No conozco ciertos personajes, pero me son muy familiares. Siempre escuché  a mi padre y entre los más cercanos referirse a Fulano, Mengano, Zutano, Perencejo y Zutanejo. También tenemos a Fulanito y Perencejito, éstos tienen una connotación diferente a los anteriores. Hoy en día he conocido otro que me parece muy interesante, pues es mencionado con cierta frecuencia por los periodistas Huchi Lora y Altagracia Salazar, se trata de Juaniquito el Tijnao, éste llega a ocupar puestos de relevancia en el quehacer público.

 

Lo mejor de esto es que tienen su origen, y aunque son figuras existentes son inexistentes a la vez ¡Qué rico nuestro folclore!

 

Hay otra cosa que  llama grandemente mi atención. Es la cualidad que tenemos los dominicanos de recetar. Generalmente recomendamos lo que el médico nos ha mandado para ciertas dolencias y creemos que sirve a todos por igual. Pero las medicinas más recomendadas son las de origen natural y muchas veces la prevención en algunos casos.

 

Recuerdo  que en una ocasión fui a mi médico otorrino con un fuerte dolor de oídos y me quedé sorprendida cuando con mucha gracia y viéndome de reojo, me preguntó si ya me había aplicado el sumo de orégano poleo, es que como estaba un poquito avanzado, supuso que había apelado a esos remedios caseros antes de llegar a su consulta. Le dije, ¡imposible! Explotamos de la risa ambos.

 

Otra de las mejores recomendaciones es con relación a los bebés. Nunca debemos olvidar el no sacar al niño si está lloviznando, tampoco sacarlo al sereno, porque se corre el riesgo de que se “anorte”. Si deja los pañales en el sereno, también puede anortarse.

 

No se olvide nunca de ponerle su azabache para evitar el “mal de ojo”, pero aunque lo tenga, si alguien se le acerca y lo ves con mala intención, si hace alusión a lo hermoso del niño sin decirle “Dios lo bendiga”, no olvide decir para sus adentros “mierda pa’ti”, así queda protegido.

 

Tenga siempre  una jilacha a mano para que pueda hacer uso de ella y ponerla en la frente del bebé cuando tiene hipo, haciendo antes un nudillo e impregnarlo de saliva. Creo que solo tiene efectividad si es la madre que hace esta acción.

 

Cuando el niño se cae o tiene alguna dolencia, es prudente pasarle la mano por el lugar afectado y recitarle: “sana, sana culito de rana, si no sanas hoy, sanarás mañana”. Funciona pues cura al instante.

 

Cuando los niños se orinan en la cama, no hay nada más eficaz que sentarlo en un block caliente.

 

Para evitar las paperas es conveniente colgarle una semilla de cajuil en el cuello con un cordón generalmente negro, no sé si es el color original o es el sucio acumulado. Pero si les llega a dar, no los deje brincar porque se les bajan.

 

El ajo es otro de los remedios con más propiedades. Sirve contra la COVID-19, según mi amiga Maribel. Ella se ha alejado de ese fatal virus bañándose con agua hervida con este bulbo, se coloca los dientes hasta dentro de los cabellos, se frota la cara y se los entra en la nariz.

 

También tiene otras propiedades. Por ejemplo, es recomendable colgarle a los niños un diente ensartado en un cordón en el cuello, así se evita que las lombrices le suban y les salgan por la nariz.

Pero la propiedad más efectiva y creo que solo conocida por Norma, la muchacha que nos ayuda en la casa por casi cuarenta años, es la de espantar a los muertos. Cuando mi padre falleció, ella estaba acompañando a mi mamá. Durante los nueve días, esperaba a que se durmiera y le ponía dientes de ajo entre los dedos de los pies, así evitó que mi papá viniera por las noches e incluso, se llevara a mi mamá. Algo nuevo que aprendí y que le agradezco.

 

Para las embarazadas también hay recomendaciones. No debe comer guanábana porque le da frenesí, ni comer concón porque se le pega a la placenta. Después de dar a luz no es recomendable que se “jamaqué” en una mecedora, porque puede coger un viento. Nunca lavarse la cabeza durante cuarenta días, no sé por qué, pero si puede cubrírsela con un pañuelo amarrado al estilo africano, es muy recomendable.

 

Cuando le dé erisipela o disipela como le llaman algunos, no invente con ir al médico que ellos no saben curar eso. Es necesario ir a ensalmarse durante tres días seguidos, esto también es efectivo para la culebrilla. En San Carlos hay alguien que ensalma, “a sigún” escuché.

 

Para medir el azúcar en la sangre, no es necesario usar tirillas, basta con tomar un sorbito de  orina y ahí comprobará cómo la tiene.

 

Si tiene un orzuelo, busque un anillo de oro y frótelo en la palma de la mano, cuando se caliente se lo pone en el ojo y desaparecerá.

 

Para las crisis histéricas o  cuando atacan los nervios también hay remedio, esto lo aprendí en un velorio  en un campo. Se coge un gran puñado de hojas de guanábana se estrujan para que boten toda la sustancia y se colocan en medio de los senos de la persona afectada.

 

Y por último  para la sinusitis, echar una gota de aceite de higuereta bien caliente en la mollera.

 

Puedo asegurarles que nunca he hecho uso de estas recomendaciones, salvo “el culito de rana”, pero si usted las prueba, así como otras, favor de comunicármelo y así saber que han sido de su utilidad y poder tenerlas en cuenta cuando me llegue el momento y las necesite.