>La Escuela Nacional de Bellas Artes es el centro de enseñanza de las artes en que  se graduó en el año mil novecientos cuarenta y nueve el Maestro Domingo Liz,   quien ejerció la docencia desde entonces  durante cuarenta y dos años.

Escultor y Pintor, el autor del Ángel de la Libertad falleció en la madrugada del pasado jueves, 14 de febrero.

Fundador del Grupo Proyecta, la presencia del Maestro Liz marca el paso en el arte dominicano desde la tradición figurativa europea hasta la abstracción que conocemos junto a otros destacados artistas de los años cincuenta.

De difícil temperamento, este artista trascendente dejó acontecimientos que hoy vuelven a la memoria.

Cuando la Escuela de Bellas Artes estaba  ocupando el viejo  Palacio de Borgella, en momentos de descanso coincidimos una tarde en un pasillo, y entonces me permitió conocer su preocupación del momento. Y me dijo:

“Algunos estudiantes me llaman Maestro aunque no dejan de contradecirme”.

En la inauguración de su exposición individual de pintura,  que mostró al público en la Galería de su amiga Ada Balcácer, noté la presencia abundante de sus discípulos de la Escuela Nacional de Bellas Artes y también de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.También,  la presencia masiva de todos sus amigos artistas y además de  coleccionistas que siempre quisieron sus obras.

Para la crítica de sus obras, el maestro se bastó a sí mismo, pues sus escritos sobre arte publicados en algunos medios  y sus conferencias nos dicen de su  condición de   teórico del arte.

Una condición de toda la obra que conocemos de Liz puede describirse como la ausencia de esa relación que a veces queda en toda creación. Se trata  de una relación entre la materia, sometida mediante la técnica,  y la expresión del artista.