Las ciudades urbanas están llenas de grandes retos que, día a día se convierten en obstáculos para unos y en grandes oportunidades de mejora continua para otros, todo depende desde cual perspectiva estemos observando.

El Estado, que es una comunidad social con su estructura política, está encargada de ordenar y administrar todos los componentes debiendo integrar, sincronizar, optimizar y viabilizar todas las necesidades del conglomerado social, a fin de facilitar la vida de sus ciudadanos con el menor impacto ambiental, esto incluye aprovechamiento sostenible de los recursos, en cantidad, costos y reducción de emisiones.

En un mundo globalizado, donde la tecnología ha tomado el protagonismo, es menos complicado buscar soluciones a las diversas necesidades humanas, pudiendo incluso elevar el índice de desarrollo humano e incluir a un mayor grupo de ciudadanos en orden progresivo, en la reducción de la brecha de los derechos fundamentales que cualquier ser humano debería tener cubierto en el siglo 21. Derechos fundamentales tales como, acceso al agua, alimentación, educación, salud, vivienda y debemos incluir el acceso al internet, este último aprobado ya por la Organización de las Naciones Unidas, el cual es clave para la integración de todos los procesos tecnológicos y el libre acceso para la información ciudadana.

Como podemos observar, en el párrafo anterior se detallan derechos fundamentales que, si bien es cierto nuestro Estado trabaja para reducir estas brechas, todavía nos encontramos a mitad de camino para lograrlas. Estamos avanzando, pero aun distantes, si comparamos con otras naciones que tienen décadas haciendo la tarea con muy buenas calificaciones. Pero, ahí vamos.

Llegar a desarrollar una Ciudad Inteligente o Smart City que tenga un reconocimiento global, es clave para atraer inversiones por el clima de confianza que esto produce. Sin lugar a dudas, los Estados que se enfoquen mejor en el desarrollo integral de sus ciudades, llevarán la ventaja sobre el potencial desarrollo económico y sostenible.

Pero en esta entrega inicial, queremos primero relacionar el desarrollo de ciudades inteligentes con el principal derecho fundamental de los seres humanos, el acceso al agua potable, por un tema de concienciación y necesidad humana.

Cabe destacar que, las instituciones relacionadas con el recurso agua, están haciendo un muy buen trabajo, bajo el liderazgo y mandato del señor presidente de la República Luis Abinader. En el caso del Ministro de Medio Ambiente, Dr. Orlando Jorge Mera, se están protegiendo las zonas productoras de agua, como es el caso del Parque Nacional Valle Nuevo, donde encontramos uno de los más importantes colchones hídricos del país. También está el caso de INAPA, dirigido por el Dr. Wellington Arnaud, desde donde se desarrolla un amplio despliegue de construcciones de acueductos, líneas de conducción y sistemas de alcantarillado nunca antes visto, a todo lo largo y ancho de nuestro país.

Como un recurso primario para la estabilidad de la vida, la gestión eficiente del agua es clave en las ciudades, por esta razón, el Smart Water o el uso de agua sostenible y responsable, es uno de los 6 componentes que constituyen una ciudad inteligente o Smart City, siendo los edificios, energía, servicios públicos, movilidad, e integración las variables que conforman este tipo de ciudades, que deben facilitar la vida de sus ciudadanos, atraer mayor inversión privada, mejorar la optimización de los recursos, bajo una gestión que administre, integre, sincronice y opere con calidad todo el sistema.

Desde luego que, los cambios deben ser graduales. Sin dudas, gestionar de manera integral el recurso agua, será un paso revolucionario. Solo iniciar por el Distrito Nacional se considera un gran reto, se lograría reducir de manera significativa las fugas de agua potable que llega a las acometidas de los hogares, donde en la actualidad las pérdidas rondan entre el 35% y el 40% por falta de mantenimiento preventivo y no detección oportuna de fugas por falta de un sistema automatizado. Muy bien se pudieran mejorar instalando sistemas de sensores, automatizando las diversas infraestructuras que regulan el sistema de conducción para el abastecimiento de agua potable.

También, proveer sistemas automatizados que estén sincronizados para suministrar la cantidad de agua necesaria en función de las necesidades de una zona determinada, por ejemplo, el regadío de las áreas verdes de un cuadrante determinado.

La modernización de la infraestructura de agua potable y tratamiento de las aguas servidas, será la garantía para la eficiente gestión del recurso natural, el correcto tratamiento de las aguas servidas y una posterior descarga e incorporación al ciclo hidrológico, pero también se podrá controlar la construcción indebida de pozos tubulares en patios de particulares y empresas, sin ningún control, los cuales provocan daños a los acuíferos, y un ciclo de contaminación incontrolable.

Desde que tengo uso de razón, nos hemos enfrentado a la escasez de agua, pero no necesariamente porque estemos limitados por el recurso. Anualmente, nuestro territorio es bañado por 73 kilómetros cúbicos de agua, las cuales son aportadas por el interminable ciclo hidrológico, que precipita en promedio 1500 mm de agua de lluvia cada año en un territorio de 48,442 km2.

Gran parte de esta agua se infiltra alimentando acuíferos, ríos subterráneos y da vida a la flora y fauna de nuestro pedacito de tierra. La otra parte corre superficialmente laderas abajo, bañando las llanuras, ríos, lagos y arroyos.

La ingeniería interviene para embalsar por medio de diques de contención o presas y redirigir el flujo del agua por un sistema de conducción hacia las diversas actividades relacionadas con la estructura de vida de los seres humanos.

Desde este punto, debemos trabajar con la correcta gestión del agua, para garantizar que el agua que se direcciona no se pierda por fugas, y la que llegue a los hogares, sea administrada con educación por los ciudadanos.

Las instituciones como Corporaciones de Acueducto y Alcantarillado a nivel nacional, el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, así como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como regente del recurso por medio de la Ley 64-00, deben estar entrelazados bajo una misma plataforma tecnológica sincronizada, que permita el monitoreo en tiempo real del sistema de suministro de agua potable hasta su descarga final, permitiendo la toma decisiones para la optimización del recurso hídrico.

Para el conocimiento del ciudadano y como consumidor final inteligente, esta integración pudiera llegar vía una aplicación celular a las manos del ciudadano, donde pudiera monitorear en función a sus necesidades la cantidad de agua que debe dotarle el Estado para su uso cotidiano, la cantidad que realmente usa de este suministro y la que sale como agua servida. Esto permitiría ver en tiempo real el valor diario de su factura, permitiendo al ciudadano tomar decisiones de racionalizar su dotación diaria de agua por día. Incluso pudiera ser una vía de reconocimiento al ciudadano por el uso eficiente del recurso en su hogar.

Esta idea generalizada, puede ser parte integral para la solución de cumplir con el Derecho Fundamental del acceso al agua potable, aunque sea iniciando por el Distrito Nacional y luego ampliando el modelo por fases, hasta cumplir con la totalidad del país.

Definitivamente, desarrollar ciudades inteligentes, requiere de una importante inversión que, si bien el Estado no puede disponer de los mismos de manera rápida y oportuna, se pueden desarrollar estrategias a través de la Dirección General de Alianzas Público Privadas, que permitan un desarrollo eficiente, para garantizar la solución a este derecho fundamental como lo es el acceso al agua potable de calidad.