Algunos despistes míos en viajes son cosas tan idiotas que ni a un idiota le ocurrirían.

Uno de esos es el de chequearme, montar la maleta en la barriga del avión y luego ir a conversar con alguien. Eso me ocurrió un día que iba para Nueva York a una reunión de asuntos de cine. Como me dejó el avión, apearon la maleta y cuando vine a caer en cuenta porque me llamaban por el altoparlante, miré hacia la pista y había una persona revisando la maleta, eran los inicios del miedo gringo con el terrorismo luego del 11 /11. Tuve que tomar otro avión que me llevó a Miami y de ahí otro avión que hizo escalas en Orlando, Atlanta, Whashington, Philadelphia, hasta NYC. La reunión tuvo que realizarse al día siguiente.

En Brasil me pasaba a cada rato. Olvidé una maleta en Manaus, yendo para otra ciudad distante dos mil kilómetros. O la vez que teniendo que ir para Rio Grande do Norte, viajé para Rio Grande do Sul, distante unos 4 mil kilómetros. O la vez que fui a Sao Paulo desde Rio de Janeiro, muy bien vestido y llego y voy al hotel reservado por mí como vicecónsul y al llegar a la habitación me doy cuenta que dejé todo el dinero en una bolsa en mi carro que dejé estacionado en el parqueo para diplomáticos en el aeropuerto internacional de Rio.  O la vez que viajé a La Habana desde Brasil en un avión que hizo escala creo que en Varadero y yo bajé dejando todos los documentos en el avión, perdí el avión y tuve que hablar en todos los idiomas para que la seguridad cubana me creyera, los vencí por cansancio cuando no tuvieron más remedio que hablar con sus pares de la Habana y encontraron los documentos, pero no me pude mover del aeropuerto en una silla sentado durante 16 horas.

La última fue la de este jueves 15 de agosto de 2013. Tenía que viajar para Mao, pero viajé para Nagua. A las 10 a.m. llamo y digo "estoy aquí en Nagua", y me dicen "En Nagua? pero si es en Mao la reunión…! Entonces cojo para Mao. Mi periplo fue así: a las 6 dejé el carro estacionado y cojí un taxi hasta el ómnibus que me llevó a Nagua. Y enmendando mi idiotez me voy para Mao desde Nagua, primero cojo un motoconcho, luego una camioneta hasta San Francisco de Macorís, de ahí otra guagua hasta Santiago y de ahí 1 hora en taxi hasta Mao. CINCO HORAS viajando por un error idiota! Lo cuento yo antes que otro, porque ya es de dominio público pues me esperaban periodistas, diputadas y diputados, estudiantes, etc. y la reunión que iba a las 10 a.m. se hizo a las 3 y media.

Pero conocí mucha gente, hablé hasta por los codos con una lindísima chica entre San Francisco de Macorís y Santiago durante 2 horas! Entre Nagua y SFM hay una vida de viajeros bastante interesante, y la guagua de SFM a Santiago es llena de viajeros de varias nacionalidades, entre  dominicanos y haitiano, algún turista… Hice cuentos, chistes de colores, me reí muchísimo… en fin fue un día gratificante de pueblo bien pueblo.

Paciente y gentil estuvo Johanny Guzmán Diputada por la Provincia Valverde en Mao, quien me trajo en una bola a Santo Domingo (supongo que temió que yo cogiera para Puerto Príncipe en vez de volver a la capital) En esos despistes soy famoso.