Acento y Don Miguel Ceara nos regalan este lunes un excelente análisis  Resalta, por su dura importancia “…el peso ha estado sobrevaluado en gran parte de la última década, esa sobrevaluación se paga con deuda del Banco Central…”

Ya el dominicano de a pie está pagando un alto precio por la ineficiencia  y deuda publica.  Amigos en el sector agrícola comentan la mayoría de las cosechas,  de no ser por la mano de obra importada, no serían cultivadas.

Además de suicidarse motoconcheando ¿qué opciones ofrece la nación a los jóvenes dominicano de humildes raíces? El turismo,  para ser competitivo con Cancún, cada día usa más mano de obra importada.  ¿Por qué? El costo del obrero dominicano, cobrando en pesos sobrevaluados, supera el valor de su producción.   El sudor importado, con débiles derechos, cobra menos, mucho menos.  ¿Será ese desempleo y desespero el costo real del galopante endeudamiento?

Esta situación, impuesta por las prioridades políticas no es sostenible.  Don José apunta, claro y preciso, a problema y solución.  El cambio sugerido por el brillante economista es inaplazable.  Y las ráfagas dándole urgencia al mismo arrecian. ¿Por qué?

Temo una victoria de Trump agrave la coyuntura  dominicana.  Grupos racistas, nativistas, empobrecidos, excluidos por las élites de su propio Partido Republicano de los beneficios logrados por la globalización y golpeados por la acelerada concentración, principalmente hacia esas mismas élites, de la riqueza,  temerosos de  ser minoritarios en su propio país,  y enardecidos fanáticamente por Trump y su trumpismo,  nos tienen en la mira.   De triunfar el díscolo billonario, entre otras afrentas contra los latinos, estos elementos:

a) presionarán legal y meta-legalmente  (por ejemplo, violencia policial, hostigamiento inter-racial)  para que todos los latinos regresen a sus países de origen,

b) fomentarán la discriminación contra los latinos en el mercado laboral causando con su desempleo, una reducción significativa  de remesas.

c) reducirán los beneficios de los tratados comerciales (como el DR-CAFTA y protocolos con  zonas francas, aun aquellas bilaterales con el país vecino),

d) cortarán drásticamente la ayuda externa en general. Los dramáticos recortes de la misma al  paupérrimo Haití empujará a muchos hacia nuestros campos.

d) aumentarán   la carga social aquí debido al regreso de los desprotegidos a causa de la reducción  de  beneficios médicos y de pensiones allá, 

e)  exigirán el taponamiento con muros o buques guarda costas,  de las válvulas de escape de las malas políticas seguidas en la Hispaniola:  la emigración dominicana y haitiana hacia costas americanas.

f) deportarán masivamente criminales dominicanos endurecidos en las calles y cárceles americanas.

g) apoyarán agresivamente a la gran empresa americana, sobre todo en minería; quienes exijan sus derechos serán acusados de terroristas.

h)  honrando los compromisos con Houston, Netanyahu y los Saudís, dispararán artificialmente, (eliminación de los campos petroleros en Irán?) a la W. Bush,   el precio del barril  del petróleo que sobrepasará los $80 y podría llegar a los $120/barril.

i) Acelerarán, al eliminar todo control a la industria y al transporte americano y continuar substanciales subsidios al sector energético americano,  y al hacerlo, abstenerse de imponer controles globales a las emisiones de  China, India, Rusia,  Indonesia, y a los Saudís,  la emisión de gases dañinos a escala global. El destrozo  causado por este enfoque permisivo en el Caribe les tiene sin cuidados.

Estos puntos excluyen escenarios catastróficos temidos por colegas en los EEUU y Latinoamérica.  (por ejemplo una nueva operación Cóndor y  guerra sucia). Los mencionados son probables bajo el Trumpismo y el control del Congreso por la extrema derecha republicana. 

La situación existente demanda una seria ponderación de los atinados consejos del respetado líder. El probable contexto político a futuro, descrito previamente, les da  una mayor urgencia.

No deberíamos pasar por alto el alerta sobre  los fondos rapiña. Sus dueños y ejecutivos, quienes contribuyen con  millonarias   donaciones al Partido Republicano (por ejemplo, Paul Singer en los fondos buitres de la Argentina, y la rumorada imposición de la derecha para que lo pagase)),  han sabido acumular enormes ganancias con ellos–capturan, legalmente o no,  grandes tasas de retorno de  sus generosos aportes al Partido.  Con  su desprecio a todo lo Latino, van a cobrar, aunque el pueblo  muera de hambre.

Hillary ganará en Noviembre, neumonía o no.  Pero mis amigos a lo ancho y largo de los EEUU, entre ellos politólogos confiables,  siempre han temido, y ahora aun mas, una victoria trampista. 

Como mínimo debemos insistirle a todos los ciudadanos americanos residiendo en el país que voten por la candidata demócrata y que motiven a sus familiares  y amigos en los Estados Unidos a votar.  Los latinos tenemos la tradición de hablar mucho, pero a la hora de votar, las largas horas que normalmente trabajamos nos impiden hacerlo. En esta ronda, los latinos tenemos que votar.

Don José, oportuna contribución.