Como real simpatizante del partido morado, recibo con ánimo las proclamas de cárcel para sus dirigentes. Proclamas que cada vez suenan más recio en las marchas verdes, en los círculos de intelectuales y comunicadores desafectos con peledeísmo gobernante.
El PLD necesita que se le hable de cárcel para recobrar la razón y unirse una vez más. No se trata de cualquier fuerza política, sino de la única que en nuestra historia democrática ha conseguido encausar al país en una senda directa hacia el desarrollo.
Como país con un promedio de 10 millones de habitantes, República Dominicana necesita producir en comercio y riqueza la suma anual (PIB) de 200 mil millones de dólares para entrar en el desarrollo. El PLD encontró al país produciendo 18 mil millones y al 2016 ya estamos produciendo más de 71 mil millones. Esto implica que en cinco gestiones peledeístas el PIB dominicano ha aumentado en más de 52 mil millones. No es ilógico pensar que esta es la fuerza que nos puede llevar a la cifra dichosa de producción de riqueza de 200 mil millones de dólares al año, en calidad de PIB.
Alcanzada la cifra anterior República Dominicana sería, en muchísimos sentidos, una economía desarrollada. Es lo que ha pasado con Portugal, que con una población—como he dicho antes—de 10 millones de personas y un PIB de 204 mil millones de dólares al 2016 es considerado un país del primer mundo. O es lo que ha pasado con Chile, que con una población de 17 millones de habitantes y con un PIB de 247 mil millones de dólares disfrutan ya sus ciudadanos de entrada libre al territorio norteamericano sólo con la mera presentación de su pasaporte—sin necesidad de gestionar visado de turista—tal y como lo dispuso la administración del presidente Obama. Los chilenos ya son tratados como ciudadanos del primer mundo.
Por esto, en estos momentos de desunión e insensatez en el partido morado yo pongo mi fe en Ramfis Trujillo, en la marcha verde, el Guillermo Moreno, en Abinader, en los intelectuales y medios antipeledeístas y deseo que hablen todo lo que puedan de CÁRCEL, pues esa única y real palabra—y posibilidad—que puede poner los egos aparte y hacer del PLD una fuerza unida y compacta una vez más. Una fuerza que no solo gane en el 2020 sino que siga llevando nuestro país a la afortunada cifra de los 200 mil millones de PIB que necesitamos para liberarnos del subdesarrollo que por tanto tiempo nos ha castigado.
No importa que sea logrado esto antes o poco después de 2044, fecha puesta por Leonel Fernández para la culminación de la obra que ÉL empezó.