Un poco por variar de tema, ya sea por cansancio de tanta COVID-19; o tanto esperar un desenlace de institucionalidad en el vecindario de la Hispaniola, voy a escribir de una una larga serie turca –tan de moda en estos momentos–, pero de temática geopolítica. El tema no es exclusivo de este escribidor, porque el colega internacionalista Lic. Luis González nos ha traído con unos intelectuales turcos con motivo de la celebración del centenario de la caída del Imperio Otomano en 2017.

Mi interés es seguir la saga novelada de las tribus Kayi y Dodulga que vencieron en sucesión a los cruzados, los mongoles y a los bizantinos, en una proeza donde evitó el avance mongol hacia Europa cristiana, conquistó Constatinopla, en el momento de la historia Bizancio y rebautizada Estambul. Fue una historia que redefinió el mundo moderno arrancándolo de fanatismo religioso del medioevo europeo.

La historia está situada entre los regímenes ayubíes y selyúcidas. Recurriendo al tío Google: La dinastía ayubí (1171-1250) fue un linaje de sultanes en Siria y Egipto de origen kurdo. La dinastía se inicia con Saladino (Salah al-Din Yusuf), al ser proclamado sultán de Siria y Egipto, y termina con el sultán Turan Shah, depuesto y muerto por los mamelucos el 2 de mayo de 1250. Algunos autores sitúan el inicio de la dinastía en 1171, fecha en el que Saladino se proclama sultán de Egipto, y otros lo sitúan en 1181, porque, en el periodo entre 1171 a 1181, Saladino dependía administrativamente del sultán de Siria, aun cuando este poder era más formal que real.

Por otra parte, según el mismo “tío Google”, el sultanato selyúcida  o gran sultanato selyúcida fue un imperio musulmán suní túrquico-persa de la alta edad media,​ originario de la rama Qiniq de los turcos oguz. ​Llegaron a Anatolia (nombre de la península donde se asienta la actual Turquía, procedentes del Asia Central a finales del siglo X dirigidos por Selyuq, que dio su nombre tanto al sultanato como a la dinastía, y entre mediados del siglo XI y finales del siglo XIII, causaron estragos entre bizantinos y árabes, acabaron con el Califato Abasí y debilitaron considerablemente al Imperio Bizantino con su empuje religioso hacia Occidente.

En su mayor extensión, el sultanato selyúcida controlaba una vasta zona que se extendía desde Anatolia occidental y el Levante Mediterráneo, en el este, hasta la cordillera del Hindu Kush, en el este, y desde Asia Central, en el norte, hasta el golfo Pérsico, en el sur.

El sultanato fue fundado en 1037 por Toğrül Beg (990-1063) y su hermano Changhri Beg (989-1060). Desde sus tierras natales cerca del mar de Aral, los selyúcidas avanzaron primero hacia Jorasán y luego entraron a la Persia continental. Toğrül fue sucedido por su sobrino Alp Arslan (r. 1063-1072), que fue el verdadero fundador del Imperio selyúcida, con capital en Rayy (actual Teherán). Alp Arslan conquistó Alepo (1070), Armenia, y comenzó las incursiones a los territorios orientales del Imperio Bizantino.

En 1071, venció a las tropas del emperador Romano IV Diógenes, el cual cayó prisionero en la batalla de Manzikert, que dio inicio al poder turcomano en Anatolia, lo que será el origen del sultanato de Rüm. ​ Esa será una de las razones de la primera cruzada (1095-1099). Las Tribus Kayi y Dodurga eran leales a los selyúcidas.

¿Quién es Diriliş Ertuğrul?

Ertuğrul (¿?, 1198 – Söğüt, 1281), (también Ertoğrul), fue el padre del bey Osmán I, fundador del Imperio otomano… Al igual que su hijo, Osmán, y sus futuros descendientes, Ertuğrul es a menudo referido como un Ghazi, un campeón heroico y luchador por la causa del Islam.

Además, Diriliş Ertuğrul (en español: Resurrección Ertuğrul) es una serie de televisión turca de 2014, producida por Tekden Film y emitida por TRT 1. Una de cinco años y 448 capítulos. Ya se ha anunciado la secuela que trata sobre su hijo Osman I, primer fundador-gobernante del Imperio Otomano. Disponible en la plataforma de Netflix. (¡Valga la promoción!)

El momento de gloria del Imperio Otomano está recreado en otra serie de Netflix: El ascenso de un Imperio Otomano. El sultán Mehmed II libra una batalla para tomar la capital del Imperio Romano de Oriente, la Bizancio de antaño que Constantino renombró como Constantinopla y cambia el curso de la historia. Actualmente la conocemos como Estambul, la ciudad entre dos continentes.

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¿Qué tiene que ver esta serie de interés para los dominicanos? Desde mi punto de vista, creo que la formación de la autoidentificación de una nación para crear un Estado que represente a la comunidad está reflejado es el argumento. Es posible que el uso inapropiado del Estado para representar el Sultanato no es acorde a esta conceptualización derivada de la modernidad. Es un gafe histórico, pero aún es pedagógico porque sería complicada la estructura política a partir de una sociedad nómada.

El “caciquismo” criollo es un factor para identificarnos con el nomadismo turcómano que trata la serie. El sentido de comunidad es lo que combaten los nómadas con las estructuras árabes o protoárabes, para crear una sociedad solidaria, que eventualmente resulta en el Imperio Otomano.

¿Podría ser esta serie, y todo el esfuerzo de revivir el Imperio Otomano, el renacimiento de un régimen religioso musulmán como el de Taryip Erdogán en Turquía luego del desmantelamiento del rol tutelar del Ejército como guardián de la naturaleza laica del régimen nacido en 1917 a raíz del Golpe de Estado de Kermal Atartuk? (Una calle de Santo Domingo lleva su nombre.)

¿Revivirá el esfuerzo de ser Turquía una nueva resurgente superpotencia en el mundo pospandémico en base al resurgimiento de ficcionalizar sus leyendas identitarias del pasado? ¿Podrá rivalizar con el régimen de los “saúdes” de la Arabia de los Sunitas? ¿Podrá enfrentar al régimen chiita de los ayatolás de Irán? ¿Controlará la revuelta en casa de los levantiscos kurdos, luego de establecimiento de una autonomía kurda en Irak? Muchas preguntas para una serie turca llena de melodramas de telenovelas.