La primera vez que supe de un dirigente árabe llamado Gadafi, fue en mi adolescencia cuando un tío dejo extraviado en mi hogar paterno el famoso libro de verde del mal llamado socialismo islámico, confieso que su lectura me dejo la sensación de rebeldía incrementada (ahora adulto veo que no entendía nada) ese llamado a la democracia directa y aquello de la tercera teoría universal y  su modelo de organización de la sociedad con representación popular directa que superara el capitalismo y el comunismo al mismo tiempo.

Más adulto también conocí el Gadafi sospechoso del vuelo 103 de Panam en 1986, del vuelo 772 de UTA en 1989, de la hostilidad del gobierno de Reagan,de sus guardias amazonas y el deterioro institucional de libia, pero también del aumento de la calidad de vida de sus habitantes y del reciente amigo de occidente industrial hasta que en 2011 se acaban de dar cuenta de repente de quién es y que representa.

¿Líder de una revolución? ¿Socialista? ¿Terrorista? ¿Mártir Islámico? ¿Dictador? ¿Caudillo  popular?

Todas y ninguna de las anteriores…personaje complejo de abordar y contextualizar este Muamar el Gadafi, al que occidente devolvió legitimidad durante años recientes y con quien de repente se podía hacer buenos negocios, pero quien hoy es el enemigo público número uno del mundo por "brutal asesino" de civiles libios.

Asumir posturas en pro o en contra de Gadafi,los rebeldes libios contra su gobierno o sobre la estrategia "odisea al amanecer" de las potencias occidentales, visiblemente  ocupadas en algo más que las frágiles vidas de civiles en las calles de Bengasi o Tripoli,  convierte cualquier análisis objetivo en una tragicomedia de mayúscula fragilidad.  

Ni Gadafi es un santo, ni quienes están disparando misiles tomahawk son ángeles destinados a predicar la palabra, estamos frente a un escenario geoestratégico vacio de carga ideológica y donde ninguno de los actores en conflicto pretende mejorar el ecosistema, robustecer la democracia o incrementar la calidad de vida de  sus ciudadanos.

El mundo de hoy (el de siempre diría cualquiera) está construido a partir de la coexistencia y competencia de intereses, él aliado de hoy puede ser adversario mañana, un interes comercial de una potencia puede imponerse  a valores democráticos o a marcos normativos fundamentales para la institucionalidad global.

Es por eso que en medio de mis inocencias, ahora de adulto, me resulta tan impactante y contradictorio ver unas cuantas fotos presidenciales con Gadafi de reciente factura, incluyendo algunas de gobernantes muy entusiastas con mandar aviones y cohetes al territorio libio.

¿Andarán detrás del libro verde?…inocente mariposa…