Ilio Capozzi jugó un papel esencial en la Revolución de Abril. Es probable que sin su presencia en el país, las fuerzas constitucionalistas estuviesen peor preparadas contras las de los golpistas, cambiando radicalmente la historia de esta guerra patria.
A pesar de esto, aparte de los relativos a su permanencia en nuestro país, se conocen pocos detalles de su vida. Las investigaciones necesarias para la escritura de mi libro “Morir en Bruselas”, que trata sobre las muertes de Maximiliano Gómez y Miriam Pinedo, ocurridas en Bruselas en marzo del 1971, me han llevado a consultar archivos italianos, porque varios de los exilados del MPD que habían sido canjeados por el coronel americano Crowley fueron a parar a Italia, luego de estas muertes. Haciendo estas investigaciones me encontré un breve artículo sobre la vida en Italia de Capozzi, el cual contiene algunos interesantes datos sobre su vida personal. Los comparto con los lectores de ACENTO, ya que son datos que se desconocían hasta ahora, y porque los mismos descubren el lado humano del comandante italiano.
Es a Ilio Capozzi, entre otros, a quien se debe el triunfo de las fuerzas constitucionalistas y del pueblo en el ataque con el que las fuerzas de Wessin intentaron tomar la zona controlada por los constitucionalistas. Desde una azotea, Capozzi observó que dicho ataque era profundo, pero que los tanques de guerra no contaban con el apoyo de la infantería. Fue Capozzi que decidió, en vista de este error táctico de los militares golpistas, atacarlos, cortando la caravana de tanques que se adentraban por las estrechas calles vecinas a la cabeza occidental del puente Duarte. La táctica de Capozzi fue certera, y a ella se debe que se capturaran varios de esos tanques, los que se identificaron con la palabra “Pueblo” pintada sobre su carrocería con pintura blanca.
La acción ideada por Capozzi provocó la retirada a San Isidro de las fuerzas golpistas. Dos consecuencias importantes se desprenden de este éxito: la primera, el incremento en la moral de la fuerza constituida por el pueblo llano y los militares constitucionalistas; la segunda, la prolongación de la lucha. Es probable que sin la decisión tomada en base a la experiencia de Capozzi, la revolución hubiese terminado el mismo día en que tuvo lugar la batalla del puente Duarte.
Capozzi contribuyó también con la excelencia de las fuerzas constitucionalistas de forma indirecta: fue uno de los instructores de los hombres rana. Sin el comando dirigido por Montes Arache, la suerte de la guerra hubiese sido otra. La revolución hubiese sido aplastada en sus inicios.
Finalmente, Capozzi propuso una acción que bien hubiera podido cambiar el curso de la guerra, e incluso permitido vencer a las fuerzas golpistas de Wessin. Se trataba de una acción de comando, en la que los hombres rana atravesarían el Ozama y atacarían las fuerzas enemigas acantonadas en San Isidro. A diferencia del fallido ataque al Palacio Nacional, que fue de carácter simbólico y que los golpistas esperaban, este ataque a San Isidro hubiera sido sorpresivo y hubiese tenido un real efecto militar. Lamentablemente, Montes Arache consideró que no tenía suficientes hombres, por lo que no tuvo lugar.
En cuanto a los datos que he encontrado, debo mencionar que Ilio Capozzi era de Roma. Vivía en un modesto apartamento en la via delle Noci, en el barrio de Centocelle, propiedad de su suegra Anna Guidoni, maestra retirada de 80 años. Capozzi vivía con su esposa Elide Arcangeletti, de cincuenta y un años, también profesora, y con sus hijos Annaluisa, de nueve años, y Alessandro, de siete. Este último había nacido poco antes de que Capozzi viajara a República Dominicana.
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, Capozzi se recicló, trabajando como asistente del portero principal de uno de los hoteles más lujosos de la capital italiana. Su viuda afirmó que Capozzi se ganaba bien la vida con ese trabajo, pero que se dejó convencer para viajar a nuestro país. Era, según ella, inquieto y le aburría llevar una vida tranquila. Capozzi firmó el contrato correspondiente el 27 de mayo de 1958. Este afirmó a su esposa que estaría de retorno en Roma en cinco años. Cabe imaginarse que esta era la vigencia de dicho contrato.
La familia se enteró de su muerte a través de una visita que les hizo la Cruz Roja. También por la prensa y trató de contactar las autoridades competentes para tener detalles más precisos, sin resultado. El artículo en cuestión afirma que Capozzi murió luego de recibir una ráfaga de metralla, mientras instalaba explosivos en el portón del Palacio Nacional. Esta versión no es mencionada en los testimonios que conocemos del hecho.
De estar vivos, sus hijos tendrían 62 y 64 años respectivamente. Entiendo que, de estar vivos, sería un gesto de agradecimiento entregarles una condecoración póstuma, en agradecimiento a los importantes aportes de Ilio Capozzi a la defensa de nuestra patria. En este sentido, hemos iniciado una búsqueda que, esperamos, nos permita encontrarlos. Mantendremos a los lectores de ACENTO informados.