Para comprender mejor, los orígenes, las causas, las raíces y génesis, del desastre financiero del sector eléctrico, basta con analizar la evolución realizadas por las distribuidoras en programas y proyectos de reducción de perdidas, la evolución de las perdidas totales, gastos corrientes y numero de empleados de las distribuidoras, en el tiempo.

El Cuadro 1 muestra la evolución entre el 2009 y el 2019, de las inversiones realizadas por las distribuidoras en programas y proyectos de reducción de pérdidas, las pérdidas totales, gastos corrientes y cantidad de empleados, según los datos contenidos en el Informe de Desempeño el Sector Eléctrico Abril 2020, publicado por la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).

 

  1. Entre el 2009 y el 2019, las distribuidoras han invertido, supuestamente en programas y proyectos de reducción de perdidas, un total de mil setecientos ochenta y uno (1,781) millones de dólares, a razón de unos ciento sesenta y dos (162) millones de dólares de promedio anual.
  2. Entre el 2009 y el 2019, las pérdidas totales (energía comprada a los generadores menos energía cobrada a los clientes) de las distribuidoras, han descendido quince (15) puntos porcentuales, al pasar de 42% a 27%, para un promedio anual de reducción de pérdidas totales de 1.34 puntos porcentuales.
  3. Entre el 2009 y el 2019, los gastos corrientes anuales de las distribuidoras, se han incrementado en 314 millones de dólares, para un incremento de un 67%, al pasar de cuatrocientos sesenta y nueve (469) millones de dólares a setecientos ochenta y tres (783) millones de dólares, mientras que entre el 2012 y el 2019, el gasto corriente anual de las distribuidoras, ha aumentado en ciento cincuenta y seis (156) millones de dólares, equivalente a un 25% de incremento.
  4. Según el Estudio de la empresa chilena INECON de Julio 2016, “Actualización del Estudio para la Determinación y Ajuste de las Tarifas de Suministro de Energía Eléctrica a Clientes Regulados (Tarifa Técnica) y del Valor Agregado de Transmisión (Peaje)”, ordenado por la Superintendencia de Electricidad (SIE), los gastos corrientes anuales de las tres (3) distribuidoras, si fueran gestionadas de una manera eficiente, se situarían en el orden de los ciento dos (102) millones de dólares. En el 2019, las distribuidoras tuvieron un gasto corriente de unos setecientos ochenta y tres (783) millones de dólares, lo que significa, que en el 2019, según el estudio de INECON, las distribuidoras tuvieron un gasto corriente en exceso, en el orden de los seiscientos ochenta y uno (681) millones de dólares, siete (7) veces más, que el gasto corriente calculado por INECON para empresas distribuidoras gestionadas de manera eficiente y racional. Mientras que el gasto corriente promedio anual para el periodo 2009-2019, fue superior en unos quinientos cuarenta y cuatro (544) millones de dólares, con relación a la estimación realizada por INECON en el Estudio de Julio 2016, para distribuidoras gestionadas de manera eficiente. De acuerdo con el estudio de INECON, en once (11) anos, las distribuidoras han acumulado un gasto corriente en exceso en el orden de los seis mil (6,000) millones de dólares.
  5. Entre el 2009 y el 2019, la cantidad de empleados fijos de las distribuidoras, se ha incrementado en 3,362, para un incremento de 63%, al pasar de 5,378 a 8,740. Al 30 de Abril 2020, la nómina de empleados fijos de las distribuidoras, continúo incrementándose, situándose la misma en ocho mil setecientos sesenta y cinco (8,765) empleados fijos, veinticinco (25) empleados más de los que existían a Diciembre 31 2019. Entre el 2012 y el 2019, la cantidad de empleados fijos de las distribuidoras, ha aumentado en dos mil doscientos noventa y tres (2,293), equivalente a un 36% de incremento.
  6. Según el Estudio de la empresa chilena INECON de Julio 2016, la cantidad optima de empleados para que las tres (3) distribuidoras sean gestionadas de manera racional y eficiente, se sitúa en mil ochocientos treinta y cuatro (1,834). Esto significa, que en el 2019, según el estudio de INECON, las distribuidoras tuvieron una nómina de empleados fijos en exceso, en el orden de los seis mil novecientos seis (6,606) empleados, equivalentes a casi cuatro (4) veces, la cantidad de empleados con la que las distribuidoras pueden operar de manera eficiente y racional. Hay que destacar y resaltar, que la gran mayoría de los servicios que ofrecen las distribuidoras a los clientes, se encuentran tercerizados, es decir, bajo contrato con empresas externas.
  7. Para alcanzar la meta de que las pérdidas totales se sitúen en el umbral del 15%, en base a los resultados del ritmo de inversión promedio anual de unos ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, durante el periodo 2009-2019, en supuestos programas y proyectos de reducción de perdidas, que han producido, con una reducción promedio anual en las pérdidas totales de 1.34 puntos porcentuales, se requerirían alrededor de unos nueve (9) años adicionales, que implicarían una inversión total en el orden de unos mil quinientos (1,500) millones de dólares, para que dé un 27% de pérdidas totales al 31 de Diciembre del 2019, se alcance la meta de 15%, la cual sería, la pérdida total máxima razonable, para una distribuidora gestionada de manera eficiente y racional. Eso implicaría, por lo menos, nueve (9) años más, de déficits crónicos de flujo de caja (ingresos menos egresos) del sector eléctrico, superiores a los mil (1,000) millones de dólares por año, para mantener un abastecimiento y suministro de electricidad, entre el 75% y 80% de la demanda, que es lo que se abastece en la actualidad.

