En los últimos días hemos presenciado ciertos “destapes” en las redes sociales de cientos de madres alimentando a sus hijos por medio de sus senos. Este movimiento surgió natural frente a una crítica “periodística” elevada sobre los posteos de la comunicadora y abogada Laura Castellanos en sus redes sociales alimentando a sus ‘Pikillizos’ -como ella los llama-. Tal como expresó la Licenciada en uno de sus posts, la periodista que inició esta crítica ,“sin quererlo, le ha regalado a la lactancia su mejor día en mucho tiempo”. Por tanto, en vez de abarcar el tema de la evidente doble moral del pueblo dominicano ante tal acto de amor, o discutir sobre la línea entre lo que se debe o no se debe postear en las redes, creo que hay que aprovechar este vórtice que se ha abierto para hablar un poco más de la lactancia materna, y compartir experiencias más allá de una foto.

Soy una joven de 24 años, madre de un pequeñín de 2 semanas. Residimos actualmente en Londres, donde pasé el 90% de mi embarazo. Durante el transcurso de los 9 gloriosos meses (que en mi caso se extendieron a ‘nueve meses y un chin’) aquí me instruyeron mucho sobre la lactancia. Es una política de salud pública recomendar y alentar la lactancia como alimentación exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé. Yo, viniendo de un país donde no se habla mucho del tema y gran parte de los pediatras recomiendan introducir la botella o la fórmula desde que la madre y el bebé comienzan a pasar un poco de trabajo, claramente no tenía una base sustancial lo suficientemente fuerte para tratar con lo que vendría. Pero poco a poco me fui informando, me empapé del tema, leí libros, artículos y me asesoré con unas pocas amigas que habían emprendido esta aventura hace par de meses.

Llegó el día, el 12 de abril de 2016 vi los ojos de mi gran amor por primera vez, y con ellos, pude sentir de inmediato el miedo y la responsabilidad que conlleva ser su única fuente de alimentación. Si me hubiese retratado los primeros días lactando, la foto no tendría ningún ‘like’, pues pasé muchos episodios de llanto inconsolable, dolor inimaginable y mucha presión provocada por opiniones encontradas. El problema principal de este tema es que muchas madres no llegan a entender que nosotras estamos diseñadas para esto. La función principal de nuestros senos – aunque algunas le han encontrado otros usos creativos – es amamantar. Es algo muy único de los mamíferos y son muy pocos los casos en los que una madre no puede producir leche (no estoy diciendo que no existen). El segundo aspecto es la paciencia, y esto va de la mano con la confianza en nosotras mismas y en nuestro cuerpo. Es imperativo que toda mujer lactante sepa que no es algo que se da de la noche a la mañana; que la leche vendrá siempre y cuando la estimules; que lo poco que ves (o incluso lo que no ves) es suficiente para el estómago de tu pequeño; y que su estómago el primer día es del tamaño de una canica, por lo que no debemos sobre-preocuparnos por la cantidad, sino por la calidad de lo que está ingiriendo (calostro). Finalmente, lo más importante: el apoyo. El apoyo de tu pareja y/o tu familia es lo que te da las fuerzas para continuar y luego de varias semanas te darás cuenta que todo valió la pena (yo estoy comenzando a entrar en esta etapa). Muchas personas van a opinar, a veces personas que quieres y respetas te dirán cosas que no necesitas oír. Lo que debes hacer es ignorar los: “¿se estará alimentando bien?” “dale un poco de fórmula” “dale agua” “¿no crees que es un poco exagerado 6 meses?”; y confiar en que sólo tú sabes qué es lo mejor para tu bebé. Todo mejora, te lo prometo.

Sin embargo, si la motivación personal, emocional y afectiva no es suficiente para convencer a las madres dominicanas que la lactancia exclusiva es lo mejor para nosotras y nuestros hijos, aquí culmino mi artículo con algunos de los beneficios científicamente comprobados:

Beneficios para el bebé (inter alia):

  • Fuente natural de inmunización;
  • Menor riesgo de infecciones respiratorias;
  • Menor riesgo de infecciones de oído;
  • Menor riesgo de constipación;
  • Menor riesgo de obesidad infantil y por tanto de desarrollar enfermedades como diabetes del tipo 2;
  • Baja presión sanguínea;
  • Menor riesgo de sufrir de osteoporosis;
  • Menor riesgo de padecer de alergias;
  • Mejor función pulmonar; y,
  • Menor riesgo de sufrir del Síndrome de Muerte Súbita.

Beneficios para la madre (inter alia):

  • Baja presión sanguínea;
  • Disminuye el estress;
  • Menor riesgo de sufrir de artritis;
  • Menor riesgo de sufrir de Síndrome Metabólico;
  • Menor riesgo de sufrir de Enfermedades Cardiovasculares;
  • Menor riesgo de padecer Cáncer de Mama o de ovarios; y,
  • Facilita a las madres regresar a su peso previo al embarazo.

Estos son algunos de los múltiples beneficios que la lactancia materna puede ofrecer. Entonces, olvidémonos de qué nos parece ver un seno al aire y promovamos la lactancia de la forma que vaya más acorde a nuestra personalidad. Pues a fin de cuentas, paradójicamente, el cortar el cordón umbilical sólo da inicio a la conexión más valiosa de la maternidad.