Desiderata, el poema, nos dice que no se debe ser cínico en el amor…

Y realmente en el amor, sin importar su tipo: ya sea eros, ludus, philia, ágape, es decir, erótico, lúdico, filial o amistoso.

Muchos hemos sido víctimas de engaños afectivos… Ya sea por enamorados, amigos o familiares que nos entristecen el corazón y nos rompen la esperanza en el ser humano. Muchas veces nos quiebran la vida de tal forma, que se nos hace difícil atarla para que no se nos caiga en pedazos.

Otras veces, hemos sido nosotros los que fingimos ese amor, y producimos esa fisura en otros.

Fingir amor realmente es una de las villanías más crueles de la vida, porque el sujeto que sufre ese engaño ha depositado la confianza, se ha entregado, y ha abierto sus defensas al otro con una dimensión vital y humana de grandes proporciones.

El amor es uno de los sentimientos humanos más puros y fuertes… Expresémoslo con sinceridad y vehemencia.