Que gran refrán ese del que del árbol caído todos hacen leña y más si ese árbol cayó podrido por principalmente por la corrupción. como le ha sucedido al PLD. Tiene encima al leñador actual con el hacha en ristre, el que ha estado aguantando fuete en la oposición durante muchos años. El Ministerio Público enfila ahora sus cañones de justicia apuntando hacia un buen paquete de exfuncionarios del pasado gobierno por sospechas de sus actuaciones y por no fiarse de las hermosísimas declaraciones juradas de bienes que se han realizado. Ahí están exministros, exdirectores de diversos organismos como el Opret, Educación, Hacienda, Compras y contrataciones, Plan Social, el famosamente triste Oisoe, Banco de Reservas, diputados y hasta la Presidencia de la Cámara de Diputados.
Desde luego hay que presumir la inocencia del acusado hasta la demostración de la culpabilidad, según se afirma en derecho y suponemos que no todos serán sometidos ni condenados, si bien hay bastantes posibilidades de que muchos acaben en el trullo por una buena temporada.
Este es un país donde se conoce al cojo sentado y al tuerto durmiendo y donde también los rumores, sobre todo los malos, esparcidos durante mucho tiempo suelen tener visos de verdad, porque exhibir sin reparos, algunos públicamente, fortunas mal habidas es más un signo de prestigio y de poder de algunos políticos y funcionarios ante los ciudadanos que un bochorno social de quienes lo hacen.
Siempre hemos señalado que este país chiquito las cosas de la cogedera del Estado o de los gobiernos se dan en grande y hasta en gigante ¿Uno o dos implicados? ¡No hombe no! docenas y hasta medio centenar de ellos en una sola carambola del billar persecutorio. Que alguien, por ejemplo, tenga nada menos que mil millones de pesos, cinco mil o nueve mil, si no es muy-muy rico de cuna y de herencia o un gran empresario con múltiples negocios, mueve a creer con toda razón que por algún lado hay gato dentro de macuto, o mejor dicho gato con botas y buenos guantes dentro de alcancía pública y no en macuto sino en caja fuerte.
Esperamos que este nuevo caso ¿Por qué no lo bautizan como está tan de moda con un nombre tipo Reyes Midas, Tíos Gilitos o Vellocinos de oro? Se lleva a cabo hasta las últimas consecuencias, como se dice, y no que quede como tantas veces en las penúltimas o ante penúltimas de ellas y se aclaran bien para ejemplo y tranquilidad de todos, los jueces, los implicados y muy en especial los ciudapendejos que somos en definitiva los nos quedamos sin los beneficios que podríamos obtener por esos enormes dineros robados, que en primera y última instancia son nuestros y de nadie más.