En 2014, el Instituto Postal Dominicano (IMPOSDOM) emitió dos hojas-bloque con doce sellos postales cada una, tituladas, en español Héroes de la Independencia de las Américas, como parte de un acuerdo con la Unión Postal de las Américas, España y Portugal (UPAEP), “Organismo internacional intergubernamental independiente, relacionado con la Unión Postal Universal (UPU) mediante la figura de Unión Restringida y bajo condiciones de reciprocidad…” Las dos hojas de la serie aparecen registradas en el Scott Catalog (1052), con los números 1561 y 1562, y al pie de página, la frase “Heroes and Flags of Nations of North and South America -A708”.
La primera hoja (no. 1561) contiene doce sellos de once libertadores latinoamericanos, de los cuales los dos centrales pertenecen a la República Dominicana. El centro lo ocupan Duarte (a la izquierda) y la bandera dominicana (a la izquierda y a la derecha). A diferencia de los otros sellos, el nombre República Dominicana aparece verticalmente en el sello de la izquierda, junto a Duarte, y horizontalmente, en el sello de la derecha, donde aparece la cita de Duarte “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”. Mientras Duarte está de pie con traje civil y corbatín, empuñando un bastón (símbolo fálico del poder), Dessalines aparece a la derecha, debajo de los dos sellos dominicanos, específicamente, debajo de la cita de Duarte y la bandera dominicana. Dessalines es representado del torso hacia arriba, más pequeño, enmarcado en un óvalo, como los demás héroes. Debajo, está la inscripción Jean-Jacques Dessalines, Haití 1758-1806. En la segunda hoja (no. 1562), también aparece el busto de Duarte, enmarcado en un óvalo.
La emisión de Dessalines en un sello dominicano provocó polémicas, insultos racistas anti haitianos y acusaciones contra el presidente Danilo Medina y el director de IMPOSDOM, Modesto Guzmán, en espacios sociales como Facebook y Twitter: “hasta que se borre RD”, “estrangular el país”, “cuántos traidores”, “vagabundería y servilismo…”, “anti Patria”, “¿No existe aquí un Instituto Duartiano?”, “Carajo, cuánta gente fusilable en esta RD”, “I would like to see Trujillo as a Haitian heroe”, “actos bárbaros”, “salvajes”, “la matanza de 40 niños en la iglesia de la ciudad de Moca”, “la imagen de ese asesino de nenes y mujeres en Moca y Santiago”, y un largo etcétera de improperios. Algunas personas pidieron retirar el sello de Dessalines, pero ni el presidente Medina ni el director de IMPOSDOM son responsables de la emisión de este sello, que es parte de un acuerdo internacional, como ya expliqué al principio.
En la historiografía tradicional dominicana, Dessalines es acusado de lo que se conoce como el Degüello de Moca, una supuesta masacre llevada a cabo por sus tropas en la iglesia de Moca en 1805, durante su retirada hacia Haití. La matriz del discurso sobre este evento parece ser el libro Memoria de mi salida de la isla de Santo Domingo el 28 de abril de 1805 de Gaspar de Arredondo y Pichardo, repetido por Antonio del Monte y Tejada en Historia de Santo Domingo, y, más adelante, por José Gabriel García, sin que ninguno de los tres haya corroborado el evento con pruebas o fuentes adicionales. Emilio Rodríguez Demorizi, en su libro Invasiones haitianas de 1801, 1805, 1822, incluye como fuente a De Arredondo y Pichardo, así como también la “Relación dirigida por Dona Francisca Valerio al Presbítero Doctor Don Francisco González…”, entre otros. Al contrario de estos historiadores, Fray Cipriano de Utrera, en “Degüello de Moca” (1923), pone en duda la veracidad de tal masacre. También Roberto Marte, en “El testimonio autobiográfico en la historia dominicana: un análisis crítico” (2017), cuestiona la autenticidad de los hechos y la metodología usada para estudiarlos: ¿cómo se obtuvo la información?, ¿cuáles son las fuentes?, ¿son confiables?, ¿dónde se encuentra la excavación arqueológica que avale esta masacre de “500” personas? (46-47). Lo que posiblemente fue parte de los hábitos de guerra de la época (Marte) o la muerte de un grupo de fugitivos (Utrera) ha sido magnificado en el imaginario dominicano y convertido en verdad, a partir del concepto de “implicatura”, retomado por Pablo Mella (2013), según el cual “Se asumen como verdaderas y compartidas una serie de leyendas de la época del gobierno de Boyer que normalmente aparecen resumidas en fórmulas breves para activar rutinas de inferencias dadas como verdaderas en la tradición oral dominicana” (Los espejos de Duarte 21).
A un año de la Sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, que despojó de su nacionalidad a miles de ciudadanos dominicanos de descendencia haitiana, retroactivamente hasta 1929, convirtiendo así en apátridas a miles de ciudadanos, más que una “ofensa al pueblo dominicano” o “una falta de respeto”, la publicación de esta hoja con el sello de Dessalines parecería recordar la primacía de Duarte sobre Dessalines y los haitianos (el bastón de Duarte casi apuntando diagonalmente a Dessalines) y advertirles acerca de la llamada “invasión silenciosa” de la inmigración haitiana, que la Sentencia 168 vendría a “solucionar”.