Si la Democracia es la forma de gobierno en la cual la legitimación y selección la hace el demos, no cabe la menor duda de que la Democracia Política en la sociedad dominicana ha venido asentándose de manera ostensible a partir del 1978; y, solo con zonas grises en el interregno del 1990 y 1994.

La Democracia Política o Régimen Democrático, cuyas expresiones se alcanzan a través de la libertad de asociación, libertad de expresión y del libre acceso a la información, representan el hilo conductor de la evolución del ser humano, merced a los avances societales o estadios de desarrollo.

Esto es, la democracia, es un proceso de construcción permanente, es la muestra vital en el plano superestructural, de los momentos históricos de los seres humanos. Por eso, la democracia política siempre es una apuesta institucional, no es un mecanismo meramente de consenso, un plano deliberativo o una asunción individual.

Se constituye el régimen democrático o la democracia política como "un sistema en el que los partidos políticos pierden elecciones. Hay partidos, divisiones de intereses, valores y opiniones. Hay competencia organizada a través de reglas y periódicamente hay ganadores y perdedores".

"Es un régimen en el que los cargos gubernamentales son ocupados como consecuencia de elecciones competitivas"

"Es un régimen en el que los cargos gubernamentales son ocupados como consecuencia de elecciones competitivas", según señala Prseworski. La democracia política, en la concepción schumpeteriana, significa una competencia libre en busca de un voto libre.

La búsqueda del ser humano es el logro de la felicidad y ésta como proceso y respuesta a cada salto y devenir histórico, se fragua en una lucha incesante y permanente en cada escenario de la vida. Esa búsqueda se cristaliza en alcanzar una Democracia Plena que asuma lo civil, lo social y lo cultural. Es parte de la naturaleza humana, intrínseca a ella, lograr lo mejor y en este caso, a luchar contra una democracia disminuida en algunos episodios de su existencia.

Hemos avanzado en la democracia política; empero, muy disminuida; con una fuerte crisis de intermediación, que nos hace creer que más que una democracia política tenemos una ficción, una parodia de democracia en la sociedad dominicana del siglo XX1.

La decisión del Senado en lo relativo al conocimiento del presupuesto y con respecto a la democracia, es la visión más estrecha y elitista del régimen democrático, cuya base esencial es que la acción política de ellos como representantes, es asunto de ellos y nada más.

Marino Collante, miembro de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, fue más burdo, más grosero, al responderle al CONEP. Señaló que los miembros de la Cámara de Diputados no son tarados y que el CONEP hizo una intromisión grosera. En otras palabras, que sean miembros del Congreso para que puedan opinar. Dijo al CONEP lo que en psicología se llama proyección.

Su ego no encuentra alteridad con los demás. Son respuestas desde el Congreso que ponen de relieve la pobre calidad de la democracia y que resaltan que, más allá de las normativas, de lo que se trata es de la necesaria revolución mental-cultural, del patrón cultural, de los distintos actores que abogan por un Régimen Democrático más cimentado en la justicia y en el respeto a todos los actores estratégicos de la democracia política.

Si Marino Collante fue burdo, el Senado fue poco delicado y ellos mismos restaron importancia a su representación y a su razón de ser, sobre todo a la luz del Art. 234 de la Constitución o de asumir el Art. 196 que habla de las Regiones y las Provincias y cuyo párrafo reza "Sin perjuicio del principio de solidaridad, el Estado procurará el equilibrio razonable de la inversión pública en las distintas demarcaciones geográficas de manera que sea proporcional a los aportes de aquellas a la economía nacional". En el presupuesto del 2012, más del 70 % de las inversiones están concentradas en el gran Santo Domingo. Sin menoscabo de que este presupuesto es el más complejo a lo largo de toda la historia republicana, pues abarca no sólo el 2012 sino también los años 2013 y 2014; tal y como manda la ley: un presupuesto plurianual.

Para Guillermo O´Donnell "en un régimen democrático las elecciones deben ser razonablemente competitivas, libres, igualitarias, decisivas e inclusivas". Las elecciones en nuestra sociedad, desde el 1966, son institucionalizadas; no obstante, ellas no fueron libres, igualitarias y competitivas (1966, 1970, 1974, 1978, 1990 y 1994). Esa democracia electoral no tuvo concomitantemente ni los límites internos y externos que toda competencia ha de tener para que el juego de la misma se concretice con legitimidad desde su origen.

La decisión del Senado en lo relativo al conocimiento del presupuesto y con respecto a la democracia, es la visión más estrecha y elitista del régimen democrático

A partir del 1978 hubo avances en la democracia electoral con sus nubarrones profundos en el 1990 y 1994. Sin embargo, cuando estudiamos objetivamente la democracia electoral en República Dominicana, es realmente una ficción. No existe una verdadera competencia ni igualdad entre los diferentes partidos políticos que acuden a las elecciones.

El 80% de los financiamientos públicos van sólo a 3 partidos y el otro restante 20% van en igualdad de condiciones para los 27 partidos reconocidos. Para el 2012, los partidos recibirán 1,500 millones; de estos, 1,200 millones son para el PLD, PRD Y PRSC; vale decir, 400 millones cada uno. Más RD$11,011,000.00 (Once Millones Once Mil Pesos), para cada organización partidaria reconocida.

Actualmente, no hay límites para los partidos políticos recibir donaciones ni existen controles para los donativos ilícitos ni rendición de cuentas creíbles. En nuestro país, las campañas comienzan 2 años  antes, contando las precampañas internas y las primarias que a decir verdad, son cuasi campañas nacionales. Las campañas comienzan con un año antes de las elecciones nacionales. En España, las campañas internas de los partidos políticos comienzan con un mes y medio de antelación de las elecciones y las campañas nacionales sólo tienen 15 días. En Chile, Costa Rica, Uruguay, Brasil, existen fuertes restricciones de horario y de publicidad. En nuestro país, las vallas, las caravanas, la publicidad en radio, televisión, Internet, disco light, no tienen límites ni restricciones.

El Anteproyecto de Ley preparado por la Junta Central Electoral en el mes de Junio del 2012, sería un puntal fundamental, un salto cualitativo en la lucha por la Democracia Electoral y una mejor decencia en el régimen democrático; sin embargo, conserva todavía inequidades que seguirán deformando la democracia electoral.

Toda reforma normativa que tienda a elevarnos en el concierto de las naciones civilizadas son bienvenidas; empero, de lo que se trata, para el desarrollo de la sociedad, es de la asunción de una nueva conciencia social que nos permita resquebrajar los viejos paradigmas de la clase política y esto significa inexorablemente, de una nueva praxis social que se genera a través de un cambio cultural, de una nueva mentalidad, que es lo que al final de cuentas nos llevará a una mejor democracia, más inclusiva, más igualitaria y más justa; una democracia donde no existan ciudadanos y subciudadanos.