Saber la distancia que hay entre el decir y el hacer es circunstancial o imposible. Igual acontece con las encuestas que miden la intención del voto.
Las encuestas miden la intención del voto en un momento específico. Los fanáticos creen que los resultados de la encuesta de hoy se repetirán en la de mañana y el día de las elecciones también. Es esa actitud la que explica tantas decepciones una vez pasado el certamen electoral.
Los sacristanes políticos deben entender que probablemente los encuestadores son poco religiosos y mucho menos profetas. La percepción electoral es cualquier cosa menos un acto de fe. De ahí el dicho de la sabiduría campesina que reza “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Los candidatos a cargos (los de ayer y de hoy) comparten con las agencias encuestadoras la responsabilidad de que se confunda las encuestas con profecías. En días recientes al director de Gallup dominicana le pidieron su opinión sobre la guerra de encuestas que vive el país. “Yo diría que en vez de una guerra de encuestas, lo que vive el país es una guerra de mentiras”, respondió el ejecutivo de Gallup.
Que la afirmación provenga de esta prestigiosa encuestadora es interesante. Seguro que al tiempo que el director de Gallup dijera lo que dijo, alguno recordó cuando Gallup se guardó una encuesta para no perjudicar ciertos candidatos. Estos son tiempos en que el maquillaje excesivo se usa en mujeres y hombres, medios de comunicación y también en los que miden la percepción electoral. Hoy todos quieren verse bellos.
¿A qué viene esta perorata sobre las encuestas honestas o exageradamente maquilladas?
La respuesta es simple, antes estaba claro que creer ciegamente en los números de una medición era para gente fanática de los políticos. El mundo cambió. Hoy los principales líderes partidarios son los más fieles defensores de resultados acomodados a sus intereses. Para muestra un botón.
Julio Hazim, productor del programa Revista 110, en la transmisión del miércoles 18 de septiembre comento unas declaraciones de Gonzalo Castillo. Según Hazim, Gonzalo afirmó “yo no tengo que pactar, yo lo que tengo es que hacer un gobierno parecido al de Danilo, mejorar algunas cosas que no se han podido mejorar”. Acto seguido Julito Hazim comentó:
— Eso no lo resiste un hombre que está indigestado de éxitos. Leonel tiene la barriga, el corazón, todos los intestinos llenos de éxitos y no entienden. Esa gente están que tú hablas con ellos y te dicen: es 90 a 10 que estamos –.
Según el expresidente Leonel Fernández, en las primarias del 6 de octubre el cogerá 3 millones de votos. Se supone que por Gonzalo votará por lo menos un millón de personas. Para darles ánimo pongamos que los otros aspirantes logren más de 100 mil votos repartidos equitativamente. Sin contar los que se quedan en casa la suma total rondará los 4 millones 150 mil votos. O sea que los miembros del PLD superan el 50% de los inscritos en el padrón electoral.
Siendo las cosas como la pinta Leonel Fernández las elecciones presidenciales serán innecesarias. Todo terminará el 6 de octubre. Por el bien del país, Abinader, Hipólito, Guillermo, Onofre, entre otros que aspiran a la presidencia proclamarán a viva voz que Leonel sea el presidente.
— A mí la pena que me da es, qué va a hacer Leonel cuando le den los resultados el 6 de octubre. Qué va a hacer el pobre Leonel cuando le den su primera derrota –, se pregunta Hazim.
Yo por mi parte me pregunto ¿Cómo es que un hombre 3 veces presidente del país y guía número uno del PLD puede emborracharse de esa manera?
¿Será que Leonel no ha hecho conciencia de que “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”?