Considero que hay que redefinir tres (3) grandes paradigmas, para poder pasar del espacio de la autocracia pedagógica, con la que nos "enseñaron en las escuelas, colegios, liceos y universidades, al universo de la epistemología del aprender a aprender. Los paradigmas a repensar son los siguientes:

1-Dar Clases:

Hoy en día, "Dar clases" es un reverencial acto de autocracia, donde hay un "maestro o sujeto-enseñante" que se cree dueño y señor del saber", el cual guarda, tal vez, en el "bolsillo izquierdo" de su pantalón, frente a un alumno que debe estar "disciplinado", "en silencio y erguido", momificado en su inmovilidad mental, dispuesto a memorizar.

2-Enseñar:

El enseñar, es hoy el repetir juicios, desde una "autoridad sacralizada", "incuestionable", donde el sujeto-aprendiente o los dicentes que escuchan o reciben como cajas aquel "saber", lo que ya Carlos Freire ha catalogado como la "educación bancaria", en franco desconocimiento de los saberes que trae y que posee, el otro.

3-Aprender:

En este caso, aprender es el tortuoso "repetir lo repetido", lo que convierte al proceso de aprendizaje en una cansona tautología reproductora de los dictados y dictaduras del sujeto-enseñante. Esto, en vez de transformar al sujeto en ente de razonamiento y de cambios, lo fosiliza e invalida su funcionamiento cognitivo.
La meta es desarrollar el potencial reflexivo y creativo en los sujetos-aprendiente o en los dicentes, desde el fundamento práctico que se desprende del planteamiento de aprender a aprender, a partir de un sistemático y bien guiado proceso de intercambio de saberes.

Ejes Funcionales:

-Hay que establecer una acción vinculante entre la dialogía y el sujeto, en la construcción de saberes, dentro y fuera del aula. La otredad es que nos da sentido de ser. Cuando reconocemos los horizontes de saberes de los otros y los ponemos en vigencia, nos reafirmamos como seres en democracia y en solidaridad. Soy porque el otro es.

-Es nada más desde lo dialógico o desde la dialogicidad que encontramos las condiciones para la construcción de conocimientos, lo cual adquiere factura de constante cambio, en este universo complejo, mediado hoy por las redes de un mundo global que exige o reclama contactos, integración e interacción, por lo cual hay que desarrollar en los sujetos-aprendientes, competencias cominicativas.
-Para el intercambio y la producción de nuevos conocimientos o nuevos saberes, reitero, hay que partir de la mayéutica socrática y/o partir de la incertidumbre o de la duda, como manera de entrar a la ontohermenéutica del saber, a la enseñanza dialógica y personalizada, con el objetivo de generar nuevos conocimientos.

-Hay que establecer una armónica relación entre sujeto, onirismo y acción lúdica, para la producción de nuevos saberes y/o conocimientos. Aquí entra la participación creativa y activa del sujeto-enseñante o facilitador, desde la asunción de una axiología del Ser que apunte hacia su formación ética, estética, humanística y creativa.

-Hay que realizar acciones que también estén estratégicamente vinculadas al sujeto, a la oralidad y a la escritura estética, dentro de la posibilidad de producir o generar aprendizajes, situaciones, contextos o enunciados, que incentiven el desarrollo imaginativo y /o creativo del sujeto.

Siguiendo con sus referencias sobre la escritura creativa, Diaz Salas, en el texto ya citado, plantea que entre las actividades que fomenta la creatividad, están:

1. "Aumentan la velocidad de nuestras reacciones mentales.
2. Estimulan la capacidad de adaptación a circunstancias nuevas.
3. Enseñan a construir nuevos discursos con elementos asimilados con anterioridad –rompiendo así el ciclo clásico de memorización y repetición automática de lo memorizado–.
4. Modifican completamente la relación del alumno con la propia escritura y otras actividades como la lectura, fomentando su interés y respeto por ellas".

La meta es situar al sujeto en un reconocerse como Ser dialógico, creativo, imaginativo y pensante.
-Dentro de esa posibilidad de empoderar al sujeto de autoreconocer en él sus potencialidades dialógicas, creativas e imaginativas, el facilitador o sujeto-enseñante, buscará las condiciones para que el sujeto-aprendiente, aunque no sepa definir, conceptos como qué es argumentar, en los hechos, aprenda a justificar o a sustentar, con cierta lógica, sus enunciados, sus afirmaciones y sus negaciones o sus deseos, desde distintas y distintivas realidades del saber y del existir. La dialogía representa apertura y horizontalidad en el vínculo que debe existir entre sujeto-enseñante y sujeto-aprendiente. Aquí, ambos deben entrar en complicidad cognitiva.

Como se puede advertir, el propósito es convertir el contexto vivencial del sujeto, llámese aula, patio, sombrita o debajo de un árbol, en un vibrante espacio dialógico, donde razonar; hablar; escribir; pensar; criticar; exigir; reclamar; negar; admitir; rechazar; actuar o caracterizar, imaginar, junto al convivir recreativo y lúdico, se constituyan en centro de la creación del sujeto, dentro de su rol participativo, por un humanismo más propositivo y protagónico y una ciudadanía más democrática y pensante.

Todo esto es posible, si lo asumimos con el apego y la pasión de saber y sabernos sujetos en constructos, empoderados de una cultura en movimiento, para reconocer y renocernos, como dueños de la magia sígnica y simbólica de la lengua, la cual es el único saber… que se aprende, para aprender …dominar y saber usar otros saberes.