Las nociones sondeadas en el intenso artículo https://www.scientificamerican.com/article/will-democracy-survive-big-data-and-artificial-intelligence/ agrava preocupaciones. ¿Como  entrenaremos a nuestros hijos o acompañamos  (?)  la capacitación de  nuestros nietos,  para triunfar  en un devenir fascinante, pero lleno de trampas existenciales? El profundo impacto causado por la cuarta generación en  los  Estados Unidos, donde desembocara?

¿En una sociedad unida libre de escaseces físicas e intelectuales, un mundo como Gene  Roddenberry formulara  en  Star Trek?  ¿O  podría abrir un abismo donde homo sapien sapien caiga presa de homo sapiens digitum? ¿Utopía beneficiando a la mayoría o beneficiando solo para los pocos uber-evolucionados?

El bien ponderado artículo de Scientific American también crea ansiedad sobre el futuro que les espera a países como Cuba y la República Dominicana, cuyos dirigentes y maestros quizás hayan  elegido ignorar esta tendencia potencialmente "transformadora de especies". Aquellos preparados, como el aburrido Singapur hoy o la alegre Medellín lucha por convertirse, evolucionarán libres de hambre, miseria y necesidad, disfrutando de capacidades mentales hoy inconcebibles.

¿Y el resto? ¿Se verán forzados a entrar en la neo-esclavitud distópica, a la Londres de Charles Dickens, desvaneciéndose aceleradamente para seguir el destino encontrado por aquellos Homos que Sapiens ha  extinguido o cuyo espacio hemos dominado: – rudolfensis, erectus, solensis y neanderthalensis?  O aparecerán  soluciones intermedias entre estos  extremos tal como han sido generadas por la tercera revolución industrial  evitando la extrema polarización causada por una pésima distribución de la  cornucopia  creada por la inteligencia artificial y la interconexión momentánea de todo con todo?

A un nivel más básico dirigido a los  organizadores de la próxima reunión de la influyente asociación de economistas monitoreando y analizando la calamidad ahogando al caimán caribeño, ASCE: ¿Debemos dedicar un panel de hondo calado,  para explorar la cuarta revolución industrial y su impacto en Cuba y las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?

 Mis amigos en Dominicana  a pesar de los muchos seminarios abordando  estas cuestiones  sienten que sus asombrosos mensaje se mantienen fuera del alcance nacional, demasiado alto, bien como aspiraciones pero jamás serán metas concretas.   Sin embargo la realidad se opone al negativismo. La República Dominicana fue el primer país – incluso anticipándose a los EEUU –en  informar decisiones nacionales con las imágenes de la Española generada por LANDSAT bajo el excelente Secretario de Agricultura Carlos Aquino. Comparado con su distópico vecino, los milagros creados en este bello terruño impresionan.  Si se puede.

Ya que ambos tratan con el elefante en las Antillas Mayores, Haití, ¿podrían sus científicos y técnicos privilegiar la exploración de soluciones a esa demografía explosiva con la tecnología impulsando la cuarta  revolución industrial?

Llegaremos los abuelitos a ver  ese futuro?   Para nuestra descendencia, mejor se preparan efectivamente, como pugilistas–flexible y resistentemente. La alternativa:  distopía.