“Doblepensar”

La palabra doblepensar es un anglicismo derivado de doubletalk o doublethought acuñado por George Orwell en la novela Mil novecientos ochenta y cuatro.   Es parte de la neo lengua y un concepto integral del pensamiento Orwelliano en su novela distópica.  La misma describe el acto de aceptar dos creencias contradictorias como correcto.  Se relaciona con la hipocresía, aunque difiere de su significado.  Su opuesto es la disonancia cognitiva, donde las dos creencias causan conflicto.

Diferentes diccionarios describen doblepensar como “el lenguaje oficial que personas ordinarias no pueden entender.  La forma de decir las cosas que imposibilitan su inteligibilidad, usado por personas con cargos oficiales cuando desean esconder la verdad”.  Las ciencias que estudian el fenómeno de la persuasión, han descubierto que cuando las mentiras se repiten desde púlpitos y poderes públicos, tienden a ser creídas, aunque carezcan de evidencias que las sustenten.  Esto lo descubrieron políticos y religiosos con siglos de anticipación.

En nuestras escuelas, debería de hacerse obligatorio la lectura de la novela 1944.  Yo tuve la suerte de leerla cuando aún era niña, y pude reconocer el doblepensar durante el régimen de Trujillo.  Lo que nunca pude imaginar fue que esta forma de dormir conciencias y manipular a los más ignorantes persistiera como discurso dominante en la República Dominicana del Siglo XXI.  Veamos:

1. Los recientes discursos políticos de Leonel Fernández y miembros de su partido, atribuyen  al PLD  la continuación de la obra de Juan Pablo Duarte.  Esta afirmación provoca risa y a la vez indignación.  Duarte definió con palabras precisas y de manera que todos pueden entender su meta libertaria: “La Nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna, propia, ni mucho menos extraña”.

El partido que lleva doce años en el poder con Leonel Fernández como Presidente, y ahora con Danilo Medina, no continua el ideario de Duarte, sino exactamente lo opuesto a lo que Duarte soñó y por lo cual luchó.  Esto tienen que saberlo sus dirigentes, pues no creo que sean tarados mentales.  Pero no tienen escrúpulos para identificarse con la persona que más los combatiría de vivir en nuestra época.

2. Para continuar con las incongruencias, Danilo Medina nombró al Cardenal López Rodríguez presidente de la comisión encargada de la celebración del 200 onomástico del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.  El Cardenal ocupa la máxima autoridad de la Iglesia Romana en el país, la misma posición de autoridad que ocupó el Obispo Tomás de Portes y utilizó para excomulgar a Juan Pablo Duarte, los Trinitarios, y toda persona que no apoyara el gobierno de Pedro Santana.

El Cardenal conoce bien las causas que provocaron la sentencia a muerte de Juan Pablo Duarte y su destierro para evitar que lo asesinaran; conoce bien el sermón del de la Carta Pastoral de Tomás de Portes el 24 de julio de 1844; y sabe que el lenguaje inteligible para el pueblo, pero amedrentador, ocultaba el verdadero propósito de la anexión a una potencia extranjera y el regreso de las autoridades eclesiásticas que emigraron a Cuba debido a la ocupación haitiana.

Ocultaba además los intereses económicos de la iglesia, que fuera despojada de esclavos y de sus tierras por las fuerzas de ocupación haitiana.    Aceptar la presidencia de la comisión, fue un acto que tuvo que causarle a López Rodríguez disonancia cognitiva, aunque los dirigentes de la iglesia Romana han mostrado ser maestros del doble pensar y no sufrir conflictos internos por sus incongruencias ni por el sufrimiento que infligen a los demás con dogmas y preceptos que ellos mismos no cumplen.[1]

3. La Iglesia Romana y los políticos dominicanos tienen mucho en común y una historia larga de coexistencia y colaboración.   A largo plazo ambos se han beneficiado con la repetición de falsedades en lenguajes inteligibles y ambiguos destinados a ocultar la verdad.   Por eso califiqué esta alianza en mi artículo anterior de abrazo perverso.

El doble pensamiento permitió la alianza de la Iglesia Romana con los grandes dictadores del Siglo XX, en nuestro caso, 30 años de idolatría estatal con Rafael Trujillo en el altar, el genocida que transformó la nación dominicana en el patrimonio de su familia.  Como he explicado anteriormente y en mi blog, la Carta Pastoral fue producto del movimiento reformador que inició el Papa Juan XXIII, y su política Internacional de desligarse de dictadores a través de sus nuncios.  Este fue el caso de Argentina con Perón y dominicano con Trujillo.  Pero no se produjo una verdadera ruptura debido a que el nuncio de Juan XXIII luchó por continuar el financiamiento estatal presente en el Concordato Trujillista de 1954, forzando a Trujillo a mantenerlo.

