Juan Bosch llegó a República Dominicana en el verano del 1931, luego de un periplo por Barcelona y Venezuela que comenzó en los últimos meses del 1929. Vivió bajo la dictadura de Trujillo desde el 1931 hasta enero del 1938 cuando salió para Puerto Rico. Todos los sucesos que le ocurrieron del 1929 al 1938 lo expliqué en varios números de Veritas liberabit vos. Desde enero de 1938 hasta octubre de 1961 Bosch vivió la experiencia democrática de Cuba, y luego del golpe de Estado de Batista en 1952 viajó por varios países latinoamericanos conociendo los procesos democráticos de varias naciones hasta que se instaló en Costa Rica como docente del Instituto de Educación Política de Costa Rica. Justo ahí lo encontró el ajusticiamiento de Trujillo.

Es en dicho Instituto que Bosch comenzó a formar líderes políticos dominicanos para construir la democracia en nuestro suelo. “Con una matrícula de 60 estudiantes, de los cuales apenas 3 no eran dominicanos (los ecuatorianos Rodrigo Borja y Byron López Castillo, el venezolano Régulo Camba), el tercer curso del Instituto de Educación Política de Costa Rica se desarrolló entre el 3 de septiembre y el 13 de noviembre de 1961. A sólo tres meses de la decapitación del dictador, el entrenamiento tenía sello de urgente y carácter intensivo (13 horas diarias en régimen de internado), a fin de preparar "dirigentes políticos de la República Dominicana hacia la acción inmediata" (Diario Libre, 01/06/2013). Este es uno de los aspectos que usualmente no se destaca como antecedente de lo que ocurriría en 1962 en República Dominicana. “Su objetivo general consistía en promover la defensa de la democracia, "a) ayudando a los partidos políticos dominicanos a formar sus cuadros dirigentes debidamente preparados para su urgente tarea política y de lucha por el bienestar de su pueblo; b) poniendo en contacto a los dirigentes dominicanos con miembros de partidos políticos sudamericanos de amplia experiencia" (Diario Libre, 01/06/2013). El esfuerzo de Bosch por llevar la democracia a su país comenzó mucho antes del descabezamiento del sátrapa y se aceleró una vez ocurrió ese hecho.

Es una constante en Juan Bosch el esfuerzo por educar para la democracia, fuera en las aulas o en sus discursos por radio una vez estuvo en el país. Casi todos los textos escritos por él desde el 1955 hasta los años 80 tenían un carácter pedagógico. El énfasis en la educación política cuando regreso al país en el 1970 en el seno del PRD y los Círculos de Estudios en el PLD tienen continuidad desde la experiencia del Instituto en Costa Rica. Para que la democracia floreciera se necesitaba formar a hombres y mujeres en el accionar político y la gestión del Estado desde una perspectiva democrática.

El liderazgo político de derecha e izquierda que no aceptaba a Bosch, y no entendía la necesidad de construir la democracia para superar el trujillismo, tuvo situaciones complejas que anunciaban lo que desembocarían en el golpe de Estado. La lucha en el seno de la UCN se desató y el PRD manejó el tema con mucha sagacidad. “Para los cívicos había llegado la hora de luchar en su propio seno, puesto que el catorcismo era parte de la Unión Cívica, y cuidadosamente pusieron a un lado sus planes antiperredeístas. El PRD, por otra parte, no había respondido a la campaña cívica contra él. Los cívicos sabían que nosotros no íbamos a disputarles el poder. Habíamos hecho saber al Consejo de Estado que si aprobaba un programa de Gobierno y se comprometía a realizarlo, nosotros colaboraríamos en la realización de ese programa, pero desde la calle, sin ir a funciones públicas. De nosotros no podía esperarse una acción sucia, una conspiración; nuestra actividad era clara, a la luz del sol, y lo único que perseguíamos era crear en la masa del Pueblo conciencia de cuáles eran sus problemas y cómo podían solucionarse con medios democráticos. La Unión Cívica Nacional podía, pues, desentenderse de nosotros y dedicarse a su lucha interna. El ala derecha de los cívicos estaba tomando el poder y tenía que enfrentarse con su ala izquierda. Esa era su dificultad y necesitaba todas sus fuerzas para resolverla” (Bosch, 2009, v. XI, p. 87-88). Bosch estaba convencido que el objetivo de educar al pueblo en la democracia era superior a la toma del poder, pero tampoco descartaba ese hecho. La lucha en el seno de la UCN para sacar de su seno al 14 de Junio tenía la clara directriz del Departamento de Estado y a partir de ese momento la propaganda reaccionaria, con el slogan vacío del anticomunismo, envenenó el ambiente político dominicano.

Los líderes del 14 de Junio al descubrir que habían sido manipulados mostraron “…con estruendosa energía la cólera que les había producido la conducta de Unión Cívica Nacional; la conversión en partido para tomar el poder, después de haberse servido de los mejores dominicanos bajo el antifaz de su apoliticidad patriótica, y la de haber acusado luego a esos dominicanos de comunistas, la misma acusación que tradicionalmente hacía Trujillo contra aquellos a quienes necesitaba eliminar” (Bosch, 2009, v. XI, p. 91). Ese fue el inicio de la cacería de miles de los mejores jóvenes dominicanos entre 1962 y 1978 bajo la acusación de comunistas. Bosch en ningún momento cayó en esa trampa ideológica y uno de los motores de su golpe de Estado fue precisamente que no accedió a perseguir a ningún dominicano y dominicana por su ideología política. Esa acción era contraria a la democracia y al respeto de los derechos humanos.

La UCN inició un campaña con chismes contra los líderes del PRD y contra Bosch. Afirmaban que tenían centenares de miles de afiliados (en la UCN), lo cual era falso, y buscaban desacreditar al PRD y al 14 de Junio. “Sin embargo, el PRD no se ocupaba ni siquiera de contradecir afirmaciones como ésa. En “Tribuna Democrática”, el programa de radio del Partido que se hacía a mediodía, se trataban los problemas diarios del Pueblo: que si tal sindicato reclamaba tal cosa, que si los vividores de aquel sitio necesitaban luz, que si la policía había atropellado a Fulano de Tal, que si determinada oficina pública requería esta o aquella medida; y se pasaba la cinta de un cuarto de hora en que yo iba exponiendo día a día el criterio del Partido sobre los asuntos de interés general”  (Bosch, 2009, v. XI, p. 96). La UCN hablaba para el Departamento de Estado y la oligarquía dominicana. El PRD para el pueblo y sus necesidades.