Las islas del Caribe, excepto una excepción, han abarcado diferentes "capitalismos insulares”. Unos pocos, por sí mismos o en respuesta a presión externa, permitieron a su clase alta y a expatriados agarrarlo todo, promover un consumismo intenso e ignorar al pueblo. Y llegaron rayos y centellas.


Las imágenes en El Diario de Cuba, 14 de septiembre de 2017, [http://mailchi.mp/fb7400f740a7/ddc-hoy-centenares-de-cubanos-salen-a-la-calle-a-exigir-electricidad-y-agua-en-la-habana?e=01a7a937bf] mostrando la miseria de esa isla hacen eco de tragedias similares en la República Dominicana. Y estas no son las peores. Imágenes de haitianos pobres en otras tormentas, han sido peores; sus rapaces políticos se apoderaron de todo y dejaron a la apabullada nación en extrema pobreza. Políticos afines llevaron a Puerto Rico a la bancarrota, o empobrecido Trinidad.

Rara vez algo es puro mal. Ni los políticos lo son. Estos, para protegerse, han hecho algo bien. Negociaron con las grandes potencias una válvula de escape a la pobreza sin esperanza causada por su desbordada avaricia: la emigración. Lamentablemente, las migraciones masivas disparadas por el cambo climático, por ejemplo, la Siria, cerrarán  estos escapes sociales—al margen de quien este en el poder de las naciones receptivas.  Sin ella, la presión interna aumentará, y aumentará y…boom!

En general, con algunas excepciones (por ejemplo, Barbados), las islas no han logrado alcanzar los niveles de madurez económica, social o política necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.   El acaparamiento de todo, ingreso, riqueza, recursos, posiciones para sus hijos, poder político, religioso o cultural,  educación y salud, por la cima económica, harto cuesta al caribeño de a pie.


La excepción seguía ciegamente a un manipulador nato, carismático mentiroso y bellaco. Prometía un hombre nuevo, quien rechazaría el consumismo y optaba por valores comunitarios, culturales, patrióticos y políticos nobles, en una sociedad sin clases. Operativamente, esto se alcanzaría  a través de manipulaciones obligando a todos a ser, fanáticamente, revolucionarios…o a pagar graves consecuencias, especialmente en sus hijos. El estado paternalista velaría por el hombre nuevo. A pesar del  alto costo  incurrido con la destrucción de la enorme riqueza despojada en la isla, los  cuantiosos multimillonarios subsidios soviéticos, y la increíblemente inepta política de sus adversarios, fracasó.

El resultado final: ver las imágenes en El Diario. Los otrora mesías  revolucionarios como en Haití, rápidamente todo robaron. Una vez mas, como enseñase el historiador católico Lord Acton,  el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.   Esta apretada exposición nos lleva a una conclusión.

Dos grandes pinzas comprimen a la región.  Una, la explosión demográfica haitiana, desdoblándose de relativamente pequeñas fugas migratorias continuas a, en el nuevo siglo,  estallar en crecientes y aceleradas expansiones, y  por otro lado, un  Caribe incapaz de lidiar con la ira de Madre Naturaleza porque,  salvo valiosas excepciones,  a sus líderes aparentemente les importa un bledo montar las inescapables medidas preventivas.  ¿Cuál será el futuro de este Caribe querido?

Si no el intelecto, definitivamente Mama Natura, obligará a Sapiens a reconsiderar el consumismo excesivo de “cosas.”  Solo quienes sepan disfrutar  la vida sin  tener la obligación de  consumir mas y mas  “cosas”  sobrevivirán.   La hermosa tradición de jugar dominó (tan disfrutada en el Caribe español) o de coronar en el tablero de damas con vecinos trae alegría, sin desperdiciar “cosas.” Nuestros niños y jóvenes nos muestran un  camino con sus juegos electrónicos grupales – y su bajo costo marginal.

Si se puede. ¿Se aplaudirán y recompensarán a los arquitectos e ingenieros porque sus carreteras y edificios dejan una huella minimalista hiriendo a la Madre Naturaleza?   Actividades como el yoga, ofrecen serenidad  sin alto costo en “cosas.”  El día cuando las mujeres sean admiradas por las  brillantes ideas que adornan su mente y no por sus gemas preciosas, o los  hombres, no por sus extravagantes  ocho cilindros, sino por la bondad en sus corazones, ¿estará  lejos?

¿Podrían  líderes que se preocupen, responsables, reemplazar a una generación política corrupta? Este giro hacia un futuro sostenible del Caribe debe hacerse rápidamente, porque cambios globales—clima, la cuarta  revolución industrial, extinciones masivas–también amenazan a la región.

¿Podemos confiar en cambios por los poderosos?  O lo único que veremos serán discusiones bizantinas donde políticos sostienen en un perenne bla-bla-bla que el hombre, ya sea a causa de Exxon-Mobil, los Hermanos Koch, o la quema de carbón, no han causado nuestro entorno cambiante. China, India, Rusia, Brasil—o mas cerca—los dueños de Houston,  a contaminar al máximo, porque eso no hiere nuestra Tierra. Mientras la Florida y el Caribe se hunden, las ganancias reinan.  Mientras Roma arde, Nerón toca el harpa.  Y los Nerones abundan.

Preparémonos, acecha  gran pesadilla. Unidos, solidarios, ayudemos a nuestros hermanos y hermanas en extrema necesidad.  ¿No han sido siempre familias y comunidades–formando la infra-historia de Unamuno– las que nos sacaron adelante, rara vez   los políticos?

Vayan con Dios.