Reflexión acerca de la deformación social dominicana…

(II)

Quienes nos han gobernado se constituyen en los principales exponentes de la inversión de valores y símbolos de la fuerza, la corrupción y el desorden. Más del 60% de los que han ocupado la primera posición en la administración del Estado han sido caricaturas de la maldad, el entreguismo y el saqueo; y los partidos políticos que han sustentado sus 'liderazgos' no son diferentes: son escuelas para lo mal hecho, de "mal aspecto o reputación", en las que se forjan los depredadores del erario, de los valores patrios y de las libertades ciudadanas. Uno de ellos, concebido como un partido de cuadros, con todas las normas y reglas a su disposición para penalizar las desviaciones morales y éticas, intentó, bajo la estricta supervisión de su fundador, romper con esos esquemas… pero pudo más la deformación de la sociedad.

"Amanece el 27 de febrero, y nace la República Dominicana del cerebro y del corazón de un puñado de jóvenes inteligentes y patriotas. Pero al igual de esos seres que al instante mismo de su nacimiento adquieren el germen de una prolongada y dolorosa enfermedad, la peste de los partidos se ensañó sobre la naciente sociedad.

 "Invade el haitiano, y en ambas fronteras es rechazado; y mientras que Ramón Mella se ocupaba de recomendar a Duarte para las próximas elecciones de presidente, Santana, vencedor, regresa a la capital, que lo aclama como jefe supremo. Con esto quedó la inteligencia suplantada por la fuerza material…". [Palabras de Ulises Francisco Espaillat insertadas por Fernando Pérez Memén en "El pensamiento liberal dominicano en la época de Duarte (1813-1876)", uno de los diecisiete escritos que rinden «Homenaje al Historiador y Humanista puertorriqueño Arturo Morales Carrión»].

Estas palabras de Espaillat son más que ilustrativas para comprender el derrotero que ha seguido la República Dominicana desde que "quedó la inteligencia suplantada por la fuerza material". Bajo este concepto, los años de desgracia colectiva que ha vivido el país han sido interminables bajo las riendas de

Pedro Santana: el más grande traidor que conoce la historia dominicana. Como presidente de la República (1844-1848 y 1853-1861) llevó a cabo una política dictatorial, siendo responsable, directa o indirectamente, de la muerte de los tres Padres de la Patria. Proclamó, en 1861, la reincorporación a la corona española.

Buenaventura Báez: propiciador, en 1869, de la anexión a Estados Unidos. Presidente en los períodos 1849-1853, 1856-1858, 1865-1866, 1868-1873 y 1876-1878. Sus gobiernos se caracterizaron por ser símbolos de corrupción. Ejerció dictatorialmente en beneficio de su propia fortuna, asesinando o permitiendo que sus seguidores lo hicieran.

Manuel de Regla Mota: incondicional seguidor de Santana y, por lo tanto, anexionista (apoyó abiertamente la anexión en 1861 a España). Fungió como presidente interino (2 enero 1855 – 30 mayo 1855 y 2 julio 1855 – 5 septiembre 1855) y presidente (26 mayo 1856 – 8 octubre 1856).

José Desiderio Valverde: gobernó en 1857 estableciendo en Santiago un gobierno provisional basado en acciones muy marcadas por la anexión a España.

José María Cabral: presidente de facto en 1865 y presidente legítimo entre 1866 y 1868. Ejecutó un golpe de Estado financiado por Buenaventura Báez. Fue derrocado al intentar arrendar la bahía de Samaná a los Estados Unidos.

Pedro Guillermo y Guerrero: anexionista y perverso, como Báez. Asumió provisionalmente la presidencia el 15 de noviembre de 1865 mientras esperaba su regreso del exilio, que se produciría el 8 de diciembre de ese mismo año.

Ignacio María González: presidente, por cortos períodos de tiempo, en cinco ocasiones diferentes, entre noviembre de 1873 y septiembre de 1878. Gobernó, como dictador, violando la Constitución y malversando los fondos públicos.

Cesáreo Guillermo y Bastardo: gobernó en forma autoritaria en los años 1878 y 1879. Su gobierno fue uno personalista. Utilizó los escasos fondos públicos para repartirlos entre sus partidarios.

Jacinto B. De Castro: anexionista, presidente del 7 al 29 de septiembre de 1878. Su nombramiento se produjo en medio de una violenta crisis política generada por el descontento de los caciques políticos de la época.

Ulises Heureaux: presidente en dos ocasiones (1882-1884 y 1887-1899). Durante su segundo mandato impuso un régimen personalista que liquidó los principios democráticos. Favoreció la corrupción y dejó al país en bancarrota.

Alejandro Woss y Gil: presidente en 1885-1887 y 1903. Dirigió un golpe de Estado que derrocó a Horacio Vásquez. Llegó al poder con dinero que los comerciantes le habían facilitado y que reciprocó con la concesión de exoneraciones.

Horacio Vásquez: presidente en 1899, 1902-1903 y nuevamente en el período 1924-1930. Estableció, en su segundo ejercicio, en Santiago, un gobierno dictatorial. Su afán continuista originó, en el período que comienza en 1924, una revuelta encabezada por Rafael Trujillo -jefe de la Guardia Nacional-, que lo derrocó en 1930.