Las cifras que figuran en el Cuadro 1, confirman y ratifican, que el grave problema financiero del sector eléctrico, radica única y exclusivamente, en la ineficiencia, pésima gestión de las distribuidoras y en el exceso de empleomanía y gastos corrientes, de las distribuidoras y la CDEEE.

De las aproximadamente 3.2 millones de viviendas que existen en el País en el 2019, de acuerdo con las estimaciones realizadas a partir de las informaciones extraídas del Informe Dominicana En Cifras 2019, publicado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el Informe de desempeño del Sector Eléctrico Diciembre del 2019 y los Informes de Gestión Comercial, 2015 a 2019, ambos publicados por la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), el 27%, equivalente a unas 682,331 viviendas, consumen electricidad y su consumo no es medido por carecer de contadores o medidores. De acuerdo con informaciones extraoficiales asociadas a las instituciones gubernamentales del sector eléctrico, se estima que alrededor de un (1) millón de usuarios, consumen electricidad y su consumo no es medido, por carecer de contadores.

Resulta insólito, increíble, inaceptable, imperdonable, injustificable, indefendible, que en pleno siglo 21, año 2020, a veintiún (21) años del inicio de la Capitalización del Sector Eléctrico, exista esa gran cantidad de hogares que consuman electricidad y su consumo no sea medido, por carecer de contadores. Esto confirma, la incapacidad, ineficiencia y pésima gestión de las distribuidoras, las cuales son muy eficientes y diligentes, para estafar a los clientes, sobrefacturando su consumo de electricidad durante la cuarentena.

EDESUR, siendo una empresa deficitaria, con elevadas deudas, virtualmente y técnicamente quebrada, al igual que las demás distribuidoras, la cual fue, la distribuidora de peor desempeño y gestión en el 2019, según el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico publicado por la CDEEE, si es eficiente y diligente,  para convocar una licitación, declarada de urgencia, con el propósito único de comprar, cincuenta y siete (57) millones de pesos en mascarillas, licitación que tuvo que ser cancelada, luego de varias denuncias y cuestionamientos públicos que se produjeron.

