable, la más segura entre las seguras, nos está siendo retirada: la facultad de intercambiar experiencias. Una causa de este fenómeno es inmediatamente aparente: la cotización de la experiencia ha caído y parece seguir cayendo libremente al vacío (Merejo, 2007).
En el cibermundo , en el mundo de las redes sociales , de todo pantalla, la experiencia tal como la hemos conocido no existe, se ha esfumado, por lo que ha irrumpido la posexperiencia que de acuerdo a Alessandro Baricco, (2019) se ha convertido en un movimiento sin más, esencialmente una sensación de falta de permanencia y de volatilidad, en vivir la actualización permanente, regeneración continua. Más aún, en desconcierto, inestabilidad, desbarajuste, pérdida de control, falta de permanencia inevitable.
En el ciberespacio dominicano, hay una franja de sujetos transidos, que deja su huella en la posexperiencia, en una impronta de movimiento y de ausencia de lo permanente. Por lo que, en los espacios virtuales de las redes sociales, las huellas de las zonas grises que han nublado el espacio físico, se borran de repente, como si nada hubiese pasado hasta que otros acontecimientos les sucedan, para luego volver a resurgir en el ciberespacio como el ave fénix.
Es por eso, que en el caso del expelotero de Grandes Ligas, David Ortiz, cuando fue herido de un balazo en el mes de junio 2019, en un centro de diversión de la Avenida Venezuela, en la Zona Oriental, tal suceso se ha vivido más como posexperiencia, estremeció en las redes sociales, donde se presentaba el video en movimiento cuando se iba cayendo de manera estrepitosa. Este caso del “Big Papi’ ha tenido su lentitud y lo sigue teniendo en el espacio real, donde causó estupor y pesar, tal como lo tuvo la consternación, indignación, descreimiento, impotencia y desgarraduras, el caso de la madre del ex legendario pelotero, Diloné, la cual fue estrangulada por tres sujetos de zonas grises. Tal suceso data de septiembre el 2012 y solo basta escribir una línea sobre este suceso en un buscador y reaparece como una poxesperiencia en el ciberespacio: “Ana Estela Diloné, de 75 años de edad, madre del ex pelotero fue encontrada estrangulada, amarrada y amordazada en su residencia en Santiago”. De estos casos vivimos inundados, pero se dice que es percepción, que todo marcha bien, y que eso es pesimismo y puro fatalismo, que somos una “nación bella, de playas, merengue y de paquete turístico”, que todo estos sucesos se dan aislados.
Sin embargo, hay que entender que la experiencia en dominicana, es en parte la vida de abatimiento y desgarradura en lo político y social, cuando se vive y se recuerda la historia de los fracasos de los proyectos políticos y sociales. Cada cierto tiempo, las pasiones de los líderes políticos provocan rajaduras en la vida del dominicano, dada la desmesura de sus ambiciones. Sus placeres que no son naturales ni necesario, como diría Epicuro, provienen del poder cristalizado en el Estado y el cual en estos días que trascurren mantienen a la sociedad en un estado de zozobra, creando amenaza de ingobernabilidad, ante la reforma a la Constitución de la República y la lucha por el control y el manejo del presupuesto de la nación.
Vivimos unos tiempos cibernéticos en la sociedad, que al parecer, no arrancan bien en la experiencia de lo real, son tiempos dificultosos, tortuosos, que marcan huellas lentas, que para los sujetos que no viven de manera intensa, sino ocasional, las redes del ciberespacio, les dejan en experiencias transidas. Esto, sin embargo, no sucede así, cuando se vive la intensidad de lo virtual, donde la posexperiencia se ha comido la experiencia. Esta última se encuentra guardada en los poscards de los nativos digitales, que viven por y para el ciberespacio.
Cualquier búsqueda en los espacios virtuales, en la redes sociales, que pasen por el podcast (podcasting), como parte de la posexperiencia , expone a la vista de todos los sujetos cibernéticos archivos multimedia, con audio, video, texto, notas y los cuales pueden ser descargados, escuchados y de fácil manejo por parte de los sujetos.
Es por eso, que no son las masas, las multitudes de la experiencia histórica, las que en otrora estremecían la nación dominicana, a través de sus líderes políticos, ahora son los programas de investigaciones periodísticas como el de Nuria Piera, y “ El Informe con Alicia Ortega" que estremecen y provocan un dolor intenso en lo moral; el wikinforme con Alicia, ha logrado, a través de más de 13 mil documentos (analizados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) estremecer la sociedad dominicana, con el caso de la empresa Odebrecht.
El mes de junio 2019, salió ese Wikinforme con Alicia, que explica la exclusión de casi unos 40 millones de dólares, enredados en los pagos oculto que hiciera esta empresa en el proceso de licitación, adjudicación del contrato y de la construcción de la Termoeléctrica Punta Catalina y, que forman parte del tinglado de sobornos y de las cuentas de empresas offshore registradas a nombre de testaferros.
Dado el panorama sombrío que nos presenta la sociedad dominicana, en estos momentos, donde los proyectos políticos han ido fracasando, si no se moviliza la sociedad por la ampliación de los espacios democráticos, dialógicos, de reformas sociales y económicas, de ética cívica; con el tiempo no descartemos que surja un Presidente de la República dominicana de la poxeperiencia, basado en el influencer, que es una de las estrategias técnicas que se implementan en el cibermarketing , y que tiene que ver con el sujeto cibernético y su accionar en el comportamiento de consumo de marca en las redes (Facebook, Instagram, en video de YouTube) y en enfoque de política light.
Los influencers de la posexperiencia abundan en lo virtual, son los líderes de opiniones, los distribuidores de contenidos propios a través de Youtube, y los faranduleros, los cuales son capaces de influir en los demás sujetos que viven en las redes sociales, sobre la base del me gusta (like), el video, tema de tendencia (trending topic) y el vivir lo virtual como frivolidad, que es un ir contra toda visión en el ciberespacio.