El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, día en el que se unen mujeres de todo el mundo para continuar una tradición de lucha por la igualdad y la justicia. La ONU plantea que el tema de este año es “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”. La escuela y el aula son espacios importantes para promover esto, ya que en ellas “se construye la identidad y se transmiten pautas sociales y valores que ayudan a los estudiantes a vivir en grupo e integrarse a la sociedad” (Foro Socioeducativo, 2018).
La mayoría e nuestras aulas están a cargo de mujeres educadoras. Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es el lograr una educación inclusiva y de calidad para todos y todas, asegurando que las niñas y niños completen su educación primaria y secundaria gratuita para 2030 (Foro Socioeducativo, 2018). Esto implica una gran responsabilidad y un enorme compromiso para esas mujeres que educan desde los primeros años.
La feminización de la profesión docente es una realidad. Según datos del MINERD, en el año escolar 2014-2015, el 74.71% del personal docente del sector público de la República Dominicana era del género femenino. Esto responde a varios factores, incluyendo la influencia que tiene la sociedad y la cultura en la predisposición de las mujeres hacia ciertas carreras y profesiones, distintas a las elegidas por los hombres. Y, aunque esto ha ido cambiando, todavía existen estos estereotipos, reproducidos muchas veces por las propias mujeres, quienes consideran que no son buenas para algunas tareas y que los hombres son mejores para otras.
Desde temprana edad se evidencia la diferenciación entre mujeres y hombres tanto en los hogares como en las escuelas. Las actividades en las que participan, los juegos y juguetes que utilizan las niñas están generalmente relacionados a actividades de la casa, la cocina y el arte, mientras que los que realizan y utilizan los niños son aquellos relacionados a la construcción, las ciencias, matemáticas y los deportes. Al terminar la escuela, más mujeres que hombres asisten a la universidad en nuestro país, pero la minoría estudia carreras relacionadas a la ingeniería, la tecnología, matemáticas y ciencias. Todavía la mujer no ocupa igual cantidad de puestos altos que los hombres en instituciones, empresas y en el gobierno. Se ha evidenciado cierto progreso a lo largo de los años, sin embargo, las mujeres trabajadoras siguen ganando el 81% del salario que perciben los hombres (MMUJER, 2016 citado por el Foro Socioeducativo).
Una idea generalizada, pero errada, es que el instinto maternal de la mujer la hace mejor candidata para la educación de niños y jóvenes. Tenemos la falsa idea de que por ser mujer será mejor educadora, vinculando el desempeño profesional al género y no a la capacidad real o a la vocación. En la actualidad es difícil encontrar hombres estudiando educación o en las aulas del Nivel Inicial y de Primaria. Incluso algunos valientes son rechazados por los padres pues piensan no es apropiado tener a un hombre educador con estas edades.
¿Qué estamos haciendo en nuestras aulas para promover la igualdad, para motivar a las niñas y a los niños a explorar nuevas oportunidades y desarrollar sus habilidades en todas las áreas?
Si nuestros niños y niñas están siendo educados en su mayoría por mujeres, somos las propias mujeres las que nos debemos cuestionar sobre nuestras actitudes, valores, prejuicios y estereotipos, ya que los estamos modelando y transmitiendo en todo momento. Para esto, es recomendable revisar y modificar nuestras creencias y comportamientos.
El Foro Socioeducativo en su boletín del 2018 resalta la importancia de lograr la igualdad y el empoderamiento de las mujeres y las niñas para lograr el cumplimiento de los ODS. Este documento plantea que es necesario incorporar en igualdad de condiciones las realidades y la historia de las mujeres y de los hombres para educar en la igualdad desde la diferencia.
Es necesario que se revise el currículo oculto para identificar el abordaje de género, la prevalencia de la masculinidad, las limitaciones al desarrollo integral de las niñas y jóvenes, transformando esa realidad al abordar las competencias, los contenidos, las actitudes, el lenguaje, los textos, los recursos y las imágenes de manera apropiada y a favor de la igualdad.
Leer el boletín del Foro Socioeducativo sobre enfoque de género en educación en: http://forosocioeducativo.org.do/phocadownload/boletin_foro_socio_educativo%2018.pdf