Escrito en colaboración con Carmen de Jesús.
Para los que trabajamos o seguimos la educación de cerca, los resultados de PISA no fueron una sorpresa. Ya los últimos resultados de TERCE (de 3ro y 6to grado), nos señalaban nuestra posición y de ahí podíamos inferir que, si estábamos tan mal en el nivel primario, no íbamos a estar mejor en PISA. Aparte de estos indicadores educativos, la alta tasa de criminalidad refleja que hay un porcentaje de personas que no están siendo asimiladas por el mercado laboral, que abandonaron su formación y eligieron otra vía para subsistir.
Partiendo del entendimiento de nuestra cultura y contexto, además de ver con empatía la labor y la vida del maestro, y otras características demográficas, vamos a ver como apoyar el mejoramiento de las condiciones y los resultados de su labor. La mayoría de los maestros son mujeres, madres que se levantan a preparar el desayuno de sus hijos, llegan a sus hogares después de trabajar a cocinarles a sus familias y no hay tiempo fuera del ambiente escolar donde preparar lecciones, pues quien sabe si tienen agua y luz. ¡Esta es nuestra realidad!
Reconociendo estos hechos, pensamos que los maestros deben incidir en las áreas a mejorar y recibir desarrollo profesional relacionado a la data de sus estudiantes. Son estos que, además del liderazgo del Ministerio, deben estudiar los resultados de evaluaciones comparativas, y decidir cuáles son las debilidades donde obtener apoyo profesional. Este primer paso les da voz y participación en los resultados que buscamos todos a parte de empoderarlos a participar en sus continuas mejoras.
Por otra parte, grupos de maestros de un grado o una materia determinada pueden identificar objetivos a alcanzar en el año escolar y determinar cómo alcanzarlos, ya sea haciendo observaciones de otros maestros en otras escuelas donde hay mejores prácticas o identificando recursos disponibles para mejorar. La escuela también elige un enfoque anual para que todos los maestros se enfoquen en este. Estos procesos denotan desarrollo profesional a todos los niveles, como debe ser.
Por último, es esencial crear estructuras en las escuelas, dentro del horario escolar, donde los maestros puedan colaborar. O sea que haya un tiempo protegido para la colaboración semanal al inicio o al fin del día, de por lo menos un día a la semana. En esta hora, los maestros colaboran en el desarrollo de lecciones y evaluaciones, y estudian los resultados de estos para darle seguimiento en el aula. Esta colaboración es imprescindible para dar credibilidad a los maestros de que saben reflexionar sobre su labor y que pueden y saben cómo mejorar.