Los últimos acontecimientos políticos en el Congreso y la lucha interna del PLD evidencian que ese Partido no tiene posibilidades de ir unido al proceso electoral y por lo tanto la posibilidad de mantenerse en el poder se reducen significativamente. No obstante, a toda esa debilidad del partido en el poder; la oposición política se mantiene dispersa y sin una visión clara de la necesidad del cambio democrático. Todos predican por la unidad, pero siempre sobre la base de querer reducir al otro a una pegatina y sin una clara determinación de que nuestro país necesita transformaciones reales para salir de este ciclo de mas de cincuenta años de atrasos político, social y económico.
La sociedad dominicana actualmente esta asfixiada, respira un aire contaminante, necesitando urgentemente el oxigeno necesario para poder avanzar hacia otro destino.
Para donde quiera que se mire, miramos angustia, miseria, corrupción, injusticia social, delincuencia y falta de protección para la ciudadanía. En nuestro país no existe absolutamente ninguna garantía social y los sectores marginados se siente desamparado, los atropellos están a la orden del día y nadie da la cara para enfrentar esa desgarradora realidad que se vive en nuestros barrios.
Pero más grave aun, es que con toda esta confusión y con la debilidad de la oposición política se podría permitir un vuelve y vuelve del PLD, sea con Danilo, Leonel u otro candidato de ese partido. Pero todo depende de si la oposición progresista y el pueblo dominicano deciden continuar cargando esta pesada cruz sabiendo que ninguno de los graves problemas presentes hoy en la sociedad y el estado dominicanos tienen salida ni solución mientras gobierne el PLD. En este momento, el mantenimiento del PLD en el poder es el principal obstáculo para hacer las reformas que está demandando la sociedad. Esto significa que el cambio democrático empieza con el desarrollo y el fortalecimiento de una nueva opción de poder, una opción que realmente promueva los cambios que el país necesita, y esa nueva opción precisa de una gran concertación política, sobre la base de cuerdos y compromisos mínimo.
Estos cambios son:
1.- Por un poder judicial y un ministerio público independientes del Poder Ejecutivo, de los partidos políticos y los intereses corporativos.
2.-Por la transparencia. Esto incluye, una Cámara de Cuentas independiente; la supresión del “barrilito”, el “cofrecito” y las exoneraciones de los legisladores; la eliminación de la “nominilla” y los organismos públicos duplicados o sin real función, al tiempo de promover la equidad salarial y la carrera administrativa.
3.-Contra la impunidad. A esos fines darles curso a los casos de corrupción no prescritos; auditar las obras públicas y la deuda pública y establecer responsabilidades.
4) Por la seguridad pública y para ello transformar la Policía Nacional y la adopción de una política integral de combate de la delincuencia y la violencia.
5.-Por la reforma electoral, garantizando órganos electorales independientes, la adopción de una ley de partidos y la reforma de la actual ley electoral a fin de hacer prevalecer la democracia, la transparencia, la equidad, la legalidad, y un real régimen de consecuencias en los procesos electorales.
6) Por la protección del medio Ambiente, el agua, la producción y la generación de empleo decente en el país.
7) Por un régimen de seguridad social y servicios de salud y de educación, universales, gratuitos y de calidad;
8) Por la regulación del actual desorden migratorio en el país.
9) Para detener el irresponsable endeudamiento publico, renegociar y reestructurar la deuda existente.
10) Por la creación del poder municipal, garantizando la equidad presupuestaria y calidad del gasto.
Solo un gobierno que promueva el cambio democrático puede garantizar estos cambios sociales que nuestro país necesita.