El Cuadro 1 muestra la composición o distribución del gasto corriente de las tres (3) empresas distribuidoras en el 2019.
En el 2019, las según el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico Abril 2020, publicado por la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), las tres (3) distribuidoras tuvieron un gasto corriente de unos setecientos ochenta y tres (783) millones de dólares.
Según el Estudio de la empresa chilena INECON de Julio 2016, “Actualización del Estudio para la Determinación y Ajuste de las Tarifas de Suministro de Energía Eléctrica a Clientes Regulados (Tarifa Técnica) y del Valor Agregado de Transmisión (Peaje)”, ordenado por la Superintendencia de Electricidad (SIE), los gastos corrientes anuales de las tres (3) distribuidoras, si fueran gestionadas de una manera eficiente, se situarían en el orden de los ciento dos (102) millones de dólares. Esto significa, que en el 2019, según el estudio de INECON, las distribuidoras tuvieron un gasto corriente en exceso, en el orden de los seiscientos ochenta y uno (681) millones de dólares, siete (7) veces más, que el gasto corriente calculado por INECON para empresas distribuidoras gestionadas de manera eficiente y racional.
Las partidas de gastos operativos, proveedores y personal, representan el 86% de los gastos corrientes de las distribuidoras, siendo la partida de gastos operativos, la de mayor peso, representando el 50% del total de gastos corrientes de las tres (3) distribuidoras en el 2019. Esas tres (3) partidas, son las que las nuevas autoridades deben concentrar sus esfuerzos para producir una reducción drástica y significativa de los gastos corrientes de las distribuidoras, para llevar el mismo, a un nivel de eficiencia y racionalidad.
Al 30 de Abril 2020, la nómina de empleados fijos de las distribuidoras, se situaba en ocho mil setecientos sesenta y cinco (8,765).
Según el Estudio de la empresa chilena INECON de Julio 2016, la cantidad optima de empleados para que las tres (3) distribuidoras sean gestionadas de manera racional y eficiente, se sitúa en mil ochocientos treinta y cuatro (1,834). Esto significa, que en el 2019, según el estudio de INECON, las distribuidoras tuvieron una nómina de empleados fijos en exceso, en el orden de los seis mil novecientos seis (6,606) empleados, equivalentes a casi cuatro (4) veces, la cantidad de empleados con la que las distribuidoras pueden operar de manera eficiente y racional. Hay que destacar y resaltar, que la gran mayoría de los servicios que ofrecen las distribuidoras a los clientes, se encuentran tercerizados, es decir, bajo contrato con empresas externas.
EDESUR, siendo una empresa deficitaria, con elevadas deudas, virtualmente y técnicamente quebrada, al igual que las demás distribuidoras, la cual fue, la distribuidora de peor desempeño y gestión en el 2019, según el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico publicado por la CDEEE, si es eficiente y diligente, para convocar una licitación, declarada de urgencia, con el propósito único de comprar, cincuenta y siete (57) millones de pesos en mascarillas, licitación que tuvo que ser cancelada, luego de varias denuncias y cuestionamientos públicos que se produjeron.
EDEESTE, que es la distribuidora de peor desempeño y gestión en el sector eléctrico, con exceso de gastos corrientes y empleomanía, al igual que las demás distribuidoras, con las mayores pérdidas totales (energía comprada menos energía cobrada), las cuales son superiores al 45%, está gastando y dilapidando, más de trescientos cincuenta (350) millones de pesos, en la construcción de un edificio administrativo, un gasto que en nada contribuye a que dicha empresa tenga una gestión y desempeño eficiente y racional ni tampoco, a reducir el alto déficit financiero y gastos corrientes excesivos que posee. EDEESTE, al igual que el resto de las demás distribuidoras, es una empresa quebrada.
Al 30 de Abril 2020, CDEEE poseía una nómina de mil quinientos cuarenta y ocho (1,548) empleados fijos, sin contar los asesores, incluyendo trescientos setenta y cinco (375) militares.
El gasto en nómina de la CDEEE entre Enero y Abril 2020, fue de 9.9 millones de dólares, y en servicios no personales, fue de 15.4 millones de dólares, lo que arroja un total entre nómina y servicios no personales de 25.3 millones de dólares en los primeros cuatro (4) meses del 2020, equivalentes a cerca de mil quinientos (1,500) millones de pesos. Esto arroja una proyección para todo el 2020 de gasto en nómina más en gasto en servicios no personales, de más de setenta y cinco (75) millones de dólares, lo que equivale, a más de cuatro mil quinientos (4,500) millones de pesos para el 2020.
