Desde que se emitió la alerta de pandemia, las autoridades dominicanas iniciaron la implementación de un paquete de medidas para enfrentar el avance de los contagios en el país con la finalidad de contener la propagación del virus y luego activar gradualmente una serie de aspectos de la dinámica cotidiana que se han visto limitados.
Estas medidas han sido focalizadas a distintos segmentos de la sociedad para apoyarles en estos momentos difíciles; contribuyendo a que la población pueda quedarse en sus casas, auxiliando los más vulnerables con planes de asistencia social, contribuyendo en la preservación de los empleos y protegiendo el aparato productivo del país, entre otras iniciativas.
De igual manera se han incorporado para la respuesta a la crisis sanitaria las estructuras desconcentradas del sector salud, desde el trabajo que vienen realizando tanto las Direcciones Provinciales de Salud, como los hospitales que forman parte del Sistema Nacional de Salud y desde la Comisión de Alto Nivel se instruyó la activación de los Comité Provinciales de Prevención Mitigación y Respuesta coordinados por las Gobernaciones Provinciales; al igual que los Comités Municipales coordinados por los Alcaldes de cada uno de los municipios, los cuales deben incorporarse a los Comités Provinciales.
Esto evidencia la necesidad de que las medidas que establece el gobierno nacional puedan ser desconcentradas en todo el territorio, con la finalidad de que esta desconcentración se materialice en dos niveles de contrapartes: la contraparte articuladora y la contraparte operativa; para mejorar la efectividad de las estrategias de emergencia y al mismo tiempo proveer el estado de situación localizado, para que las autoridades inicien el proceso de recuperación que requiere el país.
En términos institucionales la contraparte articuladora debe propiciar el seguimiento a las medidas establecidas por el gobierno nacional, monitoreando lo que suceda en cada espacio del territorio delimitado, para contribuir con el cumplimiento de las iniciativas de carácter nacional. Aunque en la crisis actual el espacio articulador son las Gobernaciones y los Comités establecidos a nivel provincial, es importante resaltar que la región es el espacio ideal para propiciar esta contraparte articuladora en atención a que la Constitución define la región como la unidad básica para la articulación de las políticas públicas en el territorio nacional y estos espacios permiten una mayor facilidad de coordinación ya que serían menos puntos focales intermedios.
De igual manera se requiere una contraparte operativa en el nivel municipal, lidereada en el territorio por el Ayuntamiento correspondiente para hacer efectivas las disposiciones, coordinar con las estructuras locales la provisión de soluciones a las necesidades producidas por la crisis sanitaria e informar a la contraparte articuladora. Esta contraparte operativa puede funcionar a través de los Comité Municipales de Prevención, Mitigación y Repuesta, señalados por las autoridades para ser activados ante la crisis actual.
Para mejorar la efectividad de las estrategias orientadas a proveer información, salud, asistencia social, seguridad y recuperación de las actividades básicas se requiere desconcentrar las medidas, ajustando las mismas a cada una de las demarcaciones afectadas, lo cual es una garantía para la fiscalización y el cumplimiento de lo acordado.