4. El ex presidente Leonel Fernández ha sido el maestro moderno del doble pensamiento en República Dominicana.  En un mismo párrafo es capaz de defender las teorías de Marx junto a las políticas neoliberales de las corporaciones transnacionales que controlan el mundo.  Ha sabido convencer junto a miles de periodistas bocinas pagados y pensionados por el pueblo dominicano, que es un genio de las finanzas y lo mejor que le pudo pasar a la isla. Personas con ideologías heterogéneas como Hugo Chávez, Raúl Castro, los Clinton y el resto de los funcionarios latinoamericanos, lo alaban.  Gobernantes tan disímiles como Barack Obama y Omar Gadafi lo recibieron durante sus múltiples viajes en búsqueda de notoriedad internacional y de apoyo a su fundación personal FUNGLODE. Y esto a pesar de un montón de evidencias acumuladas en su contra durante sus doce años de gobierno.

5. Los discursos de Leonel y sus actividades asistenciales con el dinero del pueblo  encontraron  eco en los intereses “extraños” al pueblo dominicano.   Así, el embajador estadounidense en el país informó a diferentes ramas de su gobierno, que podían descartar el “Plan Marshall” para el desarrollo de Haití.  Propuso en su lugar el “Plan Hispaniola”; el cual veía viable después del terremoto y del protagonismo jugado por Leonel Fernández.  Según el embajador, la integración de las dos economías es la estrategia que más conviene  para lograr el desarrollo sostenible de haitianos y dominicanos, y el que más le conviene a la “comunidad internacional”.[2]

6. El Canadian Council for the Americas (CCA) [Consejo Canadiense de las Américas], honró al ex -presidente Fernández con el reconocimiento de “Estadista del Año” en su ceremonia de Gala Anual, el pasado 20 de septiembre del 2012.

Las  alabanzas a las competencias de Leonel Fernández como estadista tuvieron el objetivo de ocultar la causa del reconocimiento:  el agradecimiento real por un contrato lesivo para República Dominicana a favor de dos empresas canadienses.

Leonel enfrentó las movilizaciones de la población en contra del contrato entreguista y de la futura contaminación que podía alcanzar las aguas de la Presa de Hatillo, muy cercana a la extracción minera.   Entregó a las multinacionales  23.7 millones de onzas de oro en reservas, más 455 millones de libras de cobre y 88 millones de onzas de plata; estimados en US$33.2 billones de oro a precio de $1,400 por onza, por debajo de su precio actual.[3]

Jamie Sokalsky, Presidente y  jefe Ejecutivo de la Barrick Gold, expresó las ventajas que el contrato Domínico-Canadiense representa para la Barrick Gold y sus accionistas: “Pueblo Viejo es un activo de primer nivel en el mundo, una de las pocas  minas que producirá más de 1 millón de onzas de oro por año. Esperamos que sea un contribuyente importante de producción de bajo costo a Barrick por décadas por venir", período estimado en unos 25 años.[4]

Leonel luchará con todo su séquito para regresar al poder en el 2016 y dilapidar el dinero que le entrará al estado por el oro de Pueblo Viejo.  No esperemos planes nacionales a largo plazo para que la población pueda integrarse a la economía basada en conocimientos.   Juzgando por las evidencias, esperemos la continuidad de la pobreza y el saqueo de las arcas nacionales de parte de los políticos.

Lo que si podemos esperar es mayor contaminación ambiental.  Los desastres naturales aumentarán su impacto en la isla debido al ya irreversible cambio climático y afectará las aguas por el uso de cianuro durante 25 años de contaminación.   Esperemos una repetición en mayor escala  de la contaminación en 1979  de Pueblo Viejo cuando las tormentas de Frederick y David desbordaran el muro de contención del cianuro y provocaron la necesidad de desalojar las familias colindantes a la explotación minera de la Rosario.

7.  Tampoco  esperemos que la Iglesia Romana defienda la preservación del medio ambiente.   En 1979,  el obispado de la Vega  incidió para desarticular el Movimiento Campesino Independiente (MCI) en la zona de Pueblo viejo; despojó a los directivos de la Federación Los Cacaos-Las Lagunas de los bienes donados por otros campesinos con fines organizativos; y envió una cruzada de misioneros a cada comunidad para que los sacerdotes amenzaran a los campesinos con la excomunión  si no abandonaban el MCI.[5] La ingerencia del obispo encontró a un campesinado desarticulado y definido como “católico” bajo la dirección de los curas en las parroquias.  La nueva directiva de la Federación Zambra Chacuey apoyó a la Barrick Gold, a pesar de que los fundadores de la federación en 1974 apoyaron la lucha campesina contra la contaminación de la Rosario Dominican.

La esperanza de cambio está en los jóvenes que se movilizan; en las organizaciones de la sociedad civil y en personas particulares y políticos que insisten en la necesidad de justicia social, de juzgar y sentenciar a los responsables de la corrupción, de finalizar con la historia de impunidad, y de terminar el Concordato con el Vaticano.  Éste último permite la injerencia de la Iglesia Romana en los asuntos de estado, la financia, le ofrece impunidad a criminales con sotanas, le permite el monopolio de su moral en las escuelas públicas para discriminar y privar a niñas y adolescentes del conocimiento científico necesario para decidir y mantener su salud física y mental.