Ayer se conmemoró en el país el Día Internacional del Trabajo, ocasión propicia para tratar importantes aspectos asociados a tan trascendental tema.
El trabajo tiene tan elevado significado que antropológicamente se afirma que ha transformado al ser humano. Y es así, pues la capacidad del ser humano para conocer y sobre todo modificar su entorno mediante el trabajo contribuyó directamente con el desarrollo del cerebro y su complejidad.
Procede destacar en ocasión de la conmemoración del Día del Trabajo que el concepto de trabajador que predomina actualmente es muy diferente al que existe en ocasión del acontecimiento que se toma como referencia. Se trata de la lucha de la clase obrera industrial en Chicago en mayo de 1886 por la jornada de 8 horas que junto a otras muy difíciles condiciones de trabajo situaban a los obreros en la profunda indigencia. Hoy un obrero industrial de Chicago tiene rango de clase media con todas las comodidades que ello implica en los Estados Unidos de América. Aun así y como lo dijera Peter Drucker la tendencia es que de cada 10 trabajadores sólo dos harán o moverán cosas, es decir desde el punto de vista económico serán los servicios, como ya acontece, los que han de predominar frente al trabajo industrial y el agrícola y que inclusive hasta esos últimos tienen hoy un fuerte componente gerencial.
Siendo el empleo, es decir el trabajo pago o remunerado, la fuente de ingresos para la mayoría de las personas, debe ser preocupación de los principales dirigentes del país y de toda la sociedad, la cantidad o proporción de las personas desempleadas y la calidad de los empleos tanto privados como públicos. La situación actual se caracteriza, de acuerdo a estadísticas del Banco Central, en cuanto a que el salario real se ha reducido en general en un 27% y para las mujeres en un 35% en relación a 15 años atrás; que el desempleo ampliado representa el 15% y que además el trabajo informal alcanza el 56%.
Cientos de miles de personas en la República Dominicana podrían ser beneficiadas en los próximos años mediante una proactiva política dirigida a incrementar los empleos de calidad y el fomento de las pequeñas y medianas empresas; pero se requieren cambios profundos en la capacitación laboral con mayor acento en la formación gerencial en sus distintas vertientes y el efectivo dominio de la comunicación escrita. Además de vincular en forma plena la educación a todos los niveles con el mundo laboral y productivo. Es ver el Día del Trabajo desde otra perspectiva.