Como mujer, madre y abuela, estoy consciente de que podemos elegir y decidir ser un canal de vida. No solo por nuestra naturaleza física, más importante aún, podemos ofrecerle al recién nacido elementos fundamentales para que tenga vida como la acogida afectiva y la lactancia. La madre lo puede ofrecer si cuenta con las condiciones necesarias de salud física, mental, psicológica y afectiva.
El derecho a la vida está íntimamente vinculado al derecho que tiene la madre de decidir si recibe o no a la criatura que se forma en su vientre. Si no cuenta con buenas condiciones de salud, sufre de alguna enfermedad o tiene una condición de discapacidad motora, mental o de otra índole difícilmente pueda dar vida al ser que se forma en su seno, ambos corren riesgos de muerte.
Una adolescente, joven o mujer que ha sido violada sexualmente no cuenta con una capacidad física, mental ni psicológica para ofrecer vida porque ha sufrido la muerte de una parte de su alma. La violación sexual genera en la niña, adolescente o mujer secuelas físicas, psicológicas y espirituales que suponen procesos de rehabilitación profundas previos a cualquier elección deser un canal de vida.
Suscribimos el planteamiento de la coalición de unas 70 organizaciones por el derecho y la vida de las mujeres en su documento: “la despenalización del aborto en la República Dominicana es una normativa cónsona con el Estado de derecho y con la Constitución de la República Dominicana, así como con los convenios internacionales que comprometen al país en la protección de los derechos, la integridad de la vida y la salud de las mujeres dominicanas”
Quienes abogan por todo tipo de prohibición del aborto por “defensa de la vida”, defienden la muerte de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres que son violadas por padrastros, padres u otro familiar, a sabiendas de la frecuencia de estos hechos así como la posibilidad de embarazo como consecuencia de los mismos.
El Presidente Danilo Medina recientemente observó el código penal contemplando en esta observación la despenalización de la interrupción del embarazo en caso de mala formación genética incompatible con la vida; también si el embarazo es producto de violación o incesto y en caso del aborto terapéutico.
Esta observación fue muy acertada y debe ser acogida por el congreso de la República para garantizar así la integridad y la vida de muchas niñas, adolescentes y mujeres.
Suscribimos el planteamiento de la coalición de unas 70 organizaciones por el derecho y la vida de las mujeres en su documento: “la despenalización del aborto en la República Dominicana es una normativa cónsona con el Estado de derecho y con la Constitución de la República Dominicana, así como con los convenios internacionales que comprometen al país en la protección de los derechos, la integridad de la vida y la salud de las mujeres dominicanas”.
Esperamos que el Congreso Nacional no despoje a una proporción importante de niñas, adolescentes y mujeres del derecho a la vida y acoja las observaciones del Presidente Danilo Medina.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY