En un plan de pensiones que garantice altos porcentajes del último salario, el déficit actuarial es congénito.  Desde que se están haciendo los borradores del convenio, se sabe a ciencia cierta que es imposible conseguir en el sistema financiero o mercados de capitales las tasas de interés que permitan la sostenibilidad financiera de ese beneficio. Es simplemente irreal que aportes razonables mensuales de la empresa y el trabajador, puedan crecer para garantizar con equilibrio o superávit una pensión del 90% del ultimo salario.

La reforma del sistema previsional eliminó este tipo de planes del menú de conquistas laborales prometían sindicalistas.  Desde que se empezó a discutir la posiblidad de esta reforma, la adversaron. Basar las pensiones en el valor que se logró capitalizar a la ead de retiro, de los montos que fueron descontados al propio trabajador era una burla de la “burguesía explotadora”. De salarios que no alcanzan para comprar la canasta básica, se estaría sacando una parte para entregar a bancos que, como no son de los trabajadores, pagarán tasas bajas de interés.  Si al salario que es poco, que no sube o cuando sube es poco y por escalera, le van a quitar una parte para pagarle poco ¿cómo alcanzará una canasta que sube en ascensor, movido por planta eléctrica, a la edad de retiro?

Recuerdo que más o menos así eran sus argumentos cuando desistieron de participar en uno de los primeros seminarios internacionales sobre reforma de pensiones basada en la capitalización individual. A mediado de los 90s, me tocó participar activamente en su organización, gracias al apoyo de Mario Báez, dominicano y funcionario en la CEPAL, a la Fundación Economía y Desarrollo.  No fueron panelistas, pero distribuyeron por escrito al público congregado en el auditorio del Banco central, su opinión contraria: lo mejor del mundo es el sistema de reparto con la administración gubernamental de los fondos, única garantía de lograr la multiplicación de los panes y los peces en los años de retiro.

La reforma trajo las cuentas individuales para el retiro que crecen con aportes del trabajador, su empleador y la rentabilidad que logran las Adminstradoras de Fondos de Pensiones, AFP, invirtiendo en depósitos bancarios o bonos y otros instrumentos del mercado de valores.  También la migración a este esquema de la mayoría de los fondos de pensiones privados de beneficio definido, entregando al trabajador los fondos acumulados

Los que no se transformaron, tuvieron que cerrar el ingreso de nuevos trabajadores y aceptar el dolor de cabeza de tener que administrar dos sistemas.  Ejemplos de la migraña: a) El déficit actuarial de un plan que sólo abarca una parte de la empleomanía, es cubierto de utilidades que son generados por todos (Problema equidad); b) Como su magnitud es función del último salario, se introduce rigidez general a las remuneraciones o escalas diferentes de acuerdo a la afiliación al plan (ni bien ni mal, todo lo contrario).