CDEEE es una empresa que ni genera, ni transmite, ni distribuye, ni comercializa electricidad, en consecuencia, las funciones que desempeña, pueden ser realizadas perfecta y eficientemente, con una nómina de menos de cincuenta (50) empleados. En Diciembre 2019, la Central Termoeléctrica Punta Catalina, paso a ser una empresa independiente de la CDEEE.
Según los datos publicados por la CDEEE en el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico, Abril 2020, para el 2020 se proyecta, que el déficit en flujo de caja (ingresos menos egresos) de las tres (3) distribuidoras, superara, una vez más, los mil (1,000) millones de dólares, a pesar de la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.
Lo anterior, confirma y ratifica una vez más, la mentira propagada por los funcionarios, autoridades, apologistas, publicitas y mercadólogos de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, quienes afirmaban y todavía afirman, que la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, eliminaría los déficits financieros del sector eléctrico. Este hecho, confirma y ratifica, que la Central Termoeléctrica Punta Catalina, es un fracaso, una estafa, una vergüenza, la gran mentira.
En el periodo Enero Abril 2020, según los datos publicados por la CDEEE en el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico, las pérdidas totales de las tres (3) (energía comprada a los generadores vs energía cobrada a los clientes), se situó en un promedio de 36.5%, con Edeeste, teniendo la perdida mayor en un 53%. En Abril del 2020, según el mismo Informe de Desempeño de la CDEEE, las pérdidas totales de las tres (3) distribuidoras, se situaron en 48%, con Edeeste, teniendo la perdida mayor en un 64%.
A pesar del desastre financiero y de gestión de las distribuidoras, Edesur tiene recursos para gastar cincuenta y siete (57) millones de pesos en comprar mascarillas y Edeeste, dispone de trescientos cincuenta (350) millones de pesos, para dilapidar en un edificio, con una fachada en cristal, cuyo costo de adquisición es de cuarenta y cinco (45) millones de pesos.
Una inversión anual promedio, en el orden de los ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, para reducción de perdidas, que es la inversión promedio anual realizada entre el 2009 y el 2019, , que supuestamente se ha realizado en los últimos ocho (8) años, para supuestamente programas y proyectos de reducción de las pérdidas totales de las distribuidoras, prolongaría la agonía y sangramiento de las finanzas públicas, pues el dinero que no se invierta en reducción de perdidas, deberá ser transferido en forma de gasto o subsidio al sector eléctrico, para poder suministrar entre el 75% y el 80% de la demanda de electricidad, que es lo que se suple en la actualidad, aun en la época de cuarentena, donde las distribuidoras, no han sido capaces de abastecer el 100% de la demanda, persistiendo los tediosos y molestosos apagones que castigan a la población, con todo y la entrada en operación de las dos (2) unidades, de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.
En los últimos ocho (8) años, el déficit anual, en flujo de caja (ingresos menos egresos) del sector eléctrico (distribuidoras más CDEEE), supera con creces los mil (1,000) millones de dólares y para el 2020, se proyecta un déficit de flujo de caja de las distribuidoras, superior a los mil (1,000) millones de dólares.
Insistimos en que el gran desafío y reto, para las próximas autoridades, que dirigirán el sector eléctrico a partir del 16 de Agosto del 2020, es la reducción drástica, de las elevadas pérdidas totales (energía comprada a los generadores-energía cobrada a los clientes), de las distribuidoras, las cuales se situaban en Abril del 2020, en alrededor del 48% , así como la drástica reducción de la ineficiencia y pésima gestión administrativa de las distribuidoras y la CDEEE, expresada en un excesivo número de empleados y excesivo gasto corriente.
Para lograr reducir las altas pérdidas totales, deberá realizarse un agresivo plan de inversiones en programas efectivos de reducción de perdidas, con una inversión inicial para el 2021, de una suma de unos quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa. Con esta inversión masiva en reducción de perdidas, que entre otras cosas, instale contadores a todas las viviendas, comercios e industrias, que consuman electricidad, se estaría en la dirección correcta, de poder detener y controlar la hemorragia financiera que sangra a las distribuidoras y a las finanzas públicas y producir el punto de inflexión en la gestión comercial de las distribuidoras.
