TAL VEZ miente todo el tiempo.
Tal vez esté fingiendo ser un mentiroso.
Tal vez esté fingiendo que es un tramposo.
Tal vez esté posando como un impostor.
Tal vez nos ha engañado todos acerca de su engaño.
Tal vez sea un manipulador muy astuto, que nos ha llevado a todos a creer que es un megalómano simplón.
Pues bien, hoy es el primer día del presidente Donald Trump en el cargo.
EL PRESIDENTE DONALD TRUMP. Tenemos que acostumbrarnos a estas tres palabras.
La única cosa que se puede decir con cierta certeza es que no hay nada seguro. Que este hombre es totalmente impredecible. Que estamos viviendo cuatro años de incertidumbre, despertándonos cada mañana preguntándonos en qué andará hoy.
Será un presidente-animador. Como fue el candidato-actor. Confieso que cada mañana, cuando tomaba en mi mano el diario, lo primero que buscaba era el último artículo sobre Trump. ¿Qué hizo? ¿Qué dijo él? Lo que fuera, siempre resultó entretenido.
La pregunta es: ¿realmente queremos que el hombre más poderoso del mundo sea un animador de espectáculos? ¿O un ególatra excesivo? ¿O un narcisista totalmente absorbido por sí mismo? ¿Un hombre que no sabe nada y cree que puede resolverlo todo?
Este es un mundo peligroso. A partir de hoy, lo será mucho más.
PENSEMOS POR un momento en el “Botón Rojo”.
Hay varios botones rojos alrededor del mundo, y varios dedos de líderes (incluso del nuestro) que rondan sobre ellos. Pensar en el dedo de Trump me pone nervioso.
Algunas de las guerras más terribles de la historia fueron iniciadas por tontos.
Piense en la Primera Guerra Mundial, con sus muchos millones de muertos, iniciada por un fanático serbio, un don nadie.
La Segunda Guerra Mundial, con sus decenas de millones de muertos, la inició Adolfo Hitler, una persona bastante primitiva. Cuando cruzó la frontera con Polonia, él no soñaba con iniciar una guerra mundial. Hasta el último momento no creyó que Gran Bretaña, un país "ario" que admiraba, le declararía la guerra.
El presidente Trump parece no saber nada de historia. Ni sobre mucho más, excepto bienes raíces y ganar dinero. También parece que no escucha a los demás cuando toma decisiones. ¡Vaya cosa!
Hace unos 45 años leí un libro de un escritor polaco-estadounidense, Jerzy Kosinsky, llamado Being There (Desde el jardín). Se trataba de un jardinero mentalmente discapacitado cuyo jefe rico murió y se lo dejó solo. Todos sus conocimientos se limitaban a la jardinería y la televisión.
Por algún accidente se involucró en la política. Sus respuestas simples a todas las preguntas fueron tomadas como profundamente sabias. Cosas como: “Tienes que regar las raíces si quieres tener frutos dulces”.
Subió la escalera política hasta la punta, se convirtió en el asesor del Presidente. No recuerdo si en realidad se convirtió en presidente. Pero Trump sí lo logró.
ALGO BASTANTE curioso: recuerdo una película alemana que vi cuando tenía nueve años. No es ni muy importante ni elaborada. Sin embargo, la recuerdo, 84 años después.
Se trata de un joven de muy buena familia que se enamora de la hija de un carpintero corriente. Su familia se niega a permitirle casarse con la hija de un hombre humilde.
Una noche el viejo carpintero se sienta en su bar de la esquina y descubre una mosca en la cerveza. Golpea con su enorme puño la mesa y grita: ¡”Esta tontería debe acabar!”.
Por un momento hubo silencio. De repente, gritos de "¡Bravo! venían de todas partes.
El pretendiente aprovechó la oportunidad. Fundó un partido, hizo acuerdos, llevó al viejo a las elecciones y al final –era todavía la república de Weimar− lo eligieron como primer ministro.
La familia del joven pretendiente estaba feliz de que él se casara con la chica, pero el padre se negaba rotundamente. “¿Quién es usted para casarse con la hija del Primer Ministro?”, le preguntó.
Por venganza, el pretendiente, que también escribía los discursos del Primer Ministro, cambió las páginas en medio de uno de los discursos del anciano en el Reichstag. Y el anciano anunció: "Soy un fracaso total, soy un idiota completo…"
No recuerdo el final.
¿Quién es el joven que dirigió la campaña de Trump? Su yerno judío, por supuesto, Jared Kushner.
Kushner, como Trump, es un agente de bienes raíces. Al igual que Trump, nació rico, y dedicó su vida a hacerse más rico. Ahora es el principal asesor político de Trump.
Kushner es también un sionista ardiente. Eso significa que no soñaría con venir y establecerse en Israel, sino que apoyaría a los elementos más fanáticos de este país.
Parece ser una regla que cuanto más un judío es alejado del pasado y de los futuros campos de batalla de Israel, más fanáticamente sionista es. Este Jared está muy, muy lejos.
Uno de sus consejos, al parecer, fue designar como embajador estadounidense en Israel a otro judío rico, David Friedman. Esta persona es un sionista derechista tan fanático que está involucrado financieramente en el asentamiento Beit El ("Casa de Dios"), una de las colonias más derechistas de Cisjordania. Algunos lo llaman fascista.
Una curiosidad diplomática: el embajador israelí en Estados Unidos, Ron Dermer, y el embajador estadounidense en Israel son sionistas judíos de ultraderecha. Si cambiaran de puesto entre ellos, nadie se daría cuenta.
PERMÍTANME RECORDARLES a los lectores qué son los asentamientos.
Cuando el ejército israelí conquistó Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza en 1967, estaban tan poblados como el Medio Oeste de Estados Unidos. Gran parte de la tierra pertenecía a los agricultores privados o propietarios ausentes, y el resto era "tierra del gobierno".
Durante la época otomana, las reservas de tierra de las aldeas y ciudades fueron registradas a nombre del sultán, cuyo heredero era el Alto Comisionado británico, cuyo heredero era el monarca jordano, cuyo heredero es ahora el comandante del ejército de ocupación israelí.
Ahora los colonos israelíes vienen y ocupan esta tierra, ya sea privada o “gubernamental”, y la convierten en sus casas. No le pagan a nadie. Puro robo.
Ahora los estadounidenses como Friedman, Kushner y otros vienen y animan a los colonos a robar aún más, e incluso ofrecen dinero para ayudarles.
La historia nos dice que esas cosas no duran toda la vida. Tarde o temprano cosas como estas terminan en un baño de sangre. Pero ese día, Friedman. Kushner y Trump estarán lejos, muy lejos.
ENTONCES, ¿POR qué estoy escribiendo ahora sobre Trump?
Bueno, en primer lugar porque es un día histórico. No me gustan los días históricos. Recuerdo aquel día en que hombres jóvenes con antorchas festivas y símbolos arcanos en sus brazos se paseaban por Berlín.
Pero también hay otra razón por la que no quiero escribir sobre Israel en este momento.
Estamos en medio del mayor escándalo en la historia de Israel. El primer ministro y el propietario de nuestro mayor periódico de circulación masiva están siendo investigados por soborno, así como los magnates extranjeros que han mantenido el suministro a Benjamín Netanyahu durante años de los puros más caros del mundo y a su esposa con el champán rosado más caro del mundo. (Es el "rosado" lo que proporciona el valor agregado del chisme).
Pero no. No voy a escribir sobre esto ahora. Lo siento.