EDEESTE, que es la distribuidora de peor desempeño y gestión en el sector eléctrico, con exceso de gastos corrientes y empleomanía, al igual que las demás distribuidoras, con las mayores pérdidas totales (energía comprada menos energía cobrada), las cuales son superiores al 45%, está gastando y dilapidando, más de trescientos cincuenta (350) millones de pesos, en la construcción de un edificio administrativo, un gasto que en nada contribuye a que dicha empresa tenga una gestión y desempeño eficiente y racional ni tampoco, a reducir el alto déficit financiero y gastos corrientes excesivos que posee. EDEESTE, al igual que el resto de las demás distribuidoras, es una empresa quebrada.

Según los datos publicados por la CDEEE en el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico, Abril 2020, para el 2020 se proyecta, que el déficit en flujo de caja (ingresos menos egresos) de las tres (3) distribuidoras, superara, una vez más, los mil (1,000) millones de dólares, a pesar de la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.

Lo anterior, confirma y ratifica una vez más, la mentira propagada por los funcionarios, autoridades, apologistas, publicitas y mercadólogos de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, quienes afirmaban y todavía afirman, que la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, eliminaría los déficits financieros del sector eléctrico. Este hecho, confirma y ratifica, que la Central Termoeléctrica Punta Catalina, es un fracaso, una estafa, una vergüenza, la gran mentira.

En el periodo Enero Abril 2020, según los datos publicados por la CDEEE en el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico, las pérdidas totales de las tres (3) (energía comprada a los generadores vs energía cobrada a los clientes), se situó en un promedio de 36.5%, con Edeeste, teniendo la perdida mayor en un 53%. En Abril del 2020, según el mismo Informe de Desempeño de la CDEEE, las pérdidas totales de las tres (3) distribuidoras, se situaron en 48%, con Edeeste, teniendo la perdida mayor en un 64%.

A pesar del desastre financiero y de gestión de las distribuidoras, Edesur tiene recursos para gastar cincuenta y siete (57) millones de pesos en comprar mascarillas y Edeeste, dispone de trescientos cincuenta (350) millones de pesos, para dilapidar en un edificio, con una fachada en cristal, cuyo costo de adquisición es de cuarenta y cinco (45) millones de pesos.

En el Discurso de Rendición de Cuentas ante la Asamblea Nacional, pronunciado el 27 de Febrero del 2017, el Presidente de la Republica afirmo “Para que se hagan una idea, entre el año 2004 y el año 2016 el Estado gastó en transferencias al sector eléctrico once mil cuatrocientos seis (11,406) millones de dólares. De dólares, señoras y señores, que llevados a pesos dominicanos a un tipo de cambio de 47 pesos por dólar equivale a más de 536 mil millones de pesos dominicanos”. Esto significa, un promedio anual de transferencia financiera al sector eléctrico, de unos 877 millones de dólares anuales.

El 17 de Diciembre del 2019, durante la inauguración del gasoducto del este, el cual transporta gas natural, desde la terminal localizada en Andrés, Boca Chica, hasta el parque de generación térmica localizado en San Pedro de Macorís, en un improvisado discurso pronunciado por el Presidente de la Republica, confiesa con pena, dolor, enojo y frustración, que a pesar del Gobierno Central, haber transferido al sector eléctrico entre 2012 y 2019, más de trece (13) mil millones de dólares, la situación de dicho sector está peor que hace siete (7) años. Esto significa, un promedio anual de transferencia de recursos económicos al sector eléctrico, de unos mil seiscientos veinticinco (1,625) millones de dólares anuales. En esas declaraciones del Presidente de la Republica, confeso con pena, dolor y frustración, que a pesar de la enorme transferencia de recursos económicos al sector eléctrico, la situación estaba peor que hace siete (7) años.

