Esta semana fue presentado un excelente estudio regional sobre a migración haitiana, el “Diagnóstico regional sobre migración haitiana” (http://www.ippdh.mercosur.int/wp-content/uploads/2017/08/Diagnostico_Regional.pdf) que fue desarrollado por el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el objetivo de realizar un diagnóstico sobre la migración haitiana en la región.

Concretamente, el estudio da cuenta de las trayectorias y dinámicas de instalación, así como del acceso a derechos sociales de las personas haitianas y de las políticas de integración local y atención a esta población en las principales ciudades de destino: San Pablo (Brasil), Buenos Aires (Argentina) y Santiago de Chile (Chile).

El estudio se enfoca en la movilidad haitiana hacia Suramérica, que se inicia en el 2010 tras el terremoto que dejó un saldo de al menos 2 millones de desplazados. El resultado inmediato fue el desplazamiento interno e internacional de miles de haitianos, la instalación de campamentos de desplazados y el ingreso exponencial de organismos internacionales que comenzaron a intervenir. “La llegada de los migrantes haitianos a la región puso en evidencia las tensiones existentes y la ausencia de instrumentos normativos y políticas adecuadas para atender una situación de estas características.”

Los sucesivos hechos ocurridos en Haiti, sean de ámbito politico o ambiental ocurridos en 2010, no hicieron más que acentuar el fenómeno de la diáspora y consolidar a Suramérica como un nuevo destino permanente dentro del proyecto migratorio de la población haitiana.

En los tres países de destino del estudio se advierte que los ingresos recientes se han dado mayormente por vía aérea. Los tramos terrestres se corresponden a trayectos hechos dentro de Brasil o bien, desde Chile a Buenos Aires. Mientras que para el caso brasilero hay principalmente dos vías (Haití-Panamá-Brasil y aquellos que salieron desde República Dominicana). Para el caso argentino, las rutas son un poco más diversas y se advierten pasos previos por Chile y Brasil.

Una vez que Argentina y Chile no piden una visa especial para ingresar al país, el ingreso se da bajo la figura del “turista”, lo que presenta desafíos propios desde el momento que las personas deben demostrar fondos suficientes para afrontar la estadía o carta de invitación. En en el caso de Brasil, la gran mayoría de las personas haitianas ingresó con la Visa de Residencia Humanitaria, la cual se tramita en los consulados brasileros de la región con mínimos requisitos.

En los casos de Argentina y Chile, esta forma de ingreso obliga a una búsqueda posterior y permanente de una categoría de residencia regular (como estudiante o mediante contrato de trabajo) o se identifican períodos de residencia irregular e, incluso de relatos de personas que se vieron cercanas a redes de tráfico ilícito de personas que que venden “paquetes” que incluyen invitación, recepción, alojamiento y hasta oferta de trabajo, como forma de garantizar la tan deseada regularidad documental.

En el caso de Brasil, todas las personas entrevistadas estaban en situación regular, sea por el ingreso mediante la visa de residência humanitaria o por regularización posterior y con la documentación necesaria en las distintas áreas (carnet de trabajo, identificación fiscal y credencial de salud). Por outro lado, tanto en Argentina como en Chile se han dictado disposiciones dirigidas a regularizar a las personas haitianas en dichos países o a garantizar los derechos que estuvieran atados a la documentación.

El estudio identifica que los mecanismos de regularización y la ausencia de visado para los haitianos tiene un efecto positivo en términos de regularidad y derechos, al contrario de lo que se verifica con otros colectivos migrantes, como el caso de los dominicanos que, frente a la ausencia de estos mecanismos (regularización y ausencia de visado)se ven expuestos con mayor frecuencia a redes de tráfico, a la irregularidad migratoria y a la explotación y trata.

Otra verificacion importante del estudio fue de que, en los tres países, las personas viajaron, en una importante mayoría, solas y el principal motivo fue el trabajo. La fuerte apuesta familiar a la migración puede identificarse en el origen de los fondos exclusivamente familiar (padre/madre, hermanos, hermanas, esposo, esposa).

El estudio también propuso información y herramientas que contribuyen al diseño de políticas públicas y servicios de atención a población migrante haitiana u otros flujos migratorios mixtos presentes en Suramérica.

Que este estudio sea leido y llevado en cuenta por los Estados para el desarrollo de políticas públicas migratorias.