El documento de la Red Española de Filosofía (El país, 5-2-2019), reivindica la importancia del discernimiento para nuestras vidas y la necesidad de criterios racionales para fomentarlo.

La palabra discernir proviene del latín discernere. Su significado es distinguir. Sus prefijos remiten a distinguir o separar entre lo diverso. Cuando decimos de una persona que posee discernimiento, asumimos que la misma es capaz de distinguir correctamente donde hay diversas opciones, donde hay una situación confusa.

El documento de la Red recuerda que nuestra época se caracteriza por la acumulación de un inmensa cantidad de información, accesible, pero indiscriminada. En la medida que se entremezclan informaciones fidedignas con noticias distorsionadas, y existen intereses políticos que pretenden obtener beneficios electorales de la distorsión de los datos, se hace imperioso desarrollar la capacidad para separar "la paja del grano".

La competencia para realizar la referida distinción no es innata. Al igual que las demás capacidades, requiere de entrenamiento y de hábito. Por esto, se insiste, los jóvenes deben ser expuestos a la enseñanza de asignaturas que estimulen la actitud crítica y el discernimiento.

El futuro de una sociedad democrática depende de ello. La carencia generalizada de discernimiento expone la ciudadanía a la demagogia, al nacionalismo chovinista, al populismo, así como a las más crueles formas de vida autoritarias.