Como parte de los diversos gestos, productividades y marcos artísticos de la ultramodernidad, tanto la teoría como la crítica llamada de arte asumen una concepción de la mirada analítica individual, toda vez que el modo de ver y conceptualizar o reconocer un producto artístico, permite entrar en aquello que conocemos como obra de arte.

Esta cardinal no solo franquea y atraviesa el significado-significante elegido, sino también produce los efectos de lectura interna y externa,  vertical-horizontal como parte de una filosofía de la imagen ideal; abstracta, poética, visualizada en el orden de la representación representada, todo lo cual dará lugar a una experiencia de la mirada, pero también a un método de trabajo donde el experticio ahonda  en el espacio de los significados desde la teoría y la crítica de la obra.

El experticio crítico-analítico facilita el tipo de interpretación y comprensión de lo artístico en tanto que cuerpo modélico de la visualidad; el mismo se explica mediante las texturas, los gestos, superficies y profundidades de la reflexión teórico-crítica y hermenéutica de la obra de arte. Todo este proceso va a implicar en contexto una productividad significante desde una posición de testimonio, intencionalidad, actitud y valor de la obra como construcción, relación y conjunción como experiencia estética traductora, articuladora del sentido y las formas visuales.

¿Cuál sería el valor de la tipología y la geografía del signo artístico en este contexto? Lo que supone esta pregunta orienta una respuesta positivadora y realizadora del orden temporal y espacial de su sentido dentro o fuera de la historia como suma o fragmento de significación.

En algún momento y desde la cosmovisión de un “inconsciente óptico”, Rosalind Krauss (1993) ha planteado la posibilidad de des-cubrir todo significante que por su naturaleza se exprese de una manera legible o ilegible en la representación de su contenido-sustancia de lo que conduce a pensar en un posicionamiento de opacidad y transparencia de la obra-imagen y del sentido-cuerpo. Este último enfrenta en varios niveles y grados a la teoría y crítica de arte y la crítica cultural en tiempos y espacios de lo inteligible o ininteligible de la obra de arte. Las diversas formas de lo inteligible de la obra de arte, según Robert Klein (ver La forma de lo inteligible), se explica a partir de una visión de síntesis, espejo, huella, marca, travesía o fuerza significante del arte y lo artístico.

En su obra titulada La elocuencia de los símbolos Edgar Wind (1995), pone al descubrimiento determinadas metáforas del arte renacentista y post- renacentista, a partir de una interpretación y comprensión de los mitos, desde el ordenamiento clásico y la transgresión postclásica. La travesía retórica de los signos reconocida y particularizada en sus ejes de memoria, orientan el lenguaje y las formas de la creación artística.

Siguiendo el marco teórico-histórico multidisciplinario, Aby Warburg, analiza por etapas el fenómeno de la “elocuencia” como dirección y lenguaje que hacen explícito lo artístico en un sistema de representación simbólica concentrado en la razón sensible y visional. (Ver, en tal sentido, Ernst H. Gombrich: Aby Warburg. Una biografía, Eds. Alianza Editorial, Madrid, 1992).

En lo relativo a una tropología moderna de las artes visuales, existe una posibilidad de concentrar la significación de las imágenes turbias o transparentes a partir de la metáfora, la metonimia y otras figuras del pensamiento y del lenguaje que orientan las fluencias y los estratos de la obra de arte, tal y como se puede ver en los análisis de Schlosser, Gombrich, Panofsky, Wittkower, Saxl  bajo una investigación sobre la vida de las imágenes  llevada a cabo por otros otros iconólogos y estudiosos de la ciencia de los símbolos artísticos y culturales.

Es importante destacar en este contexto la impresionante obra de Walter Benjamin y otros teóricos de la crítica que concentraron sus esfuerzos en investigar, analizar, y comprender los diversos registros y esquemas de las producciones artístico-visuales. La cardinal o las cardinales expresas en el señalado sistema de investigación planeado por los seguidores de Aby Warburg, orientaron un proceso y una experiencia experta y contextual del análisis artístico en el orden de la comprensión cultural de las imágenes visuales y artísticas.