Hace algunos meses nuestra Fundación realizo  una encuesta cara-cara en el entorno de la entidad preguntando, primero, ¿indique un tema o  sector del conjunto social del país que entiende  que se desempeña satisfactoriamente? Respuestas: silencio o un  contundente nada está bien.  Segunda pregunta  ¿cuál entiende usted que representa el principal problema del país? La calificación de “principal” creo confusión, las respuestas fueron  varias; corrupción, costo de la vida, desempleo, inmigración haitiana,  delincuencia y criminalidad, electricidad, precariedades del recurso agua, deficiencias de los servicio de salud y educación. Seguridad social, inseguridades jurídicas y públicas, hacinamiento habitacional, abuso en la explotación de los recursos naturales, prostitución, anárquico crecimiento urbano, aborto etc. Los funcionarios de FUNDED “soto reímos”, como decía Juan Bosch, con respecto a la primera pregunta, entendemos que es difícil señalar algún asunto que esté bien. Sobre la segunda, todos esos problemas existen pero son adjuntos para calificarlos académicamente. En nuestra opinión  el principal problema es el “desorden generalizado existente en todos los sectores, aspectos y actividades de la sociedad dominicana “.

Recientemente el Presidente de la República Danilo Medina expreso públicamente  que los productores agropecuarios reciben, en términos de ingresos, un porcentaje muy bajo de su producción. Los mayores beneficiarios son, en más de 90 % de los ingresos,  los intermediarios. El  presidente planteó la necesidad de resolverlo pero ¿dónde están las acciones para hacerlo? ¿A que entidad o entidades corresponde procesar el problema y resolverlo?  Presidente, todos los mercados públicos están administrados por intermediarios a los cuales los productores primarios  tienen obligatoriamente que venderles los bienes a precios muy bajo y ellos revenden obteniendo alta rentabilidad, esta última es una característica permanente en todo el sector comercio. Las altas rentabilidades constituyen  también un denominador común para las empresas generadoras de electricidad, mineras, transporte, comunicaciones, financieras,  etc. La causa que origina estas enormes utilidades  es la ausencia de mercados libres, todos son oligopolios, es decir administrado por una o pocas empresas y obviamente tienen toda la gobernabilidad para imponer precios de ventas, maximizando las utilidades. En estas situaciones  la posición Liberal, es que el Estado intervenga como regulador para independizar  los mercados permitiendo a sus fuerzas (demanda y oferta) establecer los precios.

Ratificamos, en FUNDED  opinamos  que la principal causa generadora de todos los problemas es el “desorden generalizado” existente en el país. Podría resolverse aplicando  una agresiva Reforma Institucional   fundamentada esencialmente en voluntad política. Este gran problema del “desorden”  no  aparece  en las encuestas porque la población señala en ellas lo que percibe, es decir los efectos, está generalmente  incapacitada para detectar las causas. El pilar Institucional esta compuesto por dos importantes aspectos, Seguridad  Jurídica  y  Situación de las Entidades Estatales. La primera se caracteriza por el incumplimiento de la Constitución, leyes y reglamentos, se evidencia al observar  que a la población, en alto grado, no se le materializan sus derechos constitucionales. Con respecto a la situación de las entidades de Estado, operan dispersas y como señaló recientemente un alto funcionario gubernamental al  expresar que la problemática eléctrica no se había resuelto por la “cultura de la improvisación”, se interpreta que  el Gobierno no planifica. No obstante que la  Estrategia Nacional  señala  como primer eje de desarrollo la Institucionalidad, esto es letra muerta, igual que con la mayoría de los importantes temas que plantea esta ley. En FUNDED consideramos que si  Thomas Piketty analizara este desorden social, proveniente de la ausencia de Institucionalidad y originadora de mercados cautivos, cuyos resultados se traducen en enormes remuneraciones al capital que aumentan considerablemente  las desigualdades y  pobreza, concluiría señalando que esta situación desordenada del país refleja  un “Estado Fallido”  que atenta contra la estabilidad de la democracia.