Este año recordamos el décimo aniversario del catastrófico terremoto que afectó a Haití en enero de 2010 el cual causó el deceso de miles de personas, grandes pérdidas económicas y daños estructurales de los cuales el país está aún en proceso de recuperación.
Iniciamos este año con un importante logro, pues el pasado 23 de enero conocimos la grata noticia por parte de la doctora Carissa Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que Haití cumple un año sin reportar casos confirmados de cólera, enfermedad que comenzó en el país en octubre de 2010, cuando se confirmó un brote de cólera por primera vez en más de un siglo. Este episodio ha sido el peor en la historia reciente afectando a más de 820,000 personas y causando el fallecimiento de 9,792 personas, de acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública y Población de Haití.
Esta noticia nos embarga de un sentimiento agridulce. Sobre todo, para quienes, desde la comunidad internacional que, sumada al generoso apoyo del gobierno y del pueblo dominicano, tendimos la mano al país vecino para levantarse de los escombros que sepultó a más de 200,000 personas y dejó sin hogar al menos a 1,5 millones más.
Desde el 24 de enero de 2012, no se han informado pruebas positivas de cólera durante 12 meses consecutivos. Los esfuerzos de Haití dirigidos por las autoridades nacionales, con el apoyo de socios internacionales, han logrado mantener la tendencia de transmisión cero consecutivamente entre 2016 y 2019. Durante las últimas semanas se ha registrado un promedio de tan solo 5 casos sospechosos de cólera por semana en todo el país, de los cuales todos han resultado negativos. Esto en comparación con el pico del brote cuando se registraban más de 18,500 casos sospechosos por semana.
La República Dominicana también se vio afectada por este brote de cólera, pero la respuesta del Ministerio de Salud Pública en coordinación con el Ministerio de Salud y Población de Haití, el Sistema de Naciones Unidas y demás socios, dieron como resultado iniciativas exitosas que abarcaron: la formación del personal de salud y de las comunidades; producción de materiales educativos; y acciones de detección y muestreo para diagnosticar la enfermedad a tiempo. Se organizaron en el país más de 70 Unidades de Tratamiento de Cólera (UTC), así como la distribución y almacenamiento de insumos y equipos esenciales para el tratamiento. La respuesta en República Dominicana permitió contener la epidemia, bajando en solo un año de cerca de 21 mil casos reportados hasta diciembre de 2011 a solo 7.860 casos en 2012.
Naciones Unidas lamentó profundamente el sufrimiento causado al pueblo de Haití por la epidemia de cólera y reconoció su responsabilidad moral hacia las víctimas, asunto que fue tratado ampliamente y adoptado por la Asamblea General el 16 de diciembre de 2016 mediante su resolución A/71/161. La Organización reconoció que no hizo lo suficiente al comienzo de la crisis, pues debió haber respondido de manera más efectiva y rápida. No obstante, ha mantenido un fuerte apoyo a las autoridades del gobierno y al pueblo de Haití para terminar su transmisión, mientras continúa trabajando para que Haití alcance una mayor estabilidad y logre un desarrollo sostenible.
Desde el brote del cólera en 2010, la comunidad internacional ha invertido más de 700 millones de USD para combatir la epidemia en apoyo al Plan Nacional del Gobierno de Haití. Esto incluye cerca de 65 millones de USD movilizados por las agencias de Naciones Unidas al anunciarse en agosto de 2016 un nuevo enfoque de la Organización contra el cólera.
Este nuevo enfoque presentado por el Secretario General, prioriza el apoyo a las autoridades nacionales y tiene dos vías: la primera vía busca intensificar el apoyo de la Organización para reducir y, en última instancia, poner fin a la transmisión del cólera, mejorar el acceso a la atención y el tratamiento y abordar los problemas a largo plazo de los sistemas de agua, saneamiento y salud en Haití; la segunda vía busca desarrollar un paquete de asistencia y apoyo material para la población directamente afectados por el cólera. Estos esfuerzos incluyen, como aspecto central, las víctimas de la enfermedad y sus familias.
En cuanto a la primera vía, UNICEF y OPS/OMS están trabajando con socios gubernamentales para reforzar el sistema de alerta y vigilancia a nivel comunitario, asegurar la cloración de los sistemas de agua y llevar a cabo un mapeo integral a los puntos críticos a lo largo del país.
La ONU también está trabajando en estrecha colaboración con el Gobierno de Haití y las comunidades afectadas por el cólera para mejorar, en el mediano y largo plazo, la infraestructura, incluido el agua potable y saneamiento, apuntando a las comunas prioritarias como se definió en el plan de eliminación de cólera del Gobierno.
Con respecto a la segunda vía, el PNUD está trabajando con las autoridades haitianas para garantizar que, en la medida de lo posible, los proyectos de asistencia a las comunidades afectadas y a sus familias estén vinculados a los planes locales de desarrollo y reciban un apoyo integral de parte del Sistema de Naciones Unidas. Este componente es implementado por organizaciones locales presentes en las áreas afectadas y su financiamiento proviene del Fondo Fiduciario Multi Socio para la Respuesta al Cólera en Haití.
De acuerdo con los estándares de la OMS, para que el cólera se considere erradicado, la transmisión cero debe mantenerse durante 3 años consecutivos, al tiempo que se mantiene un sistema de vigilancia eficaz que pueda detectar casos potenciales. Para terminar con el cólera en Haití y recibir la validación de la OMS por su eliminación, el país debe mantener sistemas de vigilancia efectivos y permanecer libre de cólera por dos años más, hasta finales de 2021. La detección temprana y la respuesta rápida y efectiva a posibles brotes debe continuar. Garantizar agua limpia y saneamiento para todos los haitianos son la clave para prevenir la transmisión del cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua.
Haití sigue estando rezagado con respecto al resto de América Latina y el Caribe en términos de acceso al agua potable y saneamiento. Más de un tercio de la población (35%) carece de servicios básicos de agua potable y dos tercios (65%) tienen servicios de saneamiento limitados o inexistentes. Estas cifras se encuentran muy por debajo de los promedios regionales de 3% y 13%, respectivamente.
El control y eliminación del cólera forman parte esencial de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles y se refleja en las metas que apuntan hacia agua limpia y saneamiento; salud y bienestar; reducción de las desigualdades; y fin de la pobreza. Objetivos que nos recuerdan que ninguna persona, en ningún lugar del mundo, debe morir de enfermedades prevenibles y de enfermedades para las cuales existen tratamientos disponibles.
Continuemos el esfuerzo conjunto para que Haití y toda la región de las Américas se mantenga libre de esta enfermedad, y para que continuemos en el camino de la salud universal sin dejar a nadie atrás.