¿Quién le dijo que yo era risa siempre nunca llanto? Como si fuera la primavera ¡no soy tanto! Efectivamente la cotidianidad puede ser absolutamente controversial, negativa, entrañar grandes dolores, sacrificios y lágrimas. Y a la vez, grandes disfrutes, alegrías, satisfacciones, maravillas, amor, amistad, buena venturanza. Y sigue siendo la misma vida y la misma cotidianidad.

El nudo, o la llave, posiblemente esté en cómo definimos individual y colectivamente el existir. Dónde nos colocamos y desde dónde medimos la trascendencia y lo cotidiano. Todo esto viene a cuento, porque hoy quiero permitirme compartir con ustedes varios desahogos existenciales, desde la conciencia de que los mismos, no entrañan amargura o rabia permanente, sino un profundo e inmenso deseo de vivir en paz.

  1. ABUSO: Por favor, dejemos de justificar el abuso que marca la posición de superioridad, sea económica o de poder. Si bien es cierto, que la chica de 21 años pudo actuar motivada por razones no vinculadas a sentimientos de amor; ¿cuántas relaciones de parejas funcionales y exitosas, tampoco tuvieron el “amor” como motivo inicial? Y, sobre todo, los motivos de ella, no descartan que una relación con un adulto o muy adulto con mucho dinero, quien marca las reglas de juego no es la casi adolescente “pescada” a fines de “satisfacer” las “mañas” de quien “puede pagarlas”. A propósito del caso de un político, que parecería no quiere asumir su compromiso paternal.
  1. EDESUR. Yo sé que es un tema muy manido, que el cansancio es absoluto y las quejas constantes con la facturación de la energía eléctrica, pero llamo la atención a que o hacemos algo, o de repente la ciudadanía cobrará su salario y tendrá que entregarlo intacto a las EDES. Confieso mi desesperación pues desde hace varios meses, estoy metida en el siguiente juego: Recibo mi factura, llamo y reclamo. Varios días después me envían el mismo mensaje: “Edesur le informa que la reclamación realizada al nic xxxx ha sido declarada improcedente, favor realizar el pago de su factura para evitar suspensión” Cuanto abuso, mucha gente dice que PROTECOM funciona, en mi caso, no he recibido respuesta. Seguiré interponiendo la reclamación, porque por arte de magia, la factura que llevaba un patrón de alza de entre dos a cuatro mil pesos por mes, ha iniciado uno que baja entre uno y dos. Yo, no me niego a pagar, lo que exijo es que sea un valor pertinente, adecuado, oportuno y real a mi consumo. 
  1. ¿DEMOCRACIA? Ningún derecho es absoluto, y esto es así, por el límite necesario a que cuando ejerzas el tuyo, no se convierta en una imposibilidad de yo ejercer el mío.

Es cierto que tenemos libertad de expresión y es muy cierto que toda persona tiene derecho a aspirar un cargo o posición, sea de elección popular o de nombramiento; pero nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a incitar al odio, a discriminar, a exaltar dictaduras, a ponderar como positivo los abusos cometidos por un régimen totalitario, abusivo y de terror. Así que, por favor, dejemos el “discursito” de que en nombre de la democracia debemos permitir que el nieto de un dictador asesino decida venir a burlarse de las leyes, del derecho y de la inteligencia de un país, pregonando con orgullo que su abuelo es un “héroe”, eso no es democracia, eso es abuso de poder.

Para completar el panorama de horror del nietecito, una publicación de Argentarium, nos hizo saber cómo ese señor se benefició de los fondos nacionales en una transacción dolosa en un banco del Estado.

Así que no, si bien es cierto que podría ejercer su derecho a hacer política, no tiene ningún derecho a hacerlo de la forma que lo está haciendo. Que lo haga desde el reconocimiento de la perversidad del régimen de su abuelo, desde el pedir perdón y actuar de manera honesta. No desde el pretender llegar para seguir disfrutando del dinero de nuestros impuestos, en supuestos “negocios” y de exaltar figuras tan oscuras como su abuelo. Eso no es democracia, la línea que divide el respeto a los derechos de la demagogia es débil y en ocasiones difícil de definir, pero en este caso, es evidente y clara. Por favor, al pan, pan y al vino, vino.

Después del desahogo, recordarles que la grandeza del espíritu y del alma, trasciende a las posesiones materiales, y a las poses. Que la cotidianidad requiere y amerita empatía con un hacer social e individual desde la dignidad y la bondad. En una perspectiva de respeto, que desarticula el maniqueísmo y asume, que la libertad y la igualdad ameritan y merecen reconocer que la legitimidad de las personas obliga a no aceptar como válido el abuso y la crueldad.

No me interesa seguir inscrita en el Club de los/las pendejas/os. Manifiesto mi desacuerdo desde la felicidad, el amor y la paz; porque eso, no voy a permitir que me lo arrebaten nunca. Aunque como dice Silvio, tengamos que hacer de la rabia, nuestra vocación, de vez en cuando y de cuando en vez…