La población cada cuatro años elige a las personas (gobierno) que desempeñaran los puestos que permiten la operatividad de los organismos que componen el Estado, por ende los gobiernos deben fungir como administradores del Estado para realizar las gestiones destinadas a satisfacer los derechos de los ciudadanos, seguridad, libertad, incentivos a la producción-empleos, alimentación, vestimenta, vivienda, educación, salud, seguridad social, entre otros. Los gobiernos no son elegidos para que realicen sus sueños de niños sino para que satisfagan las necesidades básicas de la población que los eligió para ese propósito.
En el país, los gobiernos se olvidan de ese pacto fuente de la democracia e imitando a países en niveles mas avanzados, realizan obras físico-urbanas de escasa vinculación con los recursos y sectores productivos-sociales de la nación. Además el sistema de partidos ha convertido los gobiernos y el desempeño de sus puestos en fuentes del enriquecimiento ilícito.
La actividad política se ha convertido en el principal factor de movilidad social, los puestos publicos no requieren de altos niveles de formación académica y ética, simplemente ser “vivo” (buscársela), esto ha conllevado al gran abultamiento del gasto público corriente. Los gobiernos han sido utilizados como instrumentos clientelares para mantener el poder en lugar de satisfacer los derechos de los dominicanos.
El origen de este grave problema se ubica en que los candidatos a puestos políticos se escogen de aquellas personas que tienen mayor popularidad, por esto, los partidos se inclinan por proponer para los puestos electivos del Estado a músicos, cantantes, locutores, comediantes, dueños de bancas, entre otros, con mucha popularidad pero no aptamente preparados para operar con la eficiencia requerida. También se utiliza el dinero, para lograr la candidatura y posteriormente el puesto estatal, y luego, ¿cuánto hay que cobrar para recuperar esas inversiones?
En este sentido la Fundación Desarrollo Estratégico Dominicano, Funded, en su Proyecto de Nación 2013-2033, repite de Rousseau, no bastan las buenas leyes (Estado de Derechos) y las nuevas instituciones (Modernizacion del Estado), para obtener la felicidad colectiva se precisa sobre todo de una reforma del ser humano (Gobiernos) que podría alcanzarse por la educación.
Para solucionar la problemática sugerimos a los partidos políticos tomar las siguientes decisiones; seleccionar personas con honestidad y moral, responsabilidad, tiempo en el partido, cargos desempeñados, evaluaciones en sus desempeños, conocimientos de las funciones de los puestos a que aspira, y niveles de popularidad.
Realizar eventos de formación que comprendan; historia de la cultura, historia dominicana, doctrinas sociales, principios de economía, sociología y sicología, identificación y soluciones de los problemas básicos que afectan a las poblaciones. Además apertura a la internacionalización del conocimiento.
Desde el Gobierno las medidas deben enfatizar en la drástica disminución de la corrupción como fuente de muchos otros problemas, se requiere “un presidente de la republica honesto” que se constituya en el principal catalizador para que todos los representantes de los poderes del Estado actúen intrínsecamente con honestidad, transparencia y efectúen con eficacia las funciones correspondientes al control estricto de las actividades físico-financiera del Estado.
Además el congreso, con la colaboración de los partidos, poner en vigencia una ley de entidades políticas que exprese claramente “los puestos publicos son de los partidos” obligando a estos y a sus representantes ante el Estado a tener un comportamiento honesto, eficaz en el desempeño de sus funciones, siempre apegados a los principios y objetivos de la entidad partidaria que deben tener como finalidad proteger los recursos disponibles y potenciales del pais, propiciar y apoyar las acciones propias del desarrollo humano y garantizar el Estado de Derechos de los ciudadanos convirtiendo en una realidad el Estado Nación soñado por el patricio Juan Pablo Duarte.