Nosotros los dominicanos nos fascina perpetuar el hábito de ¨guardar la basura debajo de la alfombra¨ para que no se vea. Esta conducta ancestral se deriva de una condición social denominada Analgesia Social.

Este fenómeno de la conducta humana se  caracteriza a través de manifestar una indiferencia insólita ante el dolor ajeno.

Muchos especialistas han tratado el tema y su impacto, como ente entrópico, del sistema en que nos desarrollamos como comunidad. Esta Analgesia Social va erosionado, lentamente, el tejido social y genera una apatía ante evidencias contundente de nuestro desbalance social, económico y moral.

Fue el sociólogo Zygmunt Bauman, en su libro Ceguera Moral, el que planteo la ocurrencia del fenómeno como un mal orgánico y corporal, que se traslada al universo de las relaciones humanas. El planteaba que esta insensibilidad moral es un comportamiento muy cruel, inhumano y despiadado. Además, también se manifiesta como una postura ecuánime e indiferente, adoptada y manifestada, hacia las personas que sufren atribulaciones de todo tipo.

Sin embargo, nuestro país no escapa al escrutinio de organismos internacionales, que a través de sus informes, retratan nuestra dura realidad, aun por superar. Veamos:

1-La encuesta periódica de las agencias de la ONU sobre el impacto socioeconómico de la COVID-19 en los hogares, SEIA-Red Actúa, de diciembre de 2020, arroja las verdades siguientes:

  • El 72% de los encuestados están muy preocupados por no poder obtener una alimentación adecuada y balanceada.
  • El 89% de los hogares entrevistados revelaron que habían sufrido grandemente el impacto de la escalada de los precios, afectando su canasta básica alimentaria.
  • El 38% de estos hogares no tienen acceso a servicios médicos. Por varias razones, entre estas están los tramites de ingreso, limitaciones en la seguridad social, disponibilidad de médicos, discapacidad física, etc.
  • Mas de un 44% había perdido su trabajo, de manera permanente, así como un 58% lo había perdido de manera temporal.

2-Informe sobre el Desarrollo Humano del 2021, Organización de las Naciones Unidas-ONU.

  • Este informe nos da una visión de America Latina y el caribe (incluyendo a la Republica Dominicana):Cito,

¨ América Latina y el Caribe (ALC) se encuentra en una trampa de desarrollo; dos características de la región se han mantenido en gran medida inalteradas: La alta desigualdad y el bajo crecimiento. Estos dos factores están cercanamente relacionados e interactúan entre sí para crear una trampa de la que la región no ha podido escapar. Este no es un hallazgo nuevo. Este informe propone una conversación que va más allá de los vínculos directos entre la desigualdad y el bajo crecimiento, para explorar la complejidad de las interacciones entre algunos de los factores que contribuyen a la perpetuación de esta trampa. Si bien hay otros factores que subyacen a la trampa de alta desigualdad y bajo crecimiento de la región.¨

  • El 63% cree que el país está gobernado en beneficio de los intereses de unos pocos.
  • Con un Índice de Gini de 0.52, nuestro país exhibe poca redistribución a través del sistema fiscal.
  • La tasa de feminicidios (por cada 100,000 habitantes) es de un 3.2%
  • Un 59% de la población activa está excluida de la seguridad social contributiva.
  • Un 9% de la Fuerza Laboral está dentro de los límites de la pobreza (trabajadores que viven en hogares por debajo del umbral de pobreza de 5,50 dólares de Estados Unidos, al día).
  • El 45% de la fuerza laboral está por cuenta propia o ¨buscándosela¨.
  • Solo el 30% esta empleado en pequeñas, medianas y grandes empresas.
  • Un 8% de la población que vive en pobreza multidimensional.
  • Porcentaje de esperanza de que los ingresos familiares volverían a ser los mismos que antes del inicio de la pandemia:

a)-20% más de un año

b)-20% más de dos años

c)-32% de uno a dos años.

  • Un 34% ha trabajado a distancia, a través de Internet desde su hogar durante esta pandemia.
  • Un 66% no ha trabajado a distancia, a través de Internet desde su hogar durante esta pandemia.
  • Solo el 7% esta consciente de la pobreza en nuestro país.

NOTA: Este es un indicador irrefutable de nuestra Analgesia Social.

  • El 72% piensa que la distribución del ingreso en la sociedad es injusta.
  • El 56% piensa que el acceso al servicio de salud es insuficiente.
  • El 43% piensa que el acceso al servicio de educación es ineficiente.
  • El 78% cree que el Sistema Judicial NO tiene credibilidad alguna.
  • El 42% consideran que la desigualdad en las oportunidades de educación es la peor expresión de la desigualdad.
  • Solo el 31% cree que habrá mejor futuro para sus hijos.
  • El 63% cree que están gobernados en beneficio de los intereses de unos pocos
  • El 35% considera que el gobierno es el mayor poder económico, en contraste con un 23% que piensa que lo es el sector empresarial.
  • El 16% de la población tiene inclinaciones afines con la extrema izquierda política. El 38% con la extrema derecha y el resto es apolítico, centro izquierda o centro derecha.
  • El 68% de los dominicanos no le importaría un bledo tener un gobierno no democrático, siempre y cuando sea eficaz.
  • El 55% esta de acuerdo de que la Presidencia de la republica ejerza un gran control sobre los medios de comunicación. 

Como podrá apreciar el lector, el  país esta transitando por un pedregal bastante sinuoso e impredecible. Sin embargo, podríamos mejorar esta percepción cambiando de actitud frente a estas adversidades amargas.

Lo primero es empoderarnos, con objetividad y raciocinio, para coadyuvar al Gobierno dominicano en su desempeño en el corto y mediano plazo.

Segundo, contribuir con el sosiego social a través de un uso racional de las redes sociales.

Tercero, compartir nuestro precario bienestar social y económico, en lo personal, con clústeres de ayuda comunitaria o regional.

Cuarto, no esperar milagros del sector privado ya que éste también está bajo enormes presiones de índole de redención laboral y falta de liquidez inmediata.

Quinto, acercarnos más a nuestras comunidades religiosas para aunar, en oración, los esfuerzos necesarios para la paz nacional.