Entre el 2004 y el 2020, el Gobierno Central, terminara transfiriendo recursos económicos al sector eléctrico, en el orden de los veinte (20) mil millones de dólares, la mayoría de esos recursos han sido utilizados y dilapidados en subsidio al sector eléctrico, para cubrir l pésima gestión e ineficiencia de las distribuidoras, el escaso de empleomanía y gastos corrientes de las distribuidoras y la CDEEE y una parte menor, en inversiones en líneas y subestaciones de transmisión, dos (2) centrales hidroeléctricas, principales, Pinalito y Palomino, cuyos costos se triplicaron, sin que la generación de electricidad de dichas centrales aumentara, proyectos de reducción de pérdidas de las distribuidoras y el mayor hoyo financiero y fracaso que constituye la construcción de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, obra manejada con una absoluta y total opacidad y que debido a su pésima gestión por parte de la CDEEE, el costo inicial vendido al Presidente de la Republica, de mil quinientos (1,500) millones de dólares, termino en más del doble, unos tres mil trescientos (3,300) millones de dólares.

Entre el 2009 y el 2019, las distribuidoras han tenido ingresos por concepto de cobros en el orden de los dieciséis (16) mil millones de dólares, según el Informe de Desempeño del Sector \Eléctrico de Abril 2020, publicado por la CDEEE. Proyectando al periodo 2004-2020, las distribuidoras tendrían unos ingresos por cobros en el orden de los veintitrés (23) mil millones de dólares.

Lo anterior significa, que entre el 2004 y el 2020, sumando las transferencias de recursos económicos, realizadas por el Gobierno Central al sector eléctrico, unos veinte (20) mil millones de dólares, más los cobros de las distribuidoras en el mismo periodo, unos veintitrés (23) mil millones de dólares, el sector eléctrico estatal, ha manejado recursos económicos en el orden de los cuarenta y tres (43) mil millones de dólares y a pesar de la exorbitante cantidad de dinero manejada,  el problema del sector eléctrico no fue resuelto,  persistiendo hoy día entre la población, los mismos problemas y males de hace dieciséis (16) años, como son largos e intensos apagones, altas perdidas de las distribuidoras, agravándose los elevados déficits financieros de las distribuidoras y el sector eléctrico en general, el exceso de empleomanía y gastos corrientes en las distribuidoras y las empresas eléctricas estatales, CDEEE, Empresa De Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) y la Central Termoeléctrica Punta Catalina.

Todo lo expuesto y documentado, constituye una verdadera vergüenza, un verdadero dispendio, dilapidación y derroche de incapacidad y pésima gestión, que confirman y ratifican, el fracaso de la gestión en el sector eléctrico, durante dieciséis (16) años, a pesar de los cuantiosos recursos económicos manejados.

Al 30 de Abril 2020, CDEEE poseía una nómina de mil quinientos cuarenta y ocho (1,548) empleados fijos, sin contar los asesores, incluyendo trescientos setenta y cinco (375) militares. CDEEE es una empresa que ni genera, ni transmite, ni distribuye, ni comercializa electricidad, en consecuencia, las funciones que desempeña, pueden ser realizadas perfecta y eficientemente, con una nómina de menos de cincuenta (50) empleados. En Diciembre 2019, la Central Termoeléctrica Punta Catalina, paso a ser una empresa independiente de la CDEEE.

Insistimos en que el gran desafío y reto, para las próximas autoridades, que dirigirán el sector eléctrico a partir del 16 de Agosto del 2020, es la reducción drástica, de las elevadas pérdidas totales (energía comprada a los generadores-energía cobrada a los clientes),  de las distribuidoras, las cuales se situaban en Abril del 2020, en alrededor del 48% , así como la drástica reducción de la ineficiencia y pésima gestión administrativa de las distribuidoras y la CDEEE, expresada en un excesivo número de empleados y excesivo gasto corriente.