Carlos Felipe Morales Languasco: presidente de la República de 1903 a 1906. No ocultó sus simpatías por Estados Unidos, país al que concedería la administración de las aduanas (favoreció un acuerdo que otorgaba los ingresos aduaneros a un agente nombrado por Washington).

Ramón Cáceres: gobernó desde el 12 de enero de 1906 al 19 de noviembre de 1911. Durante su mandato, represivo, confirmó el protectorado estadounidense y el llamado "modus vivendi" que caracterizó las relaciones con Estados Unidos.

Eladio Victoria y Victoria: ejerció como presidente provisional de la República en 1911. Practicó el nepotismo, nombrando a todos sus parientes en los principales puestos del gobierno. Para mantenerse en el poder gastó grandes sumas de dinero, aunque con dicha acción no pudo frenar su descalabro.

José Bordas Valdez: ejerció entre abril de 1913 y agosto de 1914. Fue escogido para preparar unas elecciones que asegurasen la constitucionalidad del sistema político. Resultó vencedor, mediante fraude, en las elecciones del 15 de junio de 1914.

Ramón Báez Machado: gobernó provisionalmente de agosto a diciembre de 1914 a disposición de los intereses de Washington. Promulgó un decreto concerniente a las imputaciones que se hicieran a los funcionarios públicos en el que se establecía que, cuando respondieran a la verdad, no serían consideradas difamatorias ni injuriosas.

Juan Bautista Vicini Burgos: fungió como presidente títere entre 1922 y 1924 bajo la ocupación militar de Estados Unidos.

Rafael Leónidas Trujillo Molina: gobernó en forma despótica y corrupta desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Por 31 años encabezó una de las más sangrientas dictaduras que ha conocido América Latina. Su gobierno se caracterizó por el culto a la personalidad y la represión. Fue responsable directo de la muerte de más de 30,000 personas.

Joaquín Balaguer: gobernó en los periodos 1961-1962, 1966-1978 y 1986-1996. Los asesinatos políticos fueron frecuentes durante sus administraciones. En sus primeros doce años murieron, por causas políticas, cerca de 2,000 personas. Durante sus gobiernos el país vivió bajo un híbrido de dictadura y democracia, con más rasgos de la primera que de la segunda.

Donald Reid Cabral: presidente del Triunvirato formado en septiembre de 1963 tras el golpe de Estado.  Anuló las funciones de sus comapañeros en el Triunvirato con el fin de mantenerse en el cargo con actitudes despóticas. Bajo su régimen se generalizaron las prácticas del contrabando, desfalco al erario y tráfico de influencias.

Antonio Imbert Barreras: presidente de facto de la República Dominicana, del 7 de mayo al 30 de agosto de 1965. Encabezó, en un acto de traición a la patria, durante la Guerra de Abril, la facción que enfrentó al gobierno constitucionalista del coronel Francisco Caamaño. Fue un fiel subordinado de las tropas de intervención.

Salvador Jorge Blanco: gobernó en el periodo 1982-1986 bajo una corrupción rampante. La arrogancia exhibida en la aplicación de política pública, el alza en los precios de los artículos de primera necesidad, la devaluación del peso dominicano y la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional provocaron, en abril de 1984, una protesta que terminó con más de un centenar de muertos. Fue condenado a cumplir 20 años de prisión y a pagar multa de 73 millones de pesos.

Leonel Fernández: presidente en los períodos 1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012. Su administración, quizás la más cínica, indolente y corrupta desde la gesta del 1844, estuvo matizada por el descalabro energético, la falta de institucionalidad, una deficiente calidad de la educación, el clientelismo, la compra de conciencia, la corrupción y el culto a la personalidad.

Hipólito Mejía Domínguez: ejerció la presidencia en el periodo 2000-2004. Durante su gestión el país se vio afectado por una severa crisis económica generada por la quiebra de tres bancos comerciales. Las prácticas corruptas, las altas tasas de inflación, la devaluación constante de la moneda y la desconfianza del sector productivo se tradujeron en un significativo incremento de la pobreza.

Durante algo más de 138 años el país ha estado gobernado por estos 25 personajes. Han sido casi 140 años de dictadura despótica, corrupción en todas las vertientes imaginables (saqueo al erario, tráfico de influencias, compra de conciencia, etc.), nepotismo, entrega de la soberanía, violaciones constantes a la Constitución -la que han convertido en un conjunto de papeles sin sentido alguno de reglamentación social-, golpes de Estado…; casi siglo y medio en los que la 'fuerza material' ha sustituido en su totalidad la inteligencia, la razón y la sensatez requeridas para, desde la más encumbrada posición del Estado, proporcionar a los ciudadanos trabajo y justicia social.

Seis de estos 25 personajes se convierten en figuras de primer orden personificando la depravación, la indolencia, la perversidad y la ausencia de valores éticos y morales; sólo pueden exhibir saqueo, maldad, abuso de poder, entreguismo, conjura y traición en sus ejecuciones para sojuzgar la condición política y humana de los ciudadanos. Durante poco más 102 años hemos sido doblegados, saqueados, oprimidos, irrespetados y burlados por Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux (Lilís), Rafael Leónidas Trujillo Molina, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández. Estos han sido, porque como algo muy natural lo hemos permitido, los fundadores y mantenedores de la más aberrante de las sociedades.

Continuará…