Para estas fechas, lo usual sería escribir de todos los deseos, metas y propósitos que nos colocamos cada inicio de año. Relatar y enarbolar todas esas frases de positivismo que nos acompañan aún en las caídas pero en esta ocasión el asunto cambió. Los anhelos profesionales y personales están debajo del deseo colectivo:  desaparición total del Covid 19. Mi único deseo.

Para muchos sensatos que sabemos desde hace un año que este letal virus es una realidad en el mundo, su erradicación total para el bien de todos, se convierte en el único y principal anhelo en este momento para el 2021.  Lo demás que uno pueda desear, aspirar o concretizar pasa a un segundo plano.  Salud, ante todo. Esa salud que dábamos por sentado y esta situación nos demuestra cuán equivocado estábamos y la fragilidad de la misma. Desde que nacemos, cualquiera puede caer enfermo de tantos padecimientos, sufrimientos que existen pero en esta ocasión hablo de un virus por contagio de persona a persona, en cualquier lugar y ocasión. Donde usted no conoce cómo será la intensidad del mismo en su organismo y por eso las medidas de restricciones deben cumplirse. Su nivel de responsabilidad juega su papel.

Caemos en un año nuevo en el que, obviamente, continuaremos con esta infernal enfermedad sumada a toda las demás enfermedades, destrucción económica, sanitaria física y emocional y de empleo que ha causado desde su aparición hace un año en Wuhan, China. Aún no sabemos todo lo que nos espera con este tema, en parte debido, a las cepas halladas en los últimos casos en Reino Unido, Estados Unidos y Chile del Covid.  Es una pesadilla que aún no tienen fin. ¿Tendremos esas variantes de cepa en el país? Es probable pero nada se sabe. La única forma de saber esto es hacer secuenciación del genoma del virus.

En ese sentido, la aparición de la vacuna es vital. Unas vacunas realizadas contra reloj para tratar de alguna manera de paliar, frenar las muertes y contagios. La ciencia no se detiene y gracias a esos científicos pronto podremos vacunarnos. Por renglón de mayor edad, sanitarios y así sucesivamente. Lo que aún los expertos desconocen y es lo que están estudiando, si esas vacunas serán efectivas aún con las variantes de esas cepas.

¡Cuántas cosas nos ha demostrado este fatídico 2020! Cuántas maneras de enseñanza silente nos ha dejado, demostrado lo realmente importante, lo que nunca debemos postergar y lo único que sí debemos atesorar y abrazar…Debemos continuar nuestro camino con más cautela.

Y por supuesto, me ha demostrado que la ignorancia en cuanto a esta situación, no tiene fronteras o estrato social. No tiene distinción. Incautos que reniegan de ponerse la vacuna. Absurdo:  de momento la vacuna no ha matado a nadie y el Covid lleva más de un millón y pico de muertos en el mundo, y lo que falta.

¡Solo deseo salud para ustedes y  todo el personal sanitario en el mundo!