La zona fronteriza compartida entre la República Dominicana y la República de Haití continúa concitando la atención tanto a nivel local como internacional, ante la necesidad de solucionar los problemas que por mucho tiempo han acompañado este territorio. Durante décadas se han formulado numerosas iniciativas que buscan reparar las grietas históricas producidas entre ambas naciones, la mayoría de estas propuestas están orientadas a soluciones que refuerzan la protección de la frontera con controles más estrictos, con una vigilancia continua o a través de la construcción de infraestructuras mas robustas.
Sin embargo, el análisis de las variables que se presentan en este territorio advierte la necesidad de generar un proceso de recuperación integral de la frontera como alternativa para la solución efectiva de los problemas que allí se presentan, lo que garantizaría el desarrollo armónico de ambas naciones impactando directamente en la seguridad, el medio ambiente, el medio productivo y por ende en la calidad de vida de sus residentes.
El contexto territorial de la zona en cuestión nos presenta una frontera que se extiende a lo largo de una línea de 380 Km. entre los dos países (PNUMA 2013); en términos demográficos el territorio correspondiente al lado Dominicano está compuesto por cinco (5) provincias (Monte Cristi, Dajabón, Elías Piña, Independencia y Pedernales) con una superficie total de 8,390.50 Kms² (17.4% del territorio nacional) y una población de 320,767 habitantes (ONE), correspondiente al 3.40% de la población; para una densidad de 38.23 Habs/Km²; evidencia fehaciente de la necesidad de impulsar la densificación de las comunidades fronterizas como solución preventiva a los males que han acompañado esta zona.
Una serie de documentos producidos durante los últimos años evidencian que esta disminución de la población ha sido el resultado de la ausencia de oportunidades en este territorio, debido al proceso de concentración que ha prevalecido en el país; por ende la migración hacia los centros de poder se lleva de las comunidades fronterizas tanto los recursos humanos como el capital necesario para impulsar el desarrollo socio-económico. El Informe “Mapa de Desarrollo Humano de la Republica Dominicana (2013)” señala que tres de las cinco provincias señaladas poseen el ingreso per cápita provincial más bajo del país: Elías Piña (RD$ 11,070.36), Pedernales (RD$ 12,511.92) e Independencia (RD$ 13,046.95); de igual manera el mismo informe indica que el Índice de Desarrollo Humano de las provincias fronterizas se encuentra entre 0.112 (Elías Piña) y el 0.421 (Dajabón) correspondientes a las categorías más bajas (IDH/ODH2013).
La estrategia para revertir esta situación debe partir por el fortalecimiento de los gobiernos locales, de manera que estas entidades sean responsables de diseñar, planificar, ejecutar y monitorear (en coordinación con el gobierno nacional) una serie de acciones que conquisten y mantengan el capital humano y financiero necesario para estos territorios. El fortalecimiento de los veinticinco (25) municipios que componen estas cinco provincias, con especial atención en los catorce (14) que tocan directamente la línea fronteriza, mejoraría la gobernabilidad de los entes locales, garantizando la protección de todo el territorio fronterizo, mejorando el control binacional, contribuyendo con la seguridad interna de la nación, protegiendo los recursos naturales y potencializando nuevas fuentes productivas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.
@erickdorrejo