A menudo queremos mantenernos pasivos, porque sin dudas parece más cómodo. Sin embargo, las enseñanzas que hemos recibido nos muestran que nuestro principal compromiso en esta existencia es desarrollarnos. Es muy simple, mañana deberás estar un paso delante de donde te encuentres hoy. Está bien que mañana tengas más bienes materiales que hoy, siempre que eso no suponga frenar tu desarrollo interior. No es lo que tengas, es lo que seas.

Nuestro verdadero desarrollo se evidencia en nuestros conocimientos y nuestra conducta. Traducido al nivel de una nación, las creencias y costumbres de sus habitantes son las que le permiten desarrollarse. Por ejemplo, las naciones que le permiten libertad de acción a su gente, que tienen leyes justas, que gozan de aceptable seguridad ciudadana, que no toleran la corrupción, que valoran a quienes verdaderamente se lo merecen, que tienen buenos sistemas de comunicación, que garantizan las inversiones extranjeras y que tienen buenas normas de inmigración, son necesariamente progresistas, aunque vivan en un pequeño desierto. Si quieres lograr lo que otros logran, analiza que parte de tus creencias o costumbres tendrías que cambiar.

Es interesante lo que dijo en una entrevista el primer ministro de Dubái, Sheikh Rashid: “mi abuelo andaba en camello, mi padre andaba en camello, yo ando en un Mercedes Benz, mi hijo anda en un Land Rover, mi nieto andará en un Land Rover, pero mi biznieto volverá a andar en un camello” … “debemos criar guerreros, no parásitos”. Esto sucede así porque el dinero fácil está entre las cosas más dañinas para el Ser Humano. Si “has tenido suerte”, evita acomodarte demasiado.

Para poder desarrollarnos necesitamos los problemas, los retos, los obstáculos, las crisis. Los padres de las últimas generaciones que dicen: “no quiero que mi hijo pase trabajo”, se convierten sin saberlo en los peores enemigos de sus hijos. Algunos hijos sienten esa realidad y procuran abandonarlos lo antes posible para poder desarrollarse.

Personas de naciones en condiciones de subdesarrollo, a menudo deciden emigrar a países que han logrado mayores progresos, pero en ocasiones pretenden mantener las mismas creencias y costumbres que les impidieron desarrollarse en su propia tierra. En virtud de las políticas existentes, las naciones desarrolladas podrían recibirlos, pero de no acoplarse al ritmo de progreso que encuentran, se convierten en verdaderos parásitos e indeseables, y tienden a contribuir para que la tierra que los acoja presente las mismas deficiencias que dejaron atrás. Un ejemplo de esto lo vemos en Europa, muchos inmigrantes están llegando sin ningún respeto por las razones que hicieron que esas naciones fueran lo que son y pretenden proclamar que sus culturas son superiores y que no tienen nada que aprender de sus anfitriones, pese a que tuvieron que emigrar.

Quienes han logrado un gran desarrollo personal, cuando han sido forzados a empezar de nuevo en cualquier otro sitio, tienden a rehacer sus vidas y contribuyen a que ese otro sitio prospere. Hay un chiste que habla de una persona muy valiosa que es enviada por error al infierno y el mismo demonio suplica a Dios que se lo lleve porque está eliminando el infierno al convertirlo en un paraíso. Es contado para hacer reír, pero transmite a la vez una tremenda enseñanza.

Necesitamos recibir información para expandir nuestra conciencia, dentro de ese contexto la lectura es esencial, es de poca relevancia si lees material impreso o digital. Pero si no lees, solamente conocerás lo que te digan tus vecinos. Solemos ocuparnos de mejorar nuestro auto, nuestra casa, nuestros vestuarios, pero pocas veces pensamos cómo mejorar nuestra mente. Usualmente creemos que la parte más importante de nuestro ser se desarrolla sola. La frase “cuando el discípulo está listo, llega el maestro” talvez no hable del maestro que imagines. Cuando verdaderamente estamos listos, los que llegamos somos nosotros, porque el maestro siempre ha estado contigo. A menudo, quien consideras el maestro sólo te está señalando donde encontrar tu maestro.

Aunque puedas oír, debes aprender a escuchar. Si puedes ver, es hora de que logres observar. Si puedes pensar, ahora debes reflexionar en cómo piensas y desarrollar tu potencial mental. Pasatiempos triviales son también necesarios, pero si ocupan todo tu tiempo, los años no revelarán que has estado caminando. Y recuerda que tus límites son menos reales de lo que crees.

Ahora cierra por un momento tus ojos y visualiza con la mayor claridad posible qué quieres de tu vida, es el primer paso para el desarrollo. Lo que quieras, debes primero tomar conciencia de que lo quieres, inmediatamente todo tu ser se pondrá en movimiento hacia esa meta.

El potencial que sigue en ti dormido es muy superior a lo que hasta ahora has podido desarrollar. Tu Padre te conoce muy bien y sabe que puede esperar mucho más de ti, sin prisas ni pausas.