Para alcanzar la meta de que las pérdidas totales se sitúen en el umbral del 15%, en base a los resultados del ritmo de inversión promedio anual de unos ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, durante el periodo 2009-2019, en supuestos programas y proyectos de reducción de perdidas, que han producido, con una reducción promedio anual en las pérdidas totales de 1.34 puntos porcentuales, se requerirían alrededor de unos nueve (9) años adicionales, que implicarían una inversión total en el orden de unos mil quinientos (1,500) millones de dólares, para que dé un 27% de pérdidas totales al 31 de Diciembre del 2019, se alcance la meta de 15%, la cual sería, la pérdida total máxima razonable, para una distribuidora gestionada de manera eficiente y racional.
El programa de gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en lo relativo al sector eléctrico establece “Instaurar un programa de reducción de pérdidas de las distribuidoras, mediante la ejecución de inversiones del orden de los 10 mil millones de pesos anuales, durante cinco años consecutivos”.
Diez mil (10,000) millones de pesos anuales, implica alrededor de ciento setenta (170) millones de dólares anuales, a la tasa de cambio de hoy. A medida que pasa el tiempo, como la promesa es fija de invertir diez mil (10,000) millones de pesos anuales, cada año, debido a la depreciación de la moneda y de la inflación, en términos reales y de dólares, la inversión en programas de reducción de perdidas en el sistema de distribución, ira disminuyendo.
La cifra de diez mil (10,000) millones de pesos anuales, equivalentes a unos ciento setenta (170) millones de dólares, es una cifra similar al promedio anual invertido en programas de reducción de pérdidas en el sistema de distribución, en el periodo 2009-2019, que ha sido en un promedio anual de unos ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, lo que ha producido, una reducción promedio anual en las pérdidas totales de 1.34 puntos porcentuales. Eso implicaría, por lo menos, nueve (9) años más, de déficits crónicos de flujo de caja (ingresos menos egresos) del sector eléctrico, superiores a los mil (1,000) millones de dólares por año, para mantener un abastecimiento y suministro de electricidad, entre el 75% y 80% de la demanda, que es lo que se abastece en la actualidad. Los números y las matemáticas no mienten.
Con la propuesta el PRM, de invertir anualmente diez mil (10,000) millones de pesos, en programas de reducción de pérdidas en el sistema de distribución, para alcanzar la meta de que las pérdidas totales en el sistema eléctrico se sitúan en el 15%, que es el valor máximo aceptable para un sistema eficiente, tomaría no menos de diez (10) años y para poder mantener un suministro de electricidad a la población en el orden de satisfacer entre un 75% y 80% de la demanda, que es lo que se abastece en la actualidad, se requerirían transferencias adicionales desde el presupuesto general de la nación al sector eléctrico, en el orden de los mil (1,000) millones de dólares anuales o superior, tal y como ha venido ocurriendo en los últimos once (11) años.
Reiteramos, que como dice Albert Einstein, “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.
El PRM no tiene ninguna excusa para no producir el punto de inflexión necesario y urgente, que transforme radicalmente el desastre financiero del sector eléctrico, ocurrido en los últimos dieciséis (16) años, en el periodo 2004-2020, donde el Estado Dominicano, ha gastado más de cuarenta mil millones de dólares en el sector eléctrico, para que la situación, esté igual o peor.
El PRM está en el deber y obligación, de tomar el toro por los cuernos, de hacer lo que se tiene que hacer, que es transformar y convertir el circulo vicioso del sector eléctrico, en un circulo virtuoso.
Estamos totalmente convencidos, de que el dinero que no se invierta en programas de reducción de pérdidas de las distribuidoras, terminara como gasto corriente, para cubrir los déficits financieros y de flujo de caja, que experimentan año tras año las distribuidoras, déficits que superan los mil (1,000) millones de dólares anuales, a pesar de la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, para solamente abastecer entre el 75% y 80% de la demanda, lo que produce como consecuencia, que los apagones no se disminuyen y mucho menos eliminan. La realidad no es opcional.
Reiteramos que para contener la hemorragia financiera del sector eléctrico, se necesita la aplicación de un torniquete y ese torniquete se lograría, con la inversión masiva en el 2021, de unos quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa, en el 2022, trescientos (300) millones de dólares y doscientos (200) millones de dólares en el 2023, para ser dedicados única exclusivamente en proyectos y programas de reducción de las pérdidas en el sistema de distribución medida y decisión de inversión, a ser complementada, con la reducción drástica de los gastos corrientes de las distribuidoras y de la CDEEE, Empresa De Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) y Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC).