Ordenado de la A a la Z y sobre la base de entradas previamente investigadas, el diccionario tiene su base en diversas fuentes de la producción cultural, pero también, en varias líneas de definición de lo social reconocido como base de trabajo, interpretación, posicionamiento de datos, modelos, formas de expresión y sobre todo lenguaje.

En América la recolección de datos para el ordenamiento del diccionario se ha llevado a cabo bajo el conocimiento o reconocimiento de los diversos valores lingüísticos, geográficos, sociológicos, técnicos, económicos, etnorreligiosos, artísticos, literarios, etnográficos, antropológicos y otros.

Se podría decir que como fondo de base, los lexemas, fonemas, lexemas y otras unidades lingüísticas de base han conformado cada núcleo temático y formal del diccionario que tiene su base en toda la historia lingüística hispánica. Para una constitución del diccionario o de diccionarios del español de América, se hace necesario recurrir a los hablares de cada pueblo de la América continental, tomando en cuenta los diversos fenómenos de variación, tipo, sistema o normalización lexical que encontramos en los diversos dialectos de América.

De ahí que surjan en cuanto al curso del diccionario algunas dificultades en el caso del diccionario de americanismos y de muchos dialectalismos ubicados en puntos y zonas geolingüísticas diferentes; las hablas criollas del Caribe presentan en este sentido aportes y dificultades semántico-lexicales que deben ser tomadas en cuenta por los redactores responsables o coordinadores, correctores y editores del diccionario o diccionarios de la lengua española de América.

Con el diccionario proporcionado también por los nuevos medios, el concepto de diccionario ha ampliado sus redes, dominios, interdominios, definiciones y funciones.

En el contexto del español de América, el diccionario y los diccionarios especiales de americanismos, de folclor, flora, fauna, de pesca y caza, geografía, medicina tradicional y otros, se han enriquecido mediante las perspectivas de trabajo de la actual lexicografía propia de América hispánica, el Caribe y Norteamérica.

La evolución del diccionario, así como su instrucción ramificada, piden cada vez más informaciones a propósito del conocimiento, los datos, definiciones léxicosemánticas, los significados e imágenes que surgen de la relación lengua-cultura. Los diversos léxicos regionales, así como las diferentes hablas locales exigen ser conocidas por especialistas de diferentes ramas y por lingüistas y dialectólogos que cada vez más contribuyen al conocimiento de las hablas criollas en áreas dialectales específicas (Palenque colombiano, barrio rioplatense, habla santomeña, habla criolla puertorriqueña, habla criolla dominicana, español hablado por haitianos en República Dominicana y otros).

Lo que podría concentrar hoy un diccionario del español de América es la suma de los dialectos y hablas de cada país, donde términos y acepciones cobran valor desde el punto de vista de  la lengua funcional y su evolución, tipo o norma en un área geolingüística determinada. El diccionario, en este caso, sigue siendo una herramienta útil, dinámica y segura para el desenvolvimiento lingüístico y sociocultural.

El diccionario de la lengua y los diversos diccionarios de especialidades que circulan en la actualidad en el ámbito hispánico, aspiran a un enciclopedismo que quiere recoger los diversos puntos funcionales o ámbitos del saber.

Tanto en lo que se refiere a saberes generales sobre el lenguaje como  a saberes especiales en los diversos movimientos y formas de las diferentes especialidades, el diccionario o los diccionarios le acuerdan a la lengua un contexto terminológico de significación, traducción o explicación. El elemento metalingüístico es importante para establecer en el contexto de las entradas los diversos significados y utilidades de las palabras en ámbitos requeridos por el hablante.

La concepción del diccionario, en este sentido, debe tomar en cuenta el manejo verbal y terminológico teniendo en cuenta para cada caso o entrada tópicos aspectos o ejemplos específicos; pero además, tomando en cuenta el orden verbal explícito o implícito. El usuario del diccionario o de los diccionarios del idioma español, debe tener en cuenta las posibilidades de registro, explicación, diferencia o acción de la entrada seleccionada o asumida en uso, para de esta manera conocer mejor no sólo la lengua, sino la cultura misma entendida como marco de registro, distribución, correspondencia, sistema de signos, espacio de comunicación, posibilidad lingüística creativa y verbal.

Todo diccionario, en este sentido, es registro de una lengua-cultura y de aquello que habla, escribe, piensa o comunica el sujeto de la cultura. Por lo tanto, el diccionario es también clave verbal y forma de comprensión idiomática. El mismo siempre registra y propone posibilidades verbales a partir de los hablantes o usuarios ligados a sus diversas prácticas socioculturales.