“…Y te acercas y te vas después de besar mi aldea, jugando con la marea te vas pensando el volver, eres como una mujer perfumadita de brea…”
Cada verano, el común de los españoles, y con ellos todos los que vivimos por estos lares ibéricos, nos movemos como marea, por la fuerza del estío -¿o del hastío?- hacia los polos turísticos de la península. Dicho sea de paso, es ésta la razón por la que nuestros escritos semanales se hacen algo irregulares por la dificultad de la conexión a internet en alta mar o la montaña. Nuestras disculpas por ello…
Muchos de los puntos/polos turísticos con mayor afluencia, en este país llamado España, están en la costa mediterránea, entre Cataluña, Valencia y Murcia. Estos lugares reciben todo lo que deja de habitar en Madrid, Barcelona y zonas aledañas entre los meses de junio y agosto.
Uno de estos lugares es Gandía (Playa). Gandía, una población costera que se encuentra en la Comunidad Valenciana, es un claro ejemplo de la locura estival de los españoles. Este emplazamiento urbano, junto al mar, cuenta con una población de menos de 80 mil habitantes, pero en verano su población puede llegar casi a 200 mil. ¿Dónde se meten todas estas almas, entre personas, perros y gatos?
Creednos cuando os decimos que meterse, se meten… y muy apretujadas, pues los servicios urbanos que durante 9 meses del año, atienden a menos de 80 mil, en verano ven duplicada la demanda en más del doble.
Curiosamente todo ha funcionado muy bien desde hace décadas, y municipios como el de Gandía, no solo pueden con esta sobrepoblación, sino que la esperan con buen talante para ver aumentadas las arcas comunitarias con dinerito fresco del centro peninsular.
Creednos también si os decimos que no vemos atascos en las calles de Gandía Playa, aun cuando no hay dios pagano que encuentre un lugar para estacionar, tampoco la basura crece, más bien permanecen vacíos los contenedores gracias al muy matinal servicio de recogida. Incluso en la propia playa, si nos alejamos un par de kilómetros de los apartamentos y hoteles, encuentras paz, tranquilidad e incluso soledad…¡Sí! hasta algo de apacible soledad playera.
No es la mejor playa del levante español, es más, puede decirse que es algo fea; no son ricos los que vienen aquí, su educación no ha sido la mejor, pero curiosamente son esos más de 100 mil visitantes quienes se comportan con el suficiente civismo como para que Gandía, no siendo bonita, más bien resultona, haya sido un ejemplo para nosotros, observadores diletantes del palpitar urbanita, de cómo un polo turístico hiper-poblado en verano, puede funcionar muy bien. Después de 20 años viniendo de cuando en cuando a Gandía, algo tiene que nos tranquiliza… ¿Será el orden?
Continuaremos con los arquitectos la semana que viene.