Los asesores sobre turismo en República Dominicana enfatizaron durante muchos años, sobre los modelos existentes, su génesis política e empresarial, su localización en polos: Boca Chica, Juan Dolio, Playa Grande, Punta Cana-Bávaro y Las Terrenas. Mientras tanto, los ambientalistas advertian sobre los impactos ambientales y ecológicos, de tales polos, constituidos sobre la base de E.I.A. pocos críticos, en particular por su gran consumo en tierras costeras y en aguas subterráneas. Debemos reconocer con cierta amargura, que no hubo diálogo entre investigadores y los empresarios. Cuando los efectos ambientales ya eran notorios y ponían en peligro, la sostenibilidad de su destino, el grupo empresarial Punta Cana inicio las investigaciones marinas, que provocaron la reconstrucción de los manglares y su conservación. Ese ecosistema que se acompaña, generalmente de una laguna cercana, no había sido respetado por los constructores de edificios y los días de lluvia, todos sufrían las consecuencias de esa negligencia.
No fueron pocas las alertas emitidas en conferencias sobre “el modelo Bávaro-Punta Cana”: hoteles, en hilera, golfs, piscinas y delfinarios a veces, en mala convivencia con las lagunas presentes y los manglares. La repetición de los proyectos en hilera, su extensión a lo largo del litoral, la negación de la vida propia de las lagunas, han provocado varios impactos que cuestionan la calidad del destino y su filosofía. El más preocupante es el consumo intensivo de las aguas subterráneas que ha provocado la intrusión marina, es decir salina. Desde la Academia de Ciencias del país, Osiris de León, geólogo, decía en una Conferencia Internacional sobre el uso de las aguas en el Caribe:
“Y en el polo turístico de Bávaro la intrusión salina por exceso de bombeo ha avanzado más de 3 km, lo que pone en peligro tanto el futuro abastecimiento de agua potable a este importante polo turístico regional como la propia expansión del polo. Hoy día se extrae más agua subterránea que la recarga neta recibida por el acuífero, lo cual constituye la causa de la intrusión salina que impone una limitante para el abastecimiento de agua subterránea a los futuros proyectos turísticos de la zona”.
Lo que distinguió ese modelo de urbanización y garantizo su éxito fue la densidad habitacional, baja y mediana, aprobada en todos los casos, por el MITUR, que atrajo a los capitales españoles que tradicionalmente se invertían en Baleares y en Canarias. El modelo Punta Cana- Bávaro se transformó en la marca País, icono de la tropicalidad feliz y despreocupada, ya que solo se divisaban las palmeras, que escondían los hoteles, sus piscinas y golfs de xxx hoyos diseñados con material y ornamentos típicos de la cosmovisión del europeo: rescate de la cana campesina, de la madera, el uso del bambú, del ratán, de la cerámica colorida y de la vegetación tropical se constituyeron en un elemento más de la dominicanidad.
¿Sobre qué, acuerdos tácitos, descansaba el modelo Punta Cana? Sobre la lealtad de las instituciones gubernamentales apoyando un modelo de inversión que se transformo en la marca-pais, un diseño y modelo que descansaba en densidades medias y bajas y un modelo casi “familiar” de desarrollo turístico.
Todos los estudiosos de los procesos de urbanización, urbanos o turísticos, sabemos que los mecanismos que actúan para conformar modelos o procesos no se basan en la lealtad pura y sencilla de las partes. Las leyes del mercado en general, de la tierra y de la propiedad privada del suelo en particular, los intereses de grupos empresariales que incursionan en diversos destinos, la competencia entre ellos, el fracaso o la saturación de algunos destinos como la Costa Maya, la Costa Brava en España, .sin olvidar los cambios políticos en el mundo, son elementos obligatorios en el proceso de reconstrucción de los hechos, en la reflexión sobre esas re-evoluciones espaciales mundiales, ya que de un porrazo, estos arruinan destinos como Africa del Norte, Africa central o los Balkanes.
¿y que decir de Cancún -Quintana Roo? Que llego a un punto de inflexión que provoca la huida de los capitales hacia otros destinos, como ocurre en la actualidad. Por saturación, por degradación ambiental, por inseguridad y sobre todo por necesidad de una nueva oferta en el Caribe.
¿Que pasa en la actualidad? Que el Ministerio de Turismo, apoyado por el Gobierno dominicano, cambio las reglas del juego, en menos de un año, para adaptarse a las exigencias de capitales mexicanos, que pagaron mucho por el terreno en Macao, que exigen rentabilidad rápida, y para esto se proponen una nueva oferta hotelera, vacacional y de servicios fundamentada en el turismo residencial de poca duración, en una estadia de poca exigencia porque ninguna torre turística nunca ha garantizado un turismo de calidad, sino de multitud, de sobre consumo, con costos ambientales altísimos, un modelo desconocido hasta entonces en ese lugar tan icónico del mundo: torres de 100 m y más que enfrentaran los vientos de Macao. Y no lo duden, ese modelo se propagara, hacia Miches-Cisneros, para transformar el paisaje del Este en un nuevo Cancún.
Todo esto, porque Cancún llego a su punto crítico, que, allá, el grupo Chapur-Moon Palace no goza de toda la simpatía de los ecologistas (condena por su delfinario por Profena en el área protegida de Arrecifes de Puerto Morelos), que Cancún conoce un desprestigio moral por el fenómeno de los Spring Break, que hay que satisfacer cálculos económicos y seguramente que algunas intrigas empresariales presionaron un gobierno en búsqueda de capitales/inversiones, no importa de donde vengan. Por eso, el Gobierno termino aprobando normas de densidades que prefiguran a mediano plazo, el fin de un destino-iconico para integrarlo a un modelo caribeño, que causara grandes estragos ambientales como en Benidorm, revolucionando asi, el modelo hotelero, la ocupación del suelo y por consecuencias, la imagen y el modelo, que hasta hoy, todos habían asumido, como definitivo. Se visibiliza de repente, un conflicto soterrado que involucra capitales, propietarios, como consecuencia, la oferta hotelera, el destino que cambia de imagen y sobre todo, implica un nuevo tipo de visitantes. Sera por eso, que Punta Cana Resort se volcó hacia Bani? Sin gritos ni tiros, se disputan las mejores tierras costeras -de la Republica Dominicana como lo hacen en Baja California, Cuba o Jamaica, y como lo hicieron en Benidorm, en Cancún o en Isla Mujeres antes.
Asistimos, a una lucha de los capitales por costas, no importa el suelo calcáreo Osiris de León, solo importa atraer clientes del Norte, en sus vacaciones, veremos pronto, esos Spring Break y sus estragos en el país, como lo hacen en España, en Cancun y en Benidorm.