Para lograr reducir las altas pérdidas totales, deberá realizarse un agresivo plan de inversiones en programas efectivos de reducción de perdidas, con una inversión inicial para el 2021, de una suma de unos quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa. Con esta inversión masiva en reducción de perdidas, que entre otras cosas, instale contadores a todas las viviendas, comercios e industrias, que consuman electricidad, se estaría en la dirección correcta, de poder detener y controlar la hemorragia financiera que sangra a las distribuidoras y a las finanzas públicas y producir el punto de inflexión en la gestión comercial de las distribuidoras.

Una inversión anual promedio, en el orden de los ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, para reducción de perdidas, que es la inversión promedio anual realizada entre el 2009 y el 2019, , que supuestamente se ha realizado en los últimos ocho (8) años, para supuestamente programas y proyectos de reducción de las pérdidas totales de las distribuidoras, prolongaría la agonía y sangramiento de las finanzas públicas, pues el dinero que no se invierta en reducción de perdidas, deberá ser transferido en forma de gasto o subsidio al sector eléctrico, para poder suministrar entre el 75% y el 80% de la demanda de electricidad, que es lo que se suple en la actualidad, aun en la época de cuarentena, donde las distribuidoras, no han sido capaces de abastecer el 100% de la demanda, persistiendo los tediosos y molestosos apagones que castigan a la población, con todo y la entrada en operación de las dos (2) unidades, de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.

En los últimos ocho (8) años, el déficit anual, en flujo de caja (ingresos menos egresos) del sector eléctrico (distribuidoras más CDEEE), supera con creces los mil (1,000) millones de dólares y para el 2020, se proyecta un déficit de flujo de caja de las distribuidoras, superior a los mil (1,000) millones de dólares.

El programa de gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en lo relativo al sector eléctrico establece Instaurar un programa de reducción de pérdidas de las distribuidoras, mediante la ejecución de inversiones del orden de los 10 mil millones de pesos anuales, durante cinco años consecutivos”.

Diez mil (10,000) millones de pesos anuales, implica alrededor de ciento setenta (170) millones de dólares anuales, a la tasa de cambio de hoy. A medida que pasa el tiempo, como la promesa es fija de invertir diez mil (10,000) millones de pesos anuales, cada año, debido a la depreciación de la moneda y de la inflación, en términos reales y de dólares, la inversión en programas de reducción de perdidas en el sistema de distribución, ira disminuyendo.

La cifra de diez mil (10,000) millones de pesos anuales, equivalentes a unos ciento setenta (170) millones de dólares, es una cifra similar al promedio anual invertido en programas de reducción de pérdidas en el sistema de distribución, en el periodo 2009-2019, que ha sido en un promedio anual de unos ciento sesenta y dos (162) millones de dólares, lo que ha producido, una reducción promedio anual en las pérdidas totales de 1.34 puntos porcentuales.

Con la propuesta el PRM, de invertir anualmente diez mil (10,000) millones de pesos, en programas de reducción de pérdidas en el sistema de distribución, para alcanzar la meta de que las pérdidas totales en el sistema eléctrico se sitúan en el 15%, que es el valor máximo aceptable para un sistema eficiente, tomaría no menos de diez (10) años y para poder mantener un suministro de electricidad a la población en el orden de satisfacer entre un 75% y 80% de la demanda, que es lo que se abastece en la actualidad, se requerirían transferencias adicionales desde el presupuesto general de la nación al sector eléctrico, en el orden de los mil (1,000) millones de dólares anuales o superior, tal y como ha venido ocurriendo en los últimos once (11) años.

Como dice Albert Einstein, “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.

Para contener la hemorragia financiera del sector eléctrico, se necesita la aplicación de un torniquete y ese torniquete se lograría, con la inversión masiva en el 2021, de unos quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa, en el 2022, trescientos (300) millones de dólares y doscientos (200) millones de dólares en el 2023, para ser dedicados única exclusivamente en proyectos y programas de reducción de las pérdidas en el sistema de distribución medida y decisión de inversión, a ser complementada, con la reducción drástica de los gastos corrientes de las distribuidoras y de la CDEEE, Empresa De Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